Las 67 grandes maniobras militares que usualmente se concentraban para el último trimestre fueron adelantadas para ejecutarse antes de septiembre. A su vez, todos los efectivos deberán estar disponibles ante cualquier necesidad.
El ejército de Brasil modificó su calendario de trabajo para 2022 y adelantará sus ejercicios para estar disponibles durante el último trimestre del año, cuando se realizan las elecciones presidenciales. Los altos mandos militares temen que la polarización política en el gigante sudamericano desencadene en un “escenario de Capitolio” en referencia al ataque perpetrado por la turba de seguidores del expresidente Donald Trump que irrumpieron en el palacio legislativo para evitar la certificación del actual mandatario Joe Biden el pasado 6 de enero de 2021.
Las 67 grandes maniobras militares que estaban previstas para realizarse durante el año y que usualmente se concentraban para el último trimestre fueron adelantadas para ejecutarse antes de septiembre. A su vez, todos los efectivos militares deberán estar disponibles ante cualquier necesidad.
Según el diario Folha de Sao Paulo, los generales y otros funcionarios “temen que la animosidad que consideran inevitable entre los dos grupos pueda desbordarse en incidentes esporádicos de violencia”. En este sentido, ante una eventual pedido de ayuda a las fuerzas “ya estarán movilizadas para las elecciones de este año”.
De acuerdo con el matutino brasileño, en privado los altos mandos militares especulan sobre cómo reaccionarán los partidarios de Bolsonaro -a quienes en este momento ven más radicalizados– si el líder de la ultraderecha pierde los comicios o si no alcanza a llegar a ballotage.
Aunque por un lado la posibilidad de un “escenario de Capitolio” en los comicios brasileños todavía cosecha dudas, por otro lado, existe una “incertidumbre sobre la policía militar más bolsonarista”, informó Folha que citó una entrevista realizada al exministro de Defensa y Seguridad Pública, Raul Jungmann, meses atrás. El exministro planteaba que el peor escenario sería el siguiente: Bolsonaro no consigue reelegirse, acusa al sistema electrónico de votación de fraude y pide la anulación de los comicios, a lo que se sumarían sus seguidores radicales, entre ellos policías, y camioneros que entrarían en choque con manifestantes de la oposición a Bolsonaro.
En este escenario, continúa Folha, el gobernador del estado donde se produce el hecho entra en pánico y pide una GLO (operación de garantía de ley y orden) para contener la crisis. Bolsonaro se niega a enviar a las fuerzas armadas, el jefe del estado pide ayuda a la corte suprema y se produce un grave impasse constitucional. El matutino a su vez consigna que según un informe al que accedieron oficiales del alto mando “tal hipótesis se considera muy improbable” y citan lo ocurrido con las “manifestaciones golpistas del presidente el pasado siete de septiembre no desencadenaron en violencia a pesar de las amenazas de los camioneros que estaban en Brasilia”.
Gobierno de uniformados
Según Folha, Bolsonaro “dio un carácter uniformado a su gobierno con el apoyo al sector militar al poblar ministerios y organismos con oficiales de reserva pero también del servicio activo”. Esto llevó a una asociación inevitable entre el Ejecutivo y las Fuerzas Armadas. El diario brasileño a su vez se refirió al “tiempo turbulento del general (Eduardo) Pazuello en el ministerio de Salud, y la exención que consiguió después de romper el código militar al participar en un acto de apoyo a Bolsonaro ya fuera de la cartera, sólo aumentó la percepción”.
Para el diario, la “habilidad política” del actual comandante del Ejército, Paulo Sérgio Oliveira, y el hecho de que “no parece haber un clima para el tipo de interferencia en el año electoral provocado por el tuit del excomandante Eduardo Villas Boas en 2018 “cuando el general presionó al Supremo Tribunal Federal de no conceder un hábeas corpus para impedir la prisión de Lula”.
Tropas bolsonaristas
Sin embargo, resaltó que desde el punto de vista político las tropas siguen siendo “mayoritariamente bolsonaristas”. “Con un grupo que tiende a entusiasmarse con el exjuez Sergio Moro, cuya candidatura está en marcha”, consigna Folha.
Las elecciones generales en Brasil están previstas para el domingo 2 de octubre, y en caso de que se realice una segunda vuelta, los y las brasileñas volverán a las urnas el 30 del mismo mes. Todos los sondeos favorecen ampliamente al expresidente y precandidato del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva.
Esta semana, tras su alta médica, Bolsonaro publicó un video en la red social TikTok donde ataca al líder del PT y asegura que con su reelección impedirá el regreso de la izquierda en Brasil. El presidente ultraderechista se volcó a TikTok luego de que un estudió demostró que Lula le disputa a Bolsonaro la hegemonía en redes sociales.
En su última encuesta de diciembre Datafolha entrevistó a 3.666 electores: Lula lidera los sondeos de intención de voto para las presidenciales de octubre, con el 48 por ciento, dos veces más que Bolsonaro que obtuvo un 22 por ciento.
Fuente: Página 12