La vicepresidenta adelantó que hoy ejercerá su propia defensa en el juicio por un presunto direccionamiento de las obras públicas en Santa Cruz. CFK continuará la línea de sus abogados que, desde el inicio de los alegatos, puso en evidencia las incongruencias de las acusaciones de los fiscales.
A un mes exacto de su larga exposición desde el despacho del Senado, luego que el tribunal le negara la posibilidad de ampliar su declaración indagatoria, Cristina Fernández de Kirchner volverá a declarar mañana viernes en el juicio por la obra pública en Santa Cruz. Esta vez lo hará en carácter de abogada en causa propia, en la que será la última audiencia del alegato de su defensa. La declaración, por videoconferencia, comenzaría a las 11 de la mañana. Ella misma lo recordó esta tarde a través de sus redes sociales, desde las cuales convocó a seguir la audiencia que empezará más temprano, con la intervención de su abogado defensor Carlos Beraldi.
«Mañana continuarán las audiencias de la causa ´Vialidad´ –expresó–. A partir de las 9.30 hs, el Dr. Beraldi seguirá desarmando las mentiras de Luciani y Mola y desde las 11hs ejerceré mi propia defensa de acuerdo al artículo 104 del CPPN (Código Procesal Penal de la Nación)», publicó en sus redes como lo fue haciendo durante toda la semana.
La expresidenta se explayó por última vez sobre la acusación en su contra el 23 de agosto, un día después de que los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola pidieran 12 años de prisión a inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por considerarla jefa de una asociación ilícita para defraudar al Estado, y de que los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso rechazaran su pedido de ampliar la indagatoria. El tribunal argumentó entonces que el Código Procesal Penal no prevé la declaración de imputados en la etapa de alegatos y que sólo podría volver a expresarse en el proceso al momento de las “últimas palabras” antes del veredicto.
Aquel episodio sumado al discurso demoledor de la expresidenta desde su despacho derivaron en expresiones de apoyo de un amplio abanico de dirigentes y personalidades del país y del exterior, que repudiaron la persecución política y el nuevo capítulo del lawfare en el Cono Sur. Las muestras de apoyo se tradujeron también en la presencia de militantes y seguidores de CFK frente a su departamento del barrio de la Recoleta, donde el 1º de septiembre se produciría el intento frustrado de magnicidio.
El martes último, luego de una exposición de 14 horas, Carlos Beraldi concluyó su intervención como defensor de la Vicepresidenta. Esa misma tarde, tal como lo anticipó el abogado, CFK presentó un escrito en el que informó al tribunal su decisión de “asumir personalmente mi propia asistencia técnica”, invocando el artículo 104 del Código Procesal Penal de la Nación. Esa norma establece que todo imputado “podrá también defenderse personalmente siempre que ello no perjudique la eficacia de la defensa y no obste a la normal sustanciación del proceso”, lo que comúnmente se conoce como abogado en causa propia. El tribunal autorizó entonces el ejercicio de la “autodefensa de forma conjunta con el Dr. Carlos Alberto Beraldi”.
CFK no será la primera expresidenta en ejercer su propia defensa. Fernando de la Rúa, el exmandatario de la anteúltima alianza de gobierno que formó la UCR, actuó como abogado de sí mismo, junto con otros letrados, en el juicio por las coimas en el Senado, en el que fue sobreseído. De la Rúa no solo habló en el alegato sino también en las audiencias testimoniales, e inclusive interrogó a su exvicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez.
En los últimos días, en paralelo con el avance de la causa por el intento de asesinato por el que ya hay cuatro detenidos, la expresidenta difundió desde las redes sociales distintos fragmentos de la defensa de Beraldi. El lunes destacó que, además de “desnudar el guión de Luciani y Mola”, su abogado “fue mucho más allá: probó en forma documentada –como debe hacerse en cualquier juicio– que Luciani y Mola mintieron descaradamente. Él, por decoro profesional, lo llamó mala praxis”, escribió