Según una encuesta, el 95 por ciento de los asalariados consultados sostiene que sus salarios pierden con la inflación y sus expectativas son muy bajas a futuro. De hecho, 6 de cada 10 cree que para los próximos seis meses las cosas van a estar peor que ahora. Una de las grandes preocupaciones radica ahora en conservar el empleo. En esta encuesta, el 61 por ciento teme perder su trabajo, algo que perciben porque sus empresas venden o producen cada vez menos.
La consultora INDAGA-RSO entrevistó a 1195 trabajadores registrados, tanto del sector público como del privado. El salario promedio de los consultados es de 1.100.000 pesos y se respetaron la diversidad de proporciones de edad, sexo y nivel de instrucción.
El presidente Javier Milei sostiene en diversas entrevistas que “Los salarios empezaron a ganarle a la inflación”. Sin embargo, la opinión de los trabajadores registrados contradice el discurso oficial y, en cambio, encaja con lo que indican los índices de consumo, de empleo y de producción. Todos con números negativos.
Desde la consultora INDAGA-RSO agregan que, como es de suponer, la caída del poder adquisitivo entre los trabajadores no registrados es mucho mayor que entre los registrados, por lo que cabe deducir las consecuencias: si los registrados cobran, en promedio, 1.100.000 pesos y la canasta básica es de 900.000, parece evidente que la mayoría de los no-registrados estarán por debajo de esa canasta básica.
Apenas el 4 por ciento afirma que puede ahorrar, mientras que el 45 por ciento no llega a fin de mes y el 49 admite que no puede ahorrar, pero llega a fin de mes. Eso exhibe que una parte importante de los registrados no tiene margen: está en déficit o muy cerca. La realidad es que el poder de compra y de consumo de los trabajadores no se recupera.
Otro problema para la Casa Rosada es que sólo el 11 por ciento cree que su situación va a mejorar en los próximos seis meses. El 27 por ciento cree que estará igual que hoy, pero el 59 por ciento ve que su situación va a empeorar.
Pasa lo contrario. El 66 por ciento afirma que tiene deudas, sólo el 33 por ciento dice que no. Del total endeudado, la mitad cuenta que es con saldos de la tarjeta de crédito; el 18 por ciento afirma que tiene un crédito bancario, un 10 por ciento con una plataforma digital y el cuatro por ciento con la variante más peligrosa, los prestamistas del barrio.
“La propia Secretaría de Trabajo estima que se perdieron en el sector privado unos 124.000 puestos de trabajo -razona Righes-. Esa pérdida se produjo entre enero y ahora. No es extraño entonces que haya una mayoría preocupada por el peligro de perder el trabajo. La cifra concreta es que el 61 por ciento está muy preocupado o algo preocupado».
Las conclusiones del estudio giran en torno a los cambios de opinión respecto al oficialismo. Muchos de quienes tenían esperanza y buen concepto del plan de gobierno, ya no lo tienen. Nada indica que la principal oposición al momento, que es el peronismo, esté en condiciones hoy mismo de capitalizar este resquebrajamiento.