( Paula Visentín/ En nombre del Equipo de Motor Económico) Alejandro Malowicki fue una de esas personas que siempre creyeron que el mundo podía transformarse. Una persona que confiaba en la humanidad, que luchaba por ella, escribía, enseñaba y aprendía de los demás. Ale estuvo siempre cerca de los lazos organizativos, creyendo que de la comunidad, la familia o cualquier unión del pueblo surgen transformaciones imprescindibles.
Desde muy temprano, su lectura reveladora sobre las infancias y su representación en el cine y los medios de comunicación marcaron un camino único. Logró llegar a ese público desde un lugar ajeno a la producción capitalista, ofreciendo una mirada auténtica y comprometida.
Argentino y cineasta, vecino ejemplar y consejero invaluable. Directo y filoso para decir verdades, pero tierno y cálido en lo sensible. Te vamos a extrañar, Ale. Gracias por tu legado. Permanecerás inmortalizado en quienes te escucharon, leyeron y disfrutaron de tus inolvidables películas. Hasta siempre.