( David Cufré) El candidato a presidente le encomendó al ex ministro de Economía de Duhalde y Kirchner la elaboración de un programa para superar la crisis. Recibe a especialistas de distintos espacios del oficialismo para darle solidez política a un plan que «no puede fallar». Massa tiene la palabra final frente a cada propuesta. Cuáles son los ejes principales.
Sergio Massa delegó en Roberto Lavagna la conversación directa con economistas del kirchnerismo y de la liga de gobernadores peronistas para delinear un plan de estabilización económica. Los ejes principales del programa a poner en marcha desde el 10 de diciembre, en caso de confirmarse la victoria del oficialismo en el balotaje, son tres: equilibrio fiscal, como mínimo, en 2024; rápida acumulación de divisas en el Banco Central, para lo cual se restringirá el acceso a dólares a empresas para cancelar deudas y todo otro uso de los billetes verdes que no sea prioritario para el funcionamiento de la economía, y medidas de impacto para torcer el rumbo de la distribución del ingreso, que el propio Massa reconoce que ha empeorado el último tiempo con medidas que, asegura, se vio obligado a tomar por la magnitud de la crisis, como el programa de fomento exportador, que extendió los beneficios del dólar soja a todos los sectores que venden al exterior.
Massa y el ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner están en contacto permanente para el armado del plan. El candidato de Unión por la Patria le asignó la tarea de coordinar los equipos y analizar las medidas que proponen, en primer lugar, los funcionarios de su núcleo más cercano, como Gabriel Rubinstein, Leonardo Madcur, Guillermo Michel, Lisandro Cleri y Marco Lavagna, que lo acompañan hace más de un año en la gestión. Pero Roberto Lavagna recibió la instrucción de incorporar propuestas de economistas del kirchnerismo que en este momento colaboran con el ministro del Interior, Wado de Pedro, y de los gobernadores peronistas, para darle la mayor solidez política posible a un plan que «no puede fallar».
«Tenemos que aprovechar el impulso de la victoria para sentar las bases de lo que serán los cuatro años de gobierno de Sergio. Primero resolver la cuestión cambiaria, estabilizar los precios, lograr el equilibrio o incluso superávit fiscal en 2024, juntar reservas e intervenir con decisión para restablecer una distribución del ingreso como la que había en los gobiernos de Cristina. Se está armando un plan de estabilización con condimentos heterodoxos importantes, que generen apoyo social y faciliten un gran acuerdo nacional para pasar de página después de casi una década de estancamiento o derrumbe de la economía», resume uno de los economistas que participa de las reuniones de equipos técnicos.
Coordinador, no ministro
«Roberto tendrá mucho que ver en mi gobierno», anticipó Massa hace dos semanas en la mesa de Mirtha Legrand. En rigor, ese rol importante ya lo está ejerciendo como jefe coordinador para la elaboración del plan económico. El candidato a presidente enfatiza que es fundamental evitar los errores que se cometieron al inicio del gobierno de Alberto Fernández, cuando los distintos espacios del Frente de Todos pugnaron por ocupar lugares e imponer ideas casi a cualquier precio. «Esto es Vietnam», decían los funcionarios que vivieron aquella etapa, por el nivel de virulencia en las disputas. Ese gabinete económico terminó dejando más heridos que dirigentes conformes, empezando por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que resistía especialmente a Matías Kulfas.
Ahora Lavagna, que no aspira a ser ministro ni Massa se lo está ofreciendo, tiene la función de armonizar las distintas posiciones. Todos le reconocen una autoridad mayúscula para la tarea, con las medallas en la solapa por su intervención decisiva tras la crisis de 2001.
En ese sentido, un tema central de debate por estos días es la implementación o no de un desdoblamiento cambiario, para pasar de la veintena de tipos de cambio que existen en la actualidad a solo dos: uno financiero, libre, para atesoramiento, viajes y pago de deudas, y otro comercial, administrado, para exportaciones e importaciones.
«La posibilidad del desdoblamiento está sobre la mesa. En su momento, cuando Sergio asumió en Economía, Rubinstein presentó un plan de estabilización que arrancaba con el desdoblamiento cambiario. No tuvo consenso interno, pero no por aspectos técnicos, sino por la evaluación política que hizo Massa de esa coyuntura tan especial. Después hubo otro documento con aportes de dos economistas del equipo muy cercanos al ministro, pero otra vez se dejó de lado por la cuestión política», explica uno de los economistas con responsabilidad en la gestión.
«Algunos en el equipo creen que con un esquema de acumulación de reservas muy fuerte, equilibrio o superávit fiscal y mucha decisión para avanzar en la redistribución del ingreso, se puede aplacar la crisis cambiaria y solo con acelerar un poco la tasa de devaluación diaria (crawling peg) y bajar un poco la tasa de interés se podrá lograr que caiga la brecha con los dólares financieros y estabilizar sin desdoblar. Por lo menos en una primera etapa. Pero son temas de discusión», señala.
Balotaje
Las tres semanas que restan hasta el balotaje serán bien distintas a los momentos previos a las PASO y la primera vuelta electoral, sostienen cerca de Massa. De hecho, destacan que esta semana después de mucho tiempo el Banco Central no tuvo que intervenir en el mercado de dólares financieros para contener la brecha con el oficial. «En la semana anterior a las elecciones tuvimos un promedio de intervención diaria de 100 millones de dólares. Era un ritmo muy difícil de sostener. Antes de eso veníamos con intervenciones de entre 20 y 30 millones por día», describen.
«Estamos tratando de potenciar la baja del dólar con medidas, como el programa de fomento exportador que podría aportar unos 2000 millones de dólares hasta fin de año, el ingreso de divisas por la licitación del 5G -que aportaría entre 300 millones y 500 millones de dólares en dos semanas, más el equivalente en pesos hasta llegar a 1050 millones de dólares- y la activación de otro tramo del swap con China», detallan en Hacienda.
«Antes de las elecciones del domingo el mercado le había asignado una probabilidad altísima al triunfo de Milei. Muchos estuvieron dispuestos a dolarizarse a cualquier precio, porque todo lo que fuera menos de 3000 pesos era barato. Hubo una sobrerreacción. Incluso hubo ahorristas particulares que sacaron billetes físicos del banco para ir a una cueva a comprar dólares. Ahora todos los que apostaron por Milei están sufriendo una pérdida muy importante. La curva de dólar futuro del Rofex pasó de 1600 pesos para abril de 2024 a 950 pesos en este momento. El MEP tuvo su mayor caída semanal desde julio de 2022. Eso políticamente también nos ayuda mucho, porque Milei terminó pagando el costo por la suba del dólar al decir que la gente sacara los pesos de los plazos fijos. Quedó asociado a la inestabilidad y el caos, y Massa ahora es el que ofrece estabilidad y una promesa de futuro mucho mejor«, concluyen.