Edición n° 2881 . 11/10/2024

Argentina: Hambre, presente “apocalíptico” y  expectativas de futuro en el país del presidente-Terminator

( *Emilia Trabucco) “Vengo de un futuro apocalíptico, como Terminator”, fueron las declaraciones polémicas del presidente argentino Javier Milei, autopercibido como un profeta global libertario y justificando su proyecto económico en una misión que incluye la batalla cultural contra el socialismo y la destrucción del Estado: “es como estar infiltrado en las filas enemigas”, dijo.

Vale la pena poder, además de escandalizarse por sus declaraciones -cuyo estilo sigue sumando adeptos-, analizarlas en un contexto argentino donde los hechos concretos demuestran que las filas enemigas a las que alude Milei parecen ser los sectores más postergados, les jubilades y las niñeces, aquellos para quienes ese futuro apocalíptico llegó hace rato.

La pobreza alcanzó a 25 millones de argentines en el primer trimestre del año, y casi 8 millones viven en la pobreza extrema o indigencia; la mayoría son niñeces y adolescentes: el 32%  sufre las consecuencias de la inseguridad alimentaria, según estimaciones de la Universidad Católica Argentina.

Mientras llueven desde el gobierno promesas de un futuro mejor, la agenda nacional incluyó la negativa del Ministerio de Capital Humano  de entregar 5.000 toneladas de comida, mucha a punto de vencer,  y la ejecución de 0% del Presupuesto que estaba ya asignado tanto a comedores comunitarios como escolares y obras en jardines de infantes.

La subejecución presupuestaria total del Ministerio de Capital Humano asciende a más de 2 billones de pesos, el 50% del total del superávit financiero que el gobierno festejó en abril. Aunque desde las filas libertarias se esfuercen -con éxito relativo- en responsabilizar al “kirchnerismo” de la debacle producida en solo 5 meses, el escándalo ha golpeado a la gestión actual, aunque quizás no con el impacto esperado.

La Justicia ha exigido por orden judicial que el Ministerio entregue de inmediato los alimentos retenidos en los depósitos de Tucumán y Villa Martelli en Buenos Aires, a lo que distintos funcionarios respondieron con ataques a los jueces y fiscales, pero finalmente poniendo en marcha operativos con el Ejército para distribuir los alimentos por vencer  y presentando el plan de distribución para la totalidad, también por el pedido del propio tribunal.

Cabe resaltar que desde el Gobierno han apelado el fallo, rechazado por la Cámara Federal de Apelaciones, que le dio la razón a la decisión del juez Sebastián Casanello. Y no solo eso, ante la derrota judicial, anunciaron que irán hasta las últimas consecuencias, llevando el caso ante la Corte Suprema de la Nación. Considerando la situación crítica actual, se empieza a hablar de la retención de alimentos del gobierno como un crimen de lesa humanidad, con sobrados argumentos.

El dato importante es que el gobierno distribuirá los alimentos en alianza con Conin, una fundación presidida por Abel Albino, miembro del Opus Dei, médico antiderechos, militante en contra del aborto legal y la Educación Sexual Integral, cercano al presidente desde el primer día. La distribución se está haciendo discrecionalmente según los criterios de la fundación, por lo que la mayoría de los kilos de leche por vencer irán a Mendoza, donde Conin tiene su sede central. Esta decisión está intentando legitimarse profundizando el discurso de estigmatización de las organizaciones populares.

Mientras tanto, a la ministra Sandra Pettovello se le abre otro frente, por las denuncias de malversación de fondos provenientes del convenio firmado desde su cartera con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) para compra de alimentos y contratación irregular de personal, que incluye rutas de dinero para financiamiento político y cobro en dólares.

Frente a la investigación iniciada por la Justicia por las acusaciones y la filtración mediática, el gobierno hizo saltar un nuevo fusible, echando a Pablo de la Torre de la Secretaría de Niñez y Adolescencia de la cartera, elegido como chivo expiatorio, quien fue reemplazado por Yanina Nano Lembo. De la Torre forma parte de los casi 40 funcionarios que se han ido de la gestión en 5 meses, el 40% pertenecientes a la cartera de Pettovello .

En medio del conflicto, Federico Sturzzenegger, encargado de la “modernización”-privatización del Estado, prepara un “sistema de contratos contingentes” para entrega de alimentos destinados a emergencias, desarrollando un “call opción”, que supone implementar un esquema de seguros. No se detalla en su plan cuál es la penalidad si las empresas no entregan los alimentos a tiempo, cómo se licitarán las compras o cómo se determina el precio de la prima. Es el mercado especulando nuevamente con las necesidades básicas de millones de personas, en detrimento del Estado. En este marco se inscribe el anuncio de Milei sobre los contratos con Google y Meta para “modernizar” el aparato estatal mediante Inteligencia Artificial, con Sturzenegger como garante local.

Los  y las jubiladas son el otro sector crítico que soporta las consecuencias del modelo. El 50% restante del supuesto superávit, lo explicaron, casi en su totalidad, la licuación de las jubilaciones. Ante la votación en la Cámara de Diputados de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, Milei ha expresado que no piensa renunciar a su política de “déficit cero”. Lanzó insultos a les representantes en redes sociales y amenazó “defenderé la caja a puro veto si es necesario”.

Mientras tanto, no todos pierden con el gobierno libertario. El mes pasado se comprobó una gran transferencia negativa de ingresos: mientras que la recaudación del IVA cayó más de cincuenta puntos en términos reales, el impuesto a las Ganancias creció un 80% real, motorizada por los mayores aportes de las empresas producto de la devaluación, debido a sus activos en dólares, por lo que experimentaron fuertes subas en las ganancias, entre ellas las corporaciones alimentarias.

En medio del anuncio de tratamiento de la Ley Bases y el Paquete Fiscal el próximo 12 de junio en el Congreso, con rumores de posible aprobación, el escándalo de los comedores, los conflictos por el presupuesto educativo, el congelamiento de jubilaciones, y el recorte a los presupuestos provinciales, el gobierno no parece dar brazo a torcer. Sin la Ley aún aprobada, viene cumpliendo de facto su plan de eliminación de las instancias del Estado encargadas de mediar -o intentar mediar- la puja distributiva entre empresarios y trabajadores.

Solo considerando los últimos días, el Ejecutivo eliminó el Ministerio del Interior luego de nombrar al ex ministro Guillermo Francos como jefe de gabinete. Al día siguiente del 3 de junio, a 9 años del primer Ni UNa Menos, donde se llevaron adelante  múltiples movilizaciones en todo el país protagonizadas por el movimiento feminista en unidad en contra de las violencias, el gobierno eliminó el área encargada de la protección contra la violencia de género -que había pasado a la órbita de Justicia- consumando la total eliminación del ex Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, y anunciando el despido de 500 trabajadoras y trabajadores. Una maniobra por demás perversa, que muestra el claro sentido de su plan de gobierno.

Cabe abrir la pregunta sobre cómo logra la fuerza libertaria y sus aliados, no sin tensiones, instrumentar las consecuencias de un ajuste brutal sobre los sectores populares para avanzar finalmente -y paradójicamente – en la destrucción del Estado, dando vía libre en su lugar a las empresas y su objetivo del lucro privado, de la mano de un discurso que cala en el sentido común de amplios sectores que, en medio de la crisis, combina estigmatización de las organizaciones políticas y sociales, elementos mesiánicos y promesas de un futuro mejor que no llega (ni llegará).

Las denuncias de la política del hambre, del ataque a los comedores, la educación pública y la licuación de las jubilaciones han atravesado todas las grandes movilizaciones y paros generales realizados por las centrales sindicales, organizaciones sociales, de derechos humanos, feministas, estudiantiles, culturales en la más amplia unidad en contra de las políticas de gobierno.

Han sido ejes articuladores que han enlazado la solidaridad entre las múltiples expresiones de organización popular. La pregunta sigue estando alrededor de cómo ese poder que se va construyendo en las distintas medidas de lucha no alcanza a tocar aún el núcleo de poder de un gobierno que sigue teniendo altos índices de aceptación social, principalmente sobre expectativas de estar mejor, y un repudio a la política tradicional que no ha cumplido sus promesas y que sostiene funcionarios más allá de los cambios de gobierno, anclados en negocios personales, expresión de un proceso de descomposición política que agudiza la crisis de representación.

Detrás de los discursos, los números de la economía local ponen en evidencia la destrucción del consumo de la población por la licuación de ingresos y los miles de despidos que dejan sin posibilidad de cubrir las necesidades básicas a miles de familias. Aunque Milei se esfuerce en decir que sobrevivir será responsabilidad individual de cada quien, es ya cada vez más evidente que el futuro de millones de argentines depende de la posibilidad de rearticular iniciativas colectivas.

Ante el avance de un proyecto de destrucción absoluta, se vuelve necesario debatir y construir una concepción  de lo público que sea superadora de la mirada nostálgica de un tiempo anterior o la mera defensa de un Estado que fue perdiendo territorialidad y capacidad de respuestas efectivas ante las necesidades de las mayorías trabajadoras. Otro horizonte estratégico tiene que ser posible y contrapuesto al verdadero apocalipsis en curso que ofrece la derecha con sus espejos de colores y sus promesas de un futuro que no llega.

*Psicóloga, Magíster en Seguridad de la Nación. Analista del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE) Argentina. Directora del Área de Universidad, Género y Trabajo del IEC-CONADU.