Edición n° 2874 . 04/10/2024

El confesionario del Fondo Monetario/ Cómo, dónde y a través de quienes el organismo analizó la realidad del ajuste

En un lugar reservado, recibieron a ceos y gremios para contrastar la visión del Milei. La duda central: “¿el Presidente tiene capacidad de gobernar el ajuste?”.

( por Leandro Renou) El lugar, cuentan algunos de los que pasaron por allí, es modesto, bajo perfil, con scanners en la entrada y poca ostentación de poder. Esa característica tiene una explicación. Cuando el Fondo Monetario (FMI) decidió alquilar oficinas en el edificio situado en Marcelo T. de Alvear y Cerrito, justo frente a la Plaza Libertad, un grupo de vecinos alertó a los dueños por posibles escraches. Esas oficinas donde se pide reserva absoluta fueron, en las últimas horas, el confesionario donde la misión que envió Kristalina Georgieva escudriñó a dirigentes empresarios, gremios y organizaciones de la sociedad civil respecto al contexto social, político y económico del plan de ajuste que aplica el gobierno de Javier Milei. 

Según confiaron diferentes fuentes que participaron de esos encuentros, el FMI planteó tres preguntas esenciales a los invitados ocasionales. La más fuerte, si el Gobierno de Milei está en condiciones políticas y sociales de gobernar en el medio de un ajuste que el Fondo banca. En pocas palabras, si entiende la dinámica que se viene, en tan poco tiempo, en el marco del recalentamiento de los recortes, jubilaciones, suba de precios y tarifas. 

Por las oficinas antes mencionadas pasaron desde Gerardo Martínez, por la CGT, y buena parte de los ceos de la exportación, hasta Jaime Campos, el representante de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), donde mandan Arcor, Ledesma y Techint. También recibieron a economistas de Juntos por el Cambio, entre ellos Eduardo Levy Yeyati (UCR), Hernán Lacunza (PRO) y algunos independientes, como Marina Dal Poggetto, del estudio Eco Go. Los anfitriones fueron la subdirectora del FMI, Gita Gopinath, y Luis Cubeddu, el sub director del Departamento para el Hemisferio Occidental.

En uno de esos encuentros, uno de los emisarios del FMI aseguró, en confianza, que cuando Gopinath sale del seno del organismo para visitar un país, es porque tiene la órden de bancar a ese país en el ajuste. «Massa nos venía manejando los tiempos y no podíamos hacer mucho, pero ahora tenemos más sintonía, el ajuste está garantizado», contaron a este diario directivos del organismo. Que aclararon, sí, que es la primera vez que una decisión tan drástica de contraer la economía torna el escenario social en algo impredecible. 

El cuestionario de Gopinath 

Gopinath y Cubeddu hicieron tres preguntas básicas a los visitantes. La primera, cómo se explicó anteriormente, es cómo hará Milei para gobernar este ajuste. La segunda, destinada a sectores empresarios exportadores, es cómo viene el flujo de divisas. Y la tercera es qué opinión tienen del presidente y sus equipos. 

De todos los que pasaron por las oficinas, el único que elogió al Gobierno fue Campos, de AEA, quien fue enviado por los gigantes para acercar posiciones y vender las bondades del ajuste de Milei. El resto fue crítico, sobre todo con «la poca experiencia que tienen en la gestión». 

Respecto a los dólares, los exportadores le dijeron al FMI que dificilmente haya ingresos, porque es el propio Gobierno el que está motivando a que no se liquiden exportaciones. Allí, Cubeddu abrió los ojos como nunca antes en esos encuentros. Es que el organismo asegura que ellos, a diferencia de lo que dice el Gobierno, no fueron los de la idea de avisar que se abrirá el cepo. Sino que fue autoría del propio Milei. Esa comunicación, al día de hoy, lo único que hizo fue que los exportadores guarden los dólares para entrarlos cuando, caída del cepo mediante, el tipo de cambio se mueva libre y que más cerca del valor de las divisas paralelas. 

Asimismo, un alto dirigente empresario preguntó si la intención del FMI era volver a poner plata nueva en Argentina. La respuesta fue concreta: «hasta que no veamos si el Presidente tiene capacidad de gobernar, no elevaremos ninguna propuesta al directorio del organismo». 

La duro diagnóstico de la CGT

Por medio de un comunicado y tras la reunión del secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, Gerardo Martínez, con el FMI, la central obrera emitió un comunicado manifestando la «preocupación» por la situación socio-económica y su impacto en lo laboral y productivo, y se pronunció por «un plan de estabilización de la economía».

Martínez, integrante del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y jefe de la delegación sindical argentina ante ese organismo laboral mundial, analizó hoy con la funcionaria del organismo multilateral de crédito «la preocupante situación socio-económica y su impacto en lo laboral y productivo».

«Se le transmitió a Gopinath la visión de la central obrera y su preocupación por la realidad socio-económica, su impacto en lo laboral y lo productivo. Es necesario que el conjunto esté de acuerdo con la aplicación de un programa de estabilización de la economía», dijo el también titular de la UOCRA. Asimismo, sostuvo que hasta ahora se observa solo «un mega ajuste fiscal y que no existe una política de ingresos del Gobierno, lo que impacta en el nivel de actividad económica».

El sindicalista añadió que para cumplir con las metas del FMI es preciso generar políticas de inversión productiva para producir ingresos y crecimiento económico en general. «De lo contrario, no será posible cumplir esas metas, por lo que es urgente la convocatoria a una mesa de dialogo político para debatir esos temas y alcanzar consensos necesarios a fin de instrumentar y poner en marcha un verdadero plan económico de estabilización. Hasta ahora solo se benefició el sector financiero, mientras el peso del ajuste recae sobre los sectores del trabajo, la clase media y los asalariados en general», dijo Martínez.

Para el dirigente gremial, hasta ahora «no hay plan de estabilización económica sino una estrategia de feroz ajuste fiscal que afecta a las clases más vulnerables (jubilados y asalariados), lo que perjudicará de forma dramática el nivel de vida de la sociedad, los guarismos de producción y consumo y el crecimiento económico potencial», sostuvo.

«Los trabajadores están sufriendo. Se requiere diálogo político y social. Ninguna fuerza política puede en soledad resolver los problemas estructurales del país. Se vive una recesión extrema jamás vista, lo que para muchos sectores es intolerable. La inflación es el impuesto a la pobreza. Cuanto más aumenta, más pobres estamos», dijo Martínez.

Además, enfatizó que «la sociedad está expuesta casi a un 60% de pobreza, por lo que la deuda es impagable solo con sacrificio, un plan financiero y a los cachetazos».