El discurso del presidente de la Nación en el acto inaugural de la ExpoRural es esperado con expectativas, y rodeado de conflictos.
( Raúl Dellatorre / Página 12/ Motor Económico ) El programa de la Exposición Rural señala para este domingo, entre las 11 y las 14 horas, el Acto inaugural con la presencia del presidente de la Nación, Javier Milei, quien pronunciará un discurso ansiosamente esperado. Tanto por aquéllos que se conformarían con las palabras de apoyo del jefe de gobierno y la ratificación de medidas de desregulación del negocio agrícola, como por aquellos otros que reclaman que el gobierno imprima mayor velocidad al cumplimiento de su compromiso de acabar con las restricciones para la compraventa y transferencia de divisas (el llamado «cepo») y de disponer la derogación de las retenciones a las exportaciones agropecuarias.
El discurso presidencial en el acto inaugural de la Exposición Rural es considerado por casi todos como «el punto más alto de la agenda política agropecuaria del año». Pero este año el condimento adicional es que es el primero del período de mandato de Milei y, además, en un momento de fuertes tensiones para el plan económico.
El «campo», con el genérico con el que gusta identificarse a este sector de la dirigencia rural, vive cierta tensión interna en cuanto a su relación con el gobierno. Porque si bien hay una coincidencia en lo ideológico, hay también críticas y cuestionamientos en aspectos que, para la actividad agroexportadora, son cruciales.
Uno de ellos, quizás el principal, es el del tipo de cambio. El «ancla cambiaria» que ejecuta el gobierno, con una tablita de ajuste de la paridad con el dólar del 2 por ciento mensual, es resistida en el sector agropecuario con diferencias notables de énfasis. Nicolás Pino, titular de la Sociedad Rural, pese a su muy buena relación con Milei, debió hacerse eco de esos reclamos en las horas previas a la inauguración y lo expresó del siguiente modo:
«Lo que necesita el campo es liberar el cepo, liberarse del impuesto PAIS, que el valor del dólar sea el mismo que cobra cuando exporta que el valor que paga para comprar insumos, más allá de cuál sea el valor del dólar».
Una forma de eludir el reclamo de una devaluación pero cuestionando la existencia de retenciones, que bajan el valor que reciben «cuando venden», y un impuesto PAIS que aumenta el valor que pagan «cuando compran». Lo que se espera de la palabra de Milei es que anuncie medidas que mejoren de inmediato el tipo de cambio efectivo para el agro y le ponga fecha a la eliminación de las retenciones a las exportaciones.
Otra «distorsión» cambiaria que seguramente le reclamará Pino a Milei es el caso del dólar blend, mecanismo por el cual los exportadores liquidan ante el Banco Central el 80 por ciento de sus ventas y el otro 20 por ciento lo hacen por el contado con liqui, con lo cual obtienen un beneficio adicional equivalente al 20 por ciento de la brecha al momento de liquidar.
“El exportador cobra esta moneda, pero le paga al productor con el dólar oficial y se queda con la diferencia. Ese tipo de cosas suceden a diario, y son posiciones dominantes que no ayudan para nada a la transparencia del mercado”, reclamaron especialistas de la Sociedad Rural durante los encuentros técnicos de esta semana en el marco de la ExpoRural.
También es probable que Milei se refiera en forma crítica a la Agenda 2030, rechazando las medidas de protección ambiental que propone la Unión Europea y establecen controles sobre las exportaciones argentinas de materias primas. Por ejemplo, que a partir del 1° de enero cada partida de granos o derivados exportados, deba contar con una certificación de que no fueron producidos en áreas deforestadas.
Una respuesta ácida al punto de Milei se llevará seguramente una ovación, en particular de los sectores más ultramontados de la SRA que le vienen reclamando a Nicolás Pino una actitud menos tibia en el tema.
En definitiva, no es mucho lo que tendría para ofrecerle Milei a los ruralistas este domingo. Al menos, es la impresión que dejó la visita de Luis Caputo a mediados de semana, cuya expresión más concreta estuvo referida al retraso de liquidaciones de exportación: «le pedimos al campo que confíe, no hay resquemores».