Edición n° 2723 . 06/05/2024

«Argentina: Entre la locura, la angustia y el miedo»

Por Antonio Muñiz

“OJALÁ TE TOQUE VIVIR TIEMPOS INTERESANTES”


La frase que titula estas líneas es de carácter apócrifo, y suele citarse como una de las célebres “maldiciones chinas”. Nos dice con una fuerte ironía las tensiones que se generan en las sociedades en tiempos de cambio, cuando las certidumbres, valores y paradigmas que han orientado el actuar de las personas y de las instituciones se hacen insuficientes para dar respuestas satisfactorias a los problemas y desafíos del nuevo momento.

De la incertidumbre ante el devenir surge el temor y la angustia a la que se referían, entre otros, los pensadores existencialistas.
Es notorio que gran parte de la población argentina está viviendo una situación de angustia y temor ante un futuro cercano muy incierto, en medio de una coyuntura política cargada de tensiones y enfrentamientos ideológicos, políticos y económicos.
Argentina se encuentra en un punto de quiebre que desafía su estabilidad institucional y económica existente llevándola a un escenario de caos y destrucción del estado de bienestar imperante en la Argentina desde el peronismo, sino también de destrucción de todo entramado jurídico, político o económico que plasmó a la Argentina como una comunidad integrada.


Esta nueva ofensiva del gran capital extranjero, es liderada, sobre todo, por los fondos buitres, representados mayoritariamente por  Black Rock, aliada a los capitales locales, altamente concentrados y sobre todo extranjerizados, ya conocidos.
Esta vez viene con un ímpetu de destrucción acelerada y el logro de sus objetivos sin importar el costo material y humano de esta experiencia de saqueo y apropiación de los recursos de una nación, dejando a su paso una tierra arrasada.

Lo que Milei nos va dejando:

Los primeros sesenta días del gobierno de Javier Milei han generado un caos económico, cuyo impacto en la sociedad es todavía difícil de medir, ya que muchas de sus consecuencias se sentirán a lo largo de todo el año.


La principal característica del gobierno  fue su peculiar enfoque económico ultra liberal, muy libre mercado para algunos sectores, pero reservando áreas del mercado y de negocios para los amigos.


Todo plasmado a través de un DNU y una ley ómnibus que en su esencia buscaban resetear toda la economía argentina, destruir el estado y dejar el “campo orejano” para los negocios financieros de endeudamiento, apropiación y fuga de capitales. Y por el otro garantizar a esos sectores amigos el saqueo de los recursos naturales, (energía, minerales, agro alimentos, etc).

La Ley Ómnibus naufragó rápidamente en la Cámara de Diputados, producto de la incapacidad técnica y política de los funcionarios del gobierno, más una amplia movilización popular que se hizo sentir en las calles casi desde el primer día de gobierno.

Queda el DNU, vigente hasta que alguna de las cámaras lo rechace o la Corte Suprema de Justicia lo declare como corresponde inconstitucional, ya que más allá del daño material, político y económico que ese decreto está generando es claramente inconstitucional, porque avanza sobre materias constitucionales o de tratamiento exclusivo del poder legislativo.

Tal vez la principal falla en este periodo fue la falta de planificación, llegaron e improvisaron una serie de medidas carentes de lógica política y económica.


Llegaron como elefantes en un bazar a destruir todo.


Igualmente, no es tan extraño, la derecha argentina, política y económica, nunca tuvo muchas luces, siempre furgón de cola de los intereses extranjeros, careció de proyecto viable que pudiera contener a la mayoría de los argentinos.
Las cuatro experiencias neoliberales en los últimos 50 años terminaron en grandes fracasos, con su secuela de dolor, sangre y miseria, a pesar de que en algunos casos fueron llevados adelante por gobiernos con poder, como el proceso militar o el menemismo.

Y el otro gran déficit del actual gobierno, es su estilo confrontativo y violento, su retórica anti política, le hicieron imposible la construcción de alianzas que le dieran volumen y poder.


Las peleas constantes y la creación siempre de un enemigo, solo generan sensación de caos e inseguridad.
Un principio básico de la política es: “No podés pelearte con todos y al mismo tiempo, porque tarde o temprano se juntarán todos en contra tuya”.
En el día a día estas posiciones solo generaron más polémicas y fueron agrandando la división en la sociedad argentina, ya que toda la política del gobierno está orientada a favorecer a los sectores más ricos y “cargarse” a los jubilados, a los sectores trabajadores y sobre todo a la clase media.

Mas allá del relato libertario y su país de fantasía, la población argentina viene sufriendo altos índices de inflación y una pérdida continua del poder adquisitivo de los salarios, a partir de una incentivación de la crisis por parte del mismo gobierno, con tarifasos, devaluación, atraso de salarios y jubilaciones y liberación de precios.

Para tener en cuenta la magnitud del ajuste y el impacto sobre la población, salió en estos día el prestigioso informe de la UCA: la devaluación destruyó los ingresos de todos los argentinos y la pobreza ya sería del 57%: casi 27 millones de personas.
La depreciación de la moneda y la escalada sin freno de los precios de productos de la canasta básica hicieron trizas la capacidad de compra de los sectores medios y muchas personas pasaron a engrosar las dramáticas cifras de pobreza en la Argentina.


Así, en los dos primeros meses de gobierno de Javier Milei se produjo una brutal caída en la capacidad de compra que millones de personas cayeron en la pobreza.


Para muestra valen los datos de enero, en la Región Metropolitana la canasta de pobreza para una persona adulta fue de $ 193.146 y para una familia tipo de $ 596.823, sin considerar el alquiler. Con alquiler y algunos servicios los ingresos para una familia deberían alcanzar al millón de pesos. ¿Cuántas familias tienen hoy ese ingreso?

Los números marcan claramente que el camino elegido por el mileismo no es el correcto, que sus políticas están equivocadas y no nos llevan al paraíso.

Por el contrario, estamos en los umbrales de un verdadero genocidio, sobre todo sobre la población de adultos mayores y los niños de los sectores más vulnerados.

PAMI hoy retacea la entrega de medicamentos oncológicos, los necesarios para el HIV, hasta no entrega bolsas de colostomía para paciente de cáncer de colon. No hay entrega de alimentos para los comedores populares, pero tampoco para los comedores escolares. Todo en un marco de una profunda crisis de todo el sistema de salud pública y también de la privada. La expulsión lenta pero continua de adherentes a las obras sociales prepagas por el aumento desmedido de los precios, deja a sectores de clase media fuera del sistema y engrosando el sector público, hoy también desfinanciados.
Esto es solo un pantallazo de la situación que se vive en Argentina. Son momentos tan críticos y tan complejos a veces, en una sucesión de hechos que parecen lejanos en el tiempo y sucedieron ayer o hace unos días.


La carta de Cristina Fernández , que salió de su silencio y diagnosticó la situación actual como producto de la deuda externa, la dolarización de la economía y culpabilizó con razón Macri y a Caputo como responsables de la crisis económica; mostró su predisposición a debatir con el gobierno una reforma laboral y un régimen de privatizaciones. Tuvo un impacto inicial, pero rápidamente pasó al olvido, detrás de las peleas vía Twitter de Milei con la cultura y en especial con Laly Espósito.


También Macri, guste o no un dirigente de la derecha que conserva cierto consenso dentro de sus seguidores tuvo sus cinco minutos en las tapas de los diarios. Su intento de ocupar el gabinete de Milei con su tropa, un sueño que arrastra desde antes del ballotage, fue un fracaso a pesar de la debilidad del gobierno por el pase a comisiones de la ley ómnibus. La misma Karina Milei le dio el portazo en la cara, cuando le avisó que no se entregaban ministerios. En el ínterin Macri está destruyendo el partido que el creo, el PRO, en el afán de poder conducir el rumbo del gobierno mileista.

Las conversaciones entre sectores del Pro y de LLA siguen su curso, y no puede negarse que esa unidad se dé cuando la crisis se agrave y nos los una ya el amor sino el espanto ante el vacío.


Estos choques marcan más allá de intereses y ambiciones personales de los protagonistas, un choque ideológico. Hay claramente dos modelos de país enfrentados y cada vez más nítido a medida que se sienten los efectos del plan económico.
Y dentro del bloque dominante, también hay contradicciones, aunque no tanto ideológica, si no de negocios e intereses. Los une por ahora el miedo al regreso del cuco kirchnerista y la expectativa de que Milei pueda avanzar en algunos de sus objetivos: disciplinar a la clase trabajadora, mantener salarios bajos en dólares, apropiarse de las empresas del estado, conseguir permisos a largo plazo para explotación minera y de energía y reiniciar el circuito de endeudamiento, apropiación y fuga de divisas.


En este contexto general el peronismo y el campo popular esta alerta, está activo con una estrategia, que puede y es cuestionada, de esperar que la crisis llegue a su clímax, tal como dice Cristina en su carta o Sergio Massa ante la CGT.


Según algunos dirigentes y analistas, se está gestando por debajo una corriente de pensamiento y acción, aun embrionaria, de unidad de diversos sectores: peronismo cordobés, sectores disidentes del Pro, radicalismo, en especial el sector santafesino, diputados de partidos provinciales, y por supuesto Unión por la Patria, etc, de oposición férrea ante las políticas presidenciales contra las provincias y municipios.


Por ahora viene, tanto de diputados como senadores, el tratamiento del DNU presidencial. Pareciera que en senadores y algo menos en diputados podrían estar los votos para rechazarlo. Es la gran pelea política de las próximas semanas.


El tiempo dirá hasta donde llegan estas conversaciones y si logran plasmarse en un proyecto político organizado.
Los tiempos son cortos, hoy hablar de mayo o junio como habla el presidente es política ficción. Pero los tiempos y las respuestas no están el palacio legislativo, y menos en Comodoro Py, las respuestas están en la calle.


Por las dudas es bueno recordar que marzo tiene dos marchas históricas y autónomas, el 8 de marzo, marcha de las mujeres y el 24 de marzo, día de la memoria. Ambas de por si multitudinarias y altamente politizadas. A su vez la CGT está anunciando un paro general, aún sin fecha, pero seguramente para abril. Con los cual el frente de conflictos para el gobierno va a ir creciendo, más los conflictos que el mismo gobierno ira creando en su mesianismo autoritario.

Postdata:
La crisis final de este modelo es inevitable, los tiempos dependerán de cómo se desarrollen los acontecimientos.
La conducción de este proceso y luego el proceso subsiguiente de reconstrucción del escenario político y económico argentino, requerirá una búsqueda de consensos, la construcción de nuevos paradigmas, cuando muchos de los que teníamos han demostrado su falta de vigencia, hay que generar programas alternativos y revolucionarios que den vuelta el sistema neo liberal que quieren imponernos. Este proceso necesitara patriotismo, liderazgo, visión estratégica y compromiso por parte de todos los dirigentes políticos y sociales de campo popular.
¡¡No hay mucho tiempo!!

Antonio Muñiz

febrero 2024