Costa analiza el escenario recesivo para las pymes, critica la apertura de importaciones sin regulaciones y detalla cómo la Provincia intenta sostener empleo e innovación.
(Por Juan Manuel Meza) En una semana marcada por lo que fue un Día de la Industria «amargo», según lo define, el ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires, Augusto Costa, analiza el impacto de la política económica nacional sobre el entramado productivo bonaerense. Es jueves 4 de septiembre. Todavía no empezó la veda pero Costa prefiere ser cauto. Avisa que no hablará de candidatos, ni propios ni ajenos, ni hará proselitismo. Solo contará lo que pasa con la realidad productiva. Citando datos que reflejan una caída en la actividad industrial, el funcionario advierte sobre los efectos de la apertura de importaciones, el retroceso del consumo interno, la falta de incentivos a la inversión en sectores estratégicos y el ajuste en la ciencia.
En diálogo con Buenos Aires/12, Costa cuestiona las decisiones del gobierno de Javier Milei, a las que compara con las adoptadas durante la gestión de Mauricio Macri. A su juicio, ambas administraciones comparten un enfoque que deja de lado el desarrollo industrial y favorece un esquema económico orientado a la especulación financiera.
—En el Día de la Industria se habló de que “no hay nada que festejar”. ¿Cómo evalúa la situación actual del entramado productivo bonaerense?
–Realmente no vemos nada que festejar en este contexto. Buenos Aires es la provincia que genera casi el 50 por ciento de la producción industrial nacional, y concentra el 44 por ciento del empleo en ese segmento. Y para la primera mitad de este año, comparado con 2023, ya vemos casi un 11 por ciento de caída en la actividad industrial bonaerense. Hay sectores que en la Provincia son muy relevantes, como el sector textil, la industria metalúrgica o la plástica y del caucho, que registran caídas superiores al 10 por ciento respecto de 2023. Ya ni siquiera hablamos de sectores a los que les fue bien o mal, sino de a cuáles les fue mal y a cuáles les fue peor. Desde que asumió Milei, la industria nacional perdió más de 30.000 empleos registrados, ¿qué se puede festejar con esas cifras? Algo que vemos con suma preocupación, también, es el aumento de las importaciones. En la primera mitad de este año ya crecieron en promedio más de un 34 por ciento respecto del año pasado. Están aumentando por encima de este porcentaje las importaciones de autos, indumentaria, maquinaria, calzado e incluso alimentos. Así no hay producción nacional que se pueda sostener, es una locura.
–¿Cuál es hoy la principal demanda que recibe de los empresarios industriales bonaerenses en sus encuentros?
–Hoy escuchamos una infinidad de demandas. Pero para destacar las principales, los empresarios industriales tienen hoy mucha dificultad para competir con la producción del exterior. Mientras en países como Estados Unidos (y hablamos de los Estados Unidos de Donald Trump, ni siquiera es que hablamos de países con gobiernos de izquierda ni nada que se le acerque) están aplicando aranceles para proteger a su industria interna, acá el gobierno nacional no sólo abrió las importaciones de manera indiscriminada sino que las fomenta. Así que las mayores quejas apuntan a la apertura de importaciones, a la excesiva desregulación en ciertos segmentos (lo que permite que ingresen productos sin los controles que se le exige a la producción nacional), a la caída del consumo que deprime las ventas de los sectores muy ligados a la demanda interna, y a la eliminación de todas las herramientas que tenía la gestión anterior en materia de asistencia a las pymes -algo que la provincia sí ha sostenido con mucho esfuerzo, considerando la fuerte discriminación que viene sufriendo en materia de transferencias.
–¿Cuál es su visión sobre el futuro inmediato de las pymes? ¿Y en qué considera que debe hacer foco o profundizar la Provincia?
–La profundización de este modelo lleva a la desindustrialización del país y por ende de la Provincia, con un fuerte impacto en materia de pérdida de puestos de trabajo y de capacidades productivas, tal como sucedió en los ‘90, afectando seriamente a las pymes, que son el segmento más vulnerable. Por supuesto que aquellos sectores más tradicionales del entramado productivo y muy dependientes de la demanda interna serán los más afectados si el salario no se recupera, y si la macro no encuentra un rumbo definido, como pareciera que va a suceder, limitándose a ofrecer la timba financiera para sobrevivir.
–¿Qué harán las empresas?
–Algunas seguramente optarán por reconvertirse para importar lo que hoy fabrican, mientras que otras con más espalda podrán evaluar y esperar lo que suceda los próximos dos años. Pero lo que es claro es que con las actuales tasas de interés y este manejo financiero de la macro, ni el RIGI escapa al parate de las inversiones previstas. Así vamos hacia una etapa de desinversión del sector privado. Ya vimos estos días que en el acumulado de 2025 la inversión extranjera directa lleva más de 1.300 millones de dólares de caída. De nuevo, como pasó con Macri, la lluvia de inversiones que nunca llega…
–Los números provinciales marcan más de siete mil pymes cerradas en la Provincia y más de quince mil a nivel nacional desde diciembre de 2023. ¿Qué lectura hace de esta crisis en términos de empleo y desarrollo local?
—La lectura es la única que se puede hacer: el gobierno nacional no tiene ningún interés por el desarrollo productivo de nuestro país. Salvo los sectores intensivos en recursos naturales como el agro, el petróleo y el gas, que sí están creciendo, el resto viene tratando de sobrevivir a la debacle que les plantea el actual “modelo” económico de apertura indiscriminada. El presidente llamó “empresarios prebendarios” a los industriales, que según él “son parásitos que viven del campo”. Pero el campo mientras tanto, sigue con un dólar pisado y reclamando por los derechos de exportación. Entonces, queda claro que la única actividad que quiere impulsar el gobierno de Milei es la especulación financiera, el famoso carry trade. Y eso también ya lo vimos, y sabemos que no termina bien. Nuestro modelo para el país se basa en el desarrollo productivo, con un entramado industrial fuerte que genere empleo y sea competitivo, y que permita sobre todo el arraigo en el territorio que sólo es posible cuando la producción y el empleo crecen a nivel local.
–Los índices muestran que la recesión golpea fuerte al consumo interno. ¿Cómo afecta esto al tejido pyme bonaerense y qué estrategias aplican para sostener la demanda?
–Obviamente que la caída del poder adquisitivo que se está dando, con el consecuente descenso del consumo interno, golpea directamente en la actividad de las pymes. Esto genera un círculo vicioso. Al haber menos consumo, caen las ventas y muchas pymes deben cerrar, lo que implica menos trabajo y, como consecuencia, menos consumo. Desde la Provincia, si bien no contamos con las herramientas de política macroeconómica para impedir esta situación porque son responsabilidad del gobierno nacional, hacemos los mayores esfuerzos para sostener la demanda. En este sentido, la política de mayor impacto ha sido la Cuenta DNI del Banco Provincia, la cual ha permitido que la caída del consumo sea menor, gracias a múltiples descuentos y promociones que siguen vigentes. También venimos realizando las rondas de negocios.
–¿Qué resultados concretos dejaron hasta ahora las rondas de negocios para las pymes?
–Son una herramienta muy valorada por las pymes. Es un ámbito donde pueden asistir sin costo, para encontrarse con otras empresas con las que hacer negocios que potencien su competitividad. Desde que llegamos a la gestión ya organizamos 92 rondas de negocios, por las que pasaron más de 20.300 empresas. Por lo menos una de cada tres participantes nos cuenta que logró concretar nuevos negocios. Además, estamos organizando rondas destinadas a sectores específicos de actividad, y traemos a compradores internacionales. Entonces pymes bonaerenses que no tienen mucha experiencia en exportar logran sentarse con importadores de otros países, como por ejemplo Bolivia, México o Brasil, y luego las acompañamos en el proceso de exportar por primera vez. Hicimos esto con los sectores de alimentos, autopartes, de equipamiento médico, maquinaria agrícola y otros que tienen mucho potencial para insertarse en mercados internacionales.
–Días atrás tuvo un cruce en redes con el intendente de Tres De Febrero, Diego Valenzuela, quien criticó la implementación de las políticas públicas de su ministerio.
–Son cosas de la campañam pero nosotros venimos trabajando intensamente hace seis años con los industriales de la Provincia. Eso incluye por supuesto al conurbano, sobre todo en ciudades como las de Tres de Febrero y todo ese cordón industrial, donde está lleno de talleres, pymes familiares y empresas que en este contexto la luchan todos los días para sostener su actividad. Saben perfectamente que el gobierno provincial es el que pone el hombro, escucha sus reclamos y cuenta con políticas que buscan impulsar su desarrollo. Desde que llegamos a la gestión en 2019 venimos trabajando para acompañar a las pymes con instrumentos de crédito, junto al Bapro. Los empresarios lo saben perfectamente.
–Los microcréditos del Bapro fueron presentados como otras herramientas clave en su gestión. ¿Por qué? ¿Cuántas firmas lograron acceder a este apoyo? ¿Y cómo se está midiendo su impacto?
–Desde que llegamos a la gestión, ya entregamos microcréditos con tasas bonificadas a más de 1.000 microempresas, distribuidas en 114 de los 135 municipios bonaerenses. Su impacto es muy claro: es un instrumento de financiamiento con tasas razonables para actores que todavía no están en condiciones de acceder a los créditos que el banco otorga a las pymes, o a empresas más grandes. Y es una manera de acompañar en su crecimiento a proyectos de menor envergadura pero que tienen potencial para crecer y transformarse en una pyme. Por otro lado financiamos -también con tasas bonificadas- unos 400 proyectos de inversión productiva de pymes en todo el territorio provincial, junto al Banco Provincia, que después de la gestión de María Eugenia Vidal, volvió a ser una entidad financiera con sentido productivo, y orientada a dar respuesta a las necesidades de las pymes.
–¿Qué coordinación existe con el Ministerio de Trabajo provincial frente al aumento de despidos derivados de los cierres empresariales?
–Todos los días estamos trabajando junto al equipo del ministerio de Trabajo y los sindicatos por casos de empresas que cierran, que despiden trabajadores, suspenden personal, o ingresan en procesos preventivos de crisis. Por ejemplo, con el caso de Canteras Cerro Negro, empresa de Olavarría que había anunciado el despido de 96 personas (el 25 por ciento de su personal), a partir de nuestra intervención junto al ministerio de Trabajo se logró reducir el número de despidos definitivos a 59, acordando 37 reincorporaciones. De cualquier manera, creo que es importante mencionar que, en general, ninguna pyme quiere echar gente. Con lo que implica contar con personal formado, las empresas tratan de sostener sus puestos de trabajo. Sin embargo la situación se torna muy compleja en muchos sectores y hace inviable el negocio, lo que termina impactando de manera directa en el empleo.
–En paralelo, el sistema científico bonaerense viene denunciando un ajuste muy fuerte en el sector. ¿Qué consecuencias en el presente y a futuro tiene la parálisis de proyectos y la reducción de fondos en ciencia y tecnología?
–Los efectos no son solo para la Provincia sino para todo el país. La ciencia y la tecnología son fundamentales para el desarrollo; ningún territorio se desarrolla económica, humana y productivamente sin ellas. Sin desarrollo científico tecnológico, no hay futuro posible para la Argentina, y eso lo tienen claro todos los países del mundo. Solo a un gobierno como éste se le ocurre desfinanciar al sistema científico y universitario, lo que trae consecuencias nefastas para la salud, la educación, para el bienestar de la población y, por supuesto, para el desarrollo productivo, ya que sin ciencia ni tecnología nuestras empresas pierden mucha competitividad en un mundo que avanza rápidamente en este sentido.
–¿Cómo articula la Provincia con universidades y el Conicet para sostener líneas de investigación que según denuncian quedaron sin respaldo nacional?
—Mientras Milei desfinancia al sector científico, en la Provincia sostenemos políticas públicas activas desde 2019. Esas políticas provinciales a partir de 2023 se convirtieron en el único sostén del sector científico provincial. Hace pocas semanas cerró la convocatoria 2025 del Fondo de Innovación Tecnológica de Buenos Aires (FITBA) en la que recibimos 350 proyectos por más de 11.000 millones de pesos, lo que demuestra la vocación del sector científico por resolver problemáticas de la sociedad. Además, la Comisión de Investigaciones Científicas lanzó una convocatoria a Becas Doctorales para contener a quienes Milei dejó sin beca en la mitad de su doctorado. Estamos sosteniendo capacidades y apostando a un futuro en el que la ciencia y la producción vuelvan a ser el motor del desarrollo.
–¿Qué sectores de la innovación tecnológica considera estratégicos para motorizar el desarrollo?
—La Provincia es el corazón productivo y científico de la Argentina. Las oportunidades se dan en todos los sectores. Tenemos a los mejores investigadores en Nanotecnología, Biotecnología, Ingeniería, Inteligencia Artificial y todos los sectores productivos. Fomentamos la articulación entre estos sectores con una visión de desarrollo y encontramos oportunidades en los cruces que se dan entre sectores productivos tradicionales y las tecnologías de punta: fabricantes de lubricantes industriales que incorporan nanotecnología, envasadoras de agua que implementan sistemas de visión artificial, el desarrollo de equipamiento médico o la sustitución de insumos importados en el sector alimentos.
–¿Cómo imagina el rol de la Legislatura bonaerense a partir del 10 de diciembre en materia productiva y científica?
–Imagino una nueva composición, con un comportamiento más acorde a los lineamientos que se establecen desde el Ejecutivo provincial, apoyando y generando un marco normativo que permita un mayor despliegue de las políticas que queremos implementar.