Edición n° 2905 . 04/11/2024

Eduardo Sigal Observador Internacional:»me parece que depende mucho en estas horas de que haya una política para superar esta fragmentación entre oficialismo chavista madurista y la diversidad de sectores que se oponen».

VENEZUELA EN EL OJO DE UNA TORMENTA QUE MOJARÁ TODOS/LAS ESTRATEGIAS COMUNICACIONALES/ EL HACKEO/ LAS DEMORAS/ ¿CORINA MACHADO ES LA MISMA QUE YA PROPICIO TRES GOLPES DE ESTADOS?/ ENTREVISTA A EDUARDO SIGAL, OBSERVADOR INTERNACIONAL.

(Por Cecilia Miglio/ Especial Internacionales de Motor Económico )

La demanda de transparencia y la presión internacional sobre Venezuela para que revele todas las actas electorales en tiempo récord, en medio de denuncias de sabotaje, intervención externa y bloqueos, reflejan una doble moral y un claro sesgo político. Mientras se cuestiona la legitimidad de las elecciones en Venezuela, se pasan por alto las violaciones a la soberanía y la injerencia de potencias extranjeras (a petición de los opositores) en los asuntos internos del país.

La narrativa sobre “la falta de transparencia y el autoritarismo” es promovida por medios y grupos económicos con intereses en la región. Además, la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia de la OEA denuncia “represión y manipulación electoral”, pero olvida que Venezuela dejó de ser miembro de la organización en 2019.

Nicolás Maduro se refirió a un incidente crucial: el apagón electoral. Aunque los grandes medios se centraron en el pedido de actas, no dedicaron suficiente tiempo a informar sobre esta situación.

Según las autoridades venezolanas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) fue víctima de un ciberataque diseñado para interrumpir la transmisión de datos y, por ende, afectar los resultados electorales. Este ataque sin precedentes impactó la comunicación entre las máquinas de votación y el Centro de Totalización.

El experto en seguridad cibernética, Víctor Theoktisto, explicó que el ataque consistió en “saturar las redes con tráfico espurio proveniente de la República de Macedonia del Norte”. Aunque no se pudo alterar el contenido de lo transmitido, sí se logró disminuir las conexiones. Esto ralentizó significativamente el proceso de totalización. Afortunadamente, los organismos de inteligencia, en colaboración con los operadores, lograron solventar la situación, aunque con un retraso notable.

Además, el ataque no se limitó al CNE; también afectó los medios estatales y otros servicios de la administración pública. Theoktisto lo describió como “un ataque global y multifactorial al Estado venezolano”.

Ante estos sucesos y posturas, es importante recordar que Venezuela ha sido un impulsor de iniciativas regionales como el Mercosur, la UNASUR y la OPEP, y cuenta con el respaldo de potencias como China y Rusia. Su posible integración al BRICS marca un nuevo rumbo en su política exterior, alejándose de la influencia de Estados Unidos.

Y aquí surge una inquietud, ¿cómo juega la marcada pérdida de hegemonía de Estados Unidos en la región y su incapacidad para influir en el proceso electoral venezolano?

Aunque es fundamental tener acceso a la documentación que respalda los resultados que llevaron a la reelección de Nicolás Maduro, también debemos cuestionar por qué, apenas horas después, se desacreditaron los comicios. Durante la jornada electoral, una numerosa comitiva de observadores internacionales testificó sobre el orden y la transparencia del proceso.

Además, hemos observado y escuchado a grupos y espacios progresistas que, paradójicamente, utilizan fuentes de la derecha para formular críticas y acusaciones contra el gobierno reelecto en Venezuela.

Pero, en las últimas horas algo cambió…

El último comunicado emitido por el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil reconoce los comicios y dice: “El PT saluda al pueblo venezolano por el proceso electoral ocurrido el domingo en una jornada pacífica, democrática y soberana”. El PT está seguro de que el Consejo Nacional Electoral, “que promulgó la victoria del presidente Nicolás Maduro”, dará tratamiento respetuoso a todos los recursos que reciba, en los plazos y en los términos previstos por la constitución venezolana. Además, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, rechazaron la injerencia de países extranjeros y la intervención de la OEA en la elección presidencial de Venezuela.»

Para tener una perspectiva más equilibrada sobre el desarrollo y resultado de las elecciones y el futuro de Venezuela y la región, conversamos con Eduardo Sigal, vicepresidente del Frente Grande nacional y observador internacional en los últimos comicios.

¿Cuál fue su vivencia previa a las elecciones en Venezuela? ¿Cómo percibieron los observadores internacionales el clima electoral? ¿Cuál era el tema central de discusión entre ustedes y qué observaban en las calles?

E.S: “Bueno, ¿sobre qué clima electoral percibimos en los días previos? Era un clima de importante voluntad de participación. Esta es una sociedad que está muy polarizada, la sociedad venezolana. Hoy, con el resultado electoral a la vista, uno lo ratifica, pero ya se percibía en ese momento que hay un oficialismo fuerte con una construcción a lo largo y ancho del país, importante y una respuesta, una reacción de los actores opositores. Si bien llevaron 9 candidatos, hay uno que aglutinó a la mayoría, que es González. Así como Maduro capitalizó el oficialismo en diversidad también de expresiones políticas, Edmundo González capitalizó lo principal de los sectores opositores. El clima era un clima de participación, un clima democrático, un clima de orden. Hubo actos importantes que incluso al mismo día, en horario y lugares distintos, pero no hubo enfrentamientos ni problemas.

Hay un debate muy fuerte que se expresa incluso en una reacción de la derecha dura internacional, que acompaña todo lo que se opone a Maduro. En Argentina, este es un tema que está muy al orden del día. Milei no es neutral, Patricia Bullrich tampoco es neutral, el Ministro de Defensa no es neutral y la Canciller, que debería preservarse para mantener las relaciones entre Estados, también ha tomado una actitud proactiva de enfrentamiento con Maduro. Hay que observar que eso también se nota fuertemente en las actitudes cotidianas.”

– ¿Cuál es su evaluación del Presidente electo? ¿Podría compartir su perspectiva sobre la trayectoria del candidato, así como las propuestas o promesas realizadas durante la campaña electoral?

E.S.: “Sobre el presidente Nicolás Maduro, no me corresponde hacer una caracterización. Lo conozco hace muchos años, más de 20 años. Lo traté mucho. Me parece un hombre comprometido, coherente entre lo que piensa y lo que hace. Trata de organizar a la sociedad venezolana en función de eso. Quiero decir que hacía mucho que no venía a Venezuela. Me encontré con una Venezuela donde hay un proceso de autoabastecimiento alimenticio muy importante. El 96% de los alimentos que ellos consumen los producen ellos mismos. Hay cierto proceso de reactivación industrial diversificada. No están solamente dependientes, aunque les podría ir muy bien si hubiese un bloqueo. No solamente dependientes de su fortaleza carburífera y gasífera. Han diversificado sus producciones. Es un cambio muy importante en los últimos años. Maduro es el jefe de una organización política, el Partido Socialista Unido de Venezuela – PSUV. Maduro ha logrado construir un plantel de cuadros de gestión en el gobierno que está demostrando en este momento mucha eficiencia en el trabajo, en mi opinión. Pero bueno, hay que ver cómo esto se evoluciona en esta nueva etapa.”

¿Qué vislumbra para el futuro de Venezuela y cómo impactará en la región? ¿Cuáles son los desafíos y oportunidades que identifica en el horizonte?

E.S.: “¿Sobre qué pienso sobre el futuro de Venezuela y la región? Me parece que depende mucho en estas horas de que haya una política para superar esta fragmentación entre oficialismo chavista madurista y la diversidad de sectores que se oponen. Más allá de que no se sabe muy bien si coinciden o no coinciden, el punto de coincidencia es oponerse a la política de Maduro. Me parece que ese es un tema clave para el futuro de Venezuela. Da la impresión de que, si los dejaran desarrollar libremente, si no tuvieran un acoso permanente de bloqueo desde Estados Unidos, si pudiesen seguir desarrollando el proceso productivo y si pudiesen continuar con el desarrollo de empresas públicas, privadas y mixtas como se desarrollan acá, Venezuela sería un país que irradiaría una gran influencia en toda América del Sur y Centroamérica, es decir, en Latinoamérica y el Caribe. Entonces, me parece que no depende solamente de ellos; depende de las condiciones que se generen internacionalmente para eso. Creo que Venezuela y el Presidente Maduro en particular, eso me consta porque he trabajado con él (como mencioné en otra pregunta), tienen una voluntad integracionista y sudamericanista. Fueron promotores de UNASUR y del MERCOSUR en su momento. Después, durante el gobierno de Mauricio Macri en Argentina, se los sancionó y se los separó del MERCOSUR. Sin embargo, ellos habían tenido una clara voluntad, y Maduro en particular estuvo en las negociaciones (era canciller en ese momento) para incorporar a Venezuela al MERCOSUR. Depende de si los dejan; no es solo responsabilidad de ellos. Me parece muy importante lo que ha planteado el Presidente Maduro en las últimas horas: buscar establecer un diálogo entre el oficialismo y los sectores de la oposición, y tratar de pensar un proyecto de país en el que la convivencia, el diálogo y la defensa de la Constitución y la democracia sean principios fundamentales.”