Por Roxana Yattah*
«Hay miedos que espantan que van a volver,
hay otros que están, pero van a ceder,
hay riqueza hay pobreza hay hambre y tanto,
que un verso no alcanza para decir cuánto»
Gabo Ferro, canción “Lo que te da terror”
Se acercan las Elecciones y nos encuentran con un buen grado de preocupación e incertidumbre frente al futuro, en especial la amenaza de que algunos candidatos ganen adeptos, contra toda lógica. Tenemos miedo a lo absurdo, porque lo sentimos cercano y posible. Acecha el peligro del voto de la derecha y ultraderecha. Nos asustan las reacciones colectivas inmanejables que nos puedan llevar directo al precipicio. Entonces también nos desconfiamos entre nosotros. Este es el clima que se vive por estos días.
Nos preguntamos: ¿cómo piensa alguien que apoya planes de ajuste rigurosos, políticas represivas, como matar por la espalda o abandonar a su suerte a los sin- techo? Así como bajar salarios, eliminar beneficios sociales, despreciar la educación y la salud públicas, la universidad gratuita, orgullo en nuestro continente, fomentar la entrega de nuestros recursos naturales que son nuestro patrimonio.
Hay una lógica para comprender estas posturas, pues no las encarnan uno o dos, sino miles, casi la mitad de la población, con riesgo de que se transformen en mayoría frente a las elecciones. ¡Algo anda mal, estamos en serios problemas! Muchos vislumbran que el problema está en las mismas cabezas, y plantean dirigir los esfuerzos hacia allí.
Intentaré describir dos modelos de pensamiento muy distintos a la hora de contestar las preguntas aquí planteadas: el pensamiento autoritario vs.el pensamiento emancipatorio. Estas reflexiones surgen de la clínica, del trabajo de varios años en el hospital público, en Servicios de Salud Mental. [i]
Dos aclaraciones, no siempre se trata de procesos conscientes, incluso los mecanismos que describimos conviven con semblantes muy modernos adaptados a nuestra época; sin embargo, a nivel inconsciente siguen teniendo vigencia, especialmente en momentos de crisis.
Segunda aclaración:no son procesos individuales sino grupales y colectivos. Alguien que produce un movimiento tiene que vérselas con su propio grupo social o familiar. Los grupos suelen funcionar como amalgamas que cohesionan las ideas.
Por estos motivos, según mi experiencia ¡lo más difícil de cambiar son las cabezas! Una persona dará mil vueltas antes de animarse a dar un paso, necesitará tiempo, espacio, contención; dudará, se resistirá, hasta que varios indicios le señalen que puede avanzar, que será para mejor.
No hay mucho tiempo, nada alcanza hasta salir del peligro.
- La pesada herencia española, la “pedagogía del miedo”
Basado en la idea del orden, el pensamiento autoritario no cuestiona la figura del
páter familias, valoriza los intereses materiales, a la vez que exalta principios morales y religiosos. El historiador argentino Ricardo Rodríguez Molas se especializó en el estudio de la violencia en nuestro país, dio cuenta de la reiteración de sucesos traumáticos: los sucesivos golpes de Estadoen el siglo pasado, y el afianzamiento de los métodos cruentos de castigos y torturas. [ii]
¿Dónde hunde sus raíces este pensamiento? El autor se retrotrae a la fundación misma de la colonia, época del Virreinato. Los castigos corporales, desde aquellos momentos inaugurales han sido una realidad concreta y legislada, impartida por los códigos españoles. ¿Con qué fines se implementaban estas medidas? Para sembrar el miedo y el terror colectivos. Un proceder aparejado a una ideología bien definida: la que valorizaba el dolor y la muerte, junto a la práctica de la vida ascética. [iii]
Estos elementos conformaron lo que se llamó “La pedagogía del miedo” que se expandió haciaotros ámbitosde la sociedad, siendo el fundamento de las grandes Instituciones. Su influencia, especialmente de cuño represivo en alguna de ellas, llegahasta nuestros días.
Hay algo paradojal en este modelo, pues para defender un modo de vida y sus creencias, se recurre a los métodos más extremos, incluso los más crueles e inenarrables. Los castigos, la violencia aplicada sobre la sociedad, se encuentran protegidos por los principios sublimes que mencionamos, funcionando como con una coraza que los justifica.
Así, a lo largo del tiempo, no se ha dudado en encarcelar, torturar, secuestrar y asesinar. Dos elementos básicos de esta pedagogía: el castigo ejemplar y el cumplimiento del deber.
Estas son marcas identificatorias que constituyen a la sociedad argentina,conforman su idiosincrasia, sus raíces. Tienen resonancia en las formas de amar y relacionarse en la cultura. Este esquema subyace en grandes capas de la sociedad, es lo que se repite, a veces a ciegas e irracionalmente. Es la herencia de un catolicismo atávico y acérrimo que, por supuesto, no es el único ¡También existen los curas de Acción por los Pobres, como antes fueron los curas tercermundistas y tantas otras experiencias religiosas diferentes!
- Yanquis y protestantes
En las últimas décadas, se ha instalado en nuestra sociedad, la otra gran rama del autoritarismo. Respecto de la abrumadora presencia de la ideología yanqui en nuestra cultura,ahora han decidido ir por nuestras cabezas, colonizar nuestras mentes. No es que sea nueva esta tendencia, se podría decir que es casi un rasgo pulsionalde nuestra historia que los países dominantes den por sentado su derecho a colonizar nuestros cuerpos y territorios. Es solo que en la actualidad se le suman las grandes maquinarias tecnológicas, agregándole -cínicamente- la formación y capacitación en Universidades y escuelas de Lawfare (asuntos de Justicia) artimañas de la misma para llevar a cabo sus objetivos estratégicos. [iv]Con estas nuevas herramientas los EEUU refuerzan sus políticas invasivas sin perder tiempo, realizando la penetración cultural más brutal que no alcanzan a imaginar nuestros sentidos.
Así y todo, teniendo en cuenta el nivel de sofisticación al que han llegado, esta penetración cultural conlleva un agravante: resulta que estos son tiempos de grandes mentiras, y el discurso yanqui realiza un uso del lenguaje donde fuerza las palabras, las da vueltay logra tergiversar los hechos.Sus discursos se presentan prometiendo bienestar, con formas bellas y armoniosas como “¡cool- easy- happy- light!”pero no dudan en amenazar y mostrar sus garras si alguna medida se sale de lo esperado. ¡Frente a estos mensajes ambivalentes, empezamos a enloquecer!
Del …Take it easy! (¡tranqui!)a los primeros síntomas de Estrés”, ¡vuelo directo sin escalas!
El discurso yanqui es el paradigma, hoy, del discurso autoritario: baja línea en todos los órdenes. Elimina las historias locales, no le interesan los factores sociales y políticos de cada país, uniforman la lengua bajo tres o cuatro slogans que aplican,desde su centro hacia el afuera.No son casuales sus personajes que andan como zombisni sus diagnósticos apocalípticos. ¡Nos quieren dormidos e inútiles!
Es la mentalidad protestante, estricta y cerrada, la que se instala en todos los países donde tienen influencia. O sea, en medio mundo.
En suma y para sintetizar: tenemos aquí un combo:“promesas de bienestar económico, creencias religiosas, apego a principios sagrados, cumplimiento del deber.” Podemos reconocer que los discursos de derecha están compuestos de estos elementos. ¿Cómo llega a instalarse/constituirse un consenso que alienta la disciplina y el orden?
Porque este pensamiento realiza un corte transversal: puede ser adoptado por todas las clases sociales: clase baja o media baja que aspiran a realizar un ascenso social; jóvenes que buscan modelos para identificarse, o bien clases altas a los que les interesa reproducir el modelo.
Por ahora, es lo que tenemos en vastos sectores de la sociedad.
- El Talón de Aquiles
¿Cuál es la encerrona de los planteos autoritarios? Acercaré una explicación desde el psicoanálisis que puede echar luz sobre aspectos insospechados. Se hallaría en la instancia del Superyó, una instancia freudiana que se hace muy palpable en la clínica. El Superyó es el encargado de juzgar, dar órdenes, vigilar y castigar al Yo[v]
El Yo obedece, quiere conformarlo, pero el Superyó nunca estará conforme ni satisfecho. No le alcanza con el cumplimiento del deber por parte del Yo. Esto funciona así por estructura, ya que el Superyó representa la Ley y los ideales, vale decir que tiene algo de inalcanzable. De modo que, según un principio freudiano: “cuanto más obedezca el Yo, más exigirá el Superyó” Siempre sobre un trasfondo de reproches, enojos y por qué no, castigos (autorreproches) de una instancia a la otra.¡Tienealgo de sádico también este Superyó!
Esto explicaría muchos de los fracasos y sufrimientos en la vida de las personas, forma parte de un mecanismo neurótico, con el cual cargamos. ¡Ha sido uno de los grandes hallazgos del psicoanálisis! Son las famosas exigencias superyoicas, que nos obligan a seguir en situaciones penosas.
A partir de los sucesivos fracasos, el Yo se va dando cuenta (va tomando conciencia) de esta encerrona, hasta que empieza a decir ¡Basta! ¡No obedezco más!Y allí comienza, a partir de la experiencia vivida, a darse un cambio de posición que habilitará al sujeto a abrirse nuevas posibilidades, la hendija por la cual podrá tomar distancia finalmente de estos esquemas de obediencia y cumplimiento del deber. Y buscar otros horizontes, otros modos.
Digamos que este es (entre otros) el talón de Aquiles del pensamiento autoritario que se presenta prometiendo soluciones con tanta seguridad, pero que está destinado a fallar la mayoría de las veces, no trayendo la felicidad prometida.
*Psicoanalista- Investigadora en temáticas de violencia- Periodismo en medios.
[i]Centro de Salud Mental nº 1 Dr. Hugo Rosarios, CABA, “Proyecto piloto de Asistencia e Investigación en violencia”, años 1994 a 2006.
[ii]Ricardo Rodríguez Molas, Historia de la tortura y el orden represivo en la Argentina, Buenos Aires, Tomos I Y II, EUDEBA, 1985.
[iii]En palabras del autor: “A fin de domar el Ello, el Ello de los hombres ansiosos, de la libido, de la carne”.
[iv]Incluida la no menos importante rama del Periodismo con su escuela de Fake news (fake= falsas) o noticias basura. Y encima la constante influencia del Coaching y el Marketing.
[v]No confundir este Yo con el Yo de la filosofía oriental: el yo engañoso, del que es preciso despojarse, poner en suspenso. Este Yo freudiano es, en palabras de Freud, “¡Un pobre Yo!” que responde a tres amos a la vez: las exigencias del Superyó, la realidad exterior y, último, pero no menos importante, las exigencias pulsionales que vienen del Ello.