Invitada por la presidenta Xiomara Castro, la vicepresidenta se refirió al lawfare en América Latina, a la vez que relacionó el achicamiento neoliberal del Estado con el crecimiento del narcotráfico. No hizo menciones a los rumores de acuerdo en la negociación con el FMI.
«Del mismo modo que se financiaban golpes militares, se financian golpes judiciales», dijo hoy Cristina Fernández de Kirchner en Tegucigalpa, Honduras. Lo hizo para referirse a la situación política de los países de América Latina que vieron interrumpidos sus procesos democráticos a manos de, según la vicepresidenta, gobiernos “financiados” por el establishment internacional.
La escuchaban atentos funcionarios del nuevo gobierno hondureño, la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su par de Paraguay, Fernando Lugo. Ambos fueron destituidos de sus cargos mientras estaban en funciones tras causas judiciales en su contra.
Según pudo saber Tiempo, la flamante primera presidenta mujer de Honduras, Xiomara Castro invitó a Cristina debido al rol que tuvo Argentina durante el golpe de Estado que sufrió ese país en junio de 2009. En aquel momento, tras el derrocamiento de Manuel Zelaya, marido de Xiomara Castro, a manos de los militares, la entonces presidenta argentina viajó hasta El Salvador para defender la continuidad democrática. Sin embargo, el golpe no pudo ser revertido.
«A Cristina Fernández de Kirchner la consideramos una heroína latinoamericana», subrayó el ex presidente Zelaya en una entrevista con Télam, en la que definió a CFK como «una mujer con mucha capacidad que tiene más mérito» que la mayoría de los políticos.
«Golpes judiciales» en América Latina
Es que la excusa para propiciar golpe de Estado de 2009 en Honduras fue la convocatoria a un plebiscito para saber si la ciudadanía estaba de acuerdo con realizar una Asamblea Constituyente la reelección de Zelaya. El proceso fue objetado por la Corte Suprema y el Tribunal Supremo Electoral y nunca llegó a concretarse.
Días después del derrocamiento, el 4 de julio de 2009, la Organización de Estados Americanos (OEA) votó por 33 votos afirmativos -la única abstención fue de la propia Honduras- la suspensión del país caribeño como miembro del organismo en aplicación de la Carta Democrática Interamericana, al entender que se había interrumpido el orden democrático.
En la tarde del miércoles y desde la Universidad Autónoma de Honduras, la vicepresidenta recordó que en ese momento “la OEA se ponía al frente para defender las democracias en América Latina y no para voltearlas», al referirse, sin mencionarlo, a la participación de ese organismo en el golpe de Estado perpetrado en Bolivia en 2019, y el rol fundamental que tuvo el todavía secretario general de ese organismo, Luis Almagro.
Tras hacer un recorrido histórico en el que destacó las luchas indigenistas contra el colonialismo, las guerras por las independencias nacionales y los golpes de Estado financiados bajo la teoría de la seguridad nacional durante el siglo XX, la vicepresidenta sentenció: «De la misma manera que se financiaban golpes militares, se comienzan a financiar los golpes judiciales en América Latina». Y añadió: «Ya no hacen falta golpes militares, ahora hay que conseguir jueces educados en comisiones y foros».
Para la expresidenta, «los jueces juzgan no de acuerdo a las leyes sino a la ideología y los intereses que siempre están en contra de los intereses de las grandes mayorías».
Neoliberalismo y narcotráfico
También rememoró que «luego de haberse impuesto el neoliberalismo en toda la región, con la tragedia social, económica y de disgregación nacional que significó, comienzan a surgir nuevos movimientos populares y nacionales, con otros nombres y protagonistas, pero con el mismo objetivo de siempre: la autodeterminación de los pueblos».
«Vuelven a querer instalar el neoliberalismo en la región, que pugna por el achique del Estado, y los libertarios quieren suprimir el Estado, pero ¿qué pasa, y qué pasó, y qué está pasando en la región cuando se instalan estas doctrinas neoliberales? Aparece el narco», planteó.
«La desaparición o reducción a una mínima expresión del Estado, lejos de traer seguridad y bienestar, trae otras cosas», dijo, y ejemplificó con «la falta de regulación del Estado para controlar cómo se hace la explotación comercial en materia de minería y petrolera».
«El gran desafío que tiene la región, y el mundo, es ver cuáles son los graves problemas que hoy acechan», dijo Cristina, y llamó a que «los bancos de las grandes potencias dejen de lavar las formidables fortunas que hacen los narcotraficantes».
Por último, señaló que «todavía hay machismo en nuestras sociedades y en nuestros propios compañeros», y pidió apoyo para Xiomara Castro, a quien, dijo, «le espera una tarea doblemente difícil por ser mujer».
«Es muy difícil porque cuando una mujer, además de pintarse, peinarse y ponerse una atuendo, piensa, y se atreve a decirlo en voz alta, se lo perdonan bastante menos que a los hombres», reflexionó la vicepresidenta.
Antes de su disertación, Cristina recibió la distinción de ciudadana ilustre y la Llave de la Ciudad por parte del alcalde de Tegucigalpa, Jorge Aldana. Durante todo su discurso no mencionó a las negociaciones que lleva adelante el gobierno argentino con el FMI. Por parte del Ejecutivo, acompañó a la vicepresidenta la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta.