Este mes de octubre que termina estuvo marcado por algunos hechos significativos:
El Coloquio de IDEA que reunió a empresarios, ceos y políticos del circulo rojo, reveló la consolidación de una agenda política y económica de ultra derecha en Argentina; una movilización estudiantil creciente contra el ajuste en las universidades y en la educación en general; crisis en el principal partido de oposición, auto destruyéndose en una interna sin mayor sentido y un veranito económico, donde las variables financieras le sonríen al gobierno mientras los números de la economía real se desmoronan.
Mientra tanto la pobreza y la indigencia siguen expandiéndose en barrios del Gran Buenos Aires y en muchas ciudades del interior del país, producto del ajuste llevado adelante por el gobierno y la consecuente transferencia de ingresos de la clase media y baja hacia el gran empresariado concentrado, marcando una realidad alarmante para millones de argentinos.
En el último año, las cifras han subido de forma acelerada, y las consecuencias se ven a diario: aumento de familias que dependen de comedores comunitarios, menores que abandonan sus estudios para trabajar, y una creciente precarización en el acceso a servicios básicos como alimentación, salud, educación y vivienda.
En el Gran Buenos Aires, donde los contrastes entre sectores vulnerables y zonas urbanas desarrolladas son más marcados, el deterioro socio-económico es especialmente evidente. Familias enteras viven en condiciones de hacinamiento y carecen de acceso regular a alimentos. A su vez, en muchas ciudades del interior, el cierre de pequeñas empresas y comercios ha dejado sin trabajo a miles, agravando la situación de quienes ya vivían al borde de la pobreza.
Esta realidad enfrenta a los sectores medios y populares con el desafío de responder ante una embestida sin precedentes en contra de los derechos laborales y sociales mas básicos, mientras una oposición fragmentada, enfocada en disputas internas sigue sin ofrecer una alternativa real.
La Agenda Empresarial y el Respaldo a las Políticas de Ajuste
El Coloquio de IDEA mostró la sintonía entre el sector empresario mas concentrado y el gobierno en torno a una agenda de ajuste, privatización y liberalización, donde figuras prominentes como Luis Caputo y Federico Sturzenegger delinearon los próximos pasos para «profundizar el ajuste».
Prometieron reducir indemnizaciones y desregular los derechos laborales, entre otras medidas, en un marco que recuerda el brutal achicamiento del Estado de los años noventa. Esta aceptación del sector empresarial a políticas que históricamente fueron objeto de cuestionamientos republicanos y democráticos apunta a una paradoja: los empresarios aplauden a un gobierno que subordina el estado de derecho que antes defendían, priorizando sus beneficios económicos inmediatos sin importar el costo social que se esta infligiendo a la sociedad argentina.
Las Universidades: Un Foco de Resistencia
En contraste, el movimiento universitario ha dado una señal de resistencia significativa. Paros, tomas y movilizaciones en las principales universidades del país revelan un nuevo despertar del activismo estudiantil, con un fuerte respaldo de docentes y personal no docente. Este sector se ha convertido en el epicentro de un creciente rechazo hacia las políticas de austeridad que, bajo el pretexto de la escasez presupuestaria, afectan profundamente la educación pública.
La lucha universitaria, sin embargo, no es solo por recursos; también es un símbolo de una resistencia más amplia a un modelo que concentra riqueza y poder en unas pocas manos a expensas del bienestar social. En este sentido, el movimiento estudiantil podría catalizar otras luchas sectoriales y constituirse en una base de resistencia a la actual orientación política.
La Crisis de la Oposición y el Reto de una Alternativa Popular
Mientras el gobierno avanza con su agenda, la oposición no logra consolidarse como una alternativa efectiva. Las divisiones en el peronismo y en particular entre figuras como Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof, revelan la falta de un proyecto claro y coherente en un contexto en el que sectores populares exigen respuestas urgentes. La disputa interna del Partido Justicialista parece centrarse en cuestiones de liderazgos individuales y el armado electoral para 2025, ignorando la creciente precarización que vive gran parte de la población.
En este contexto, la perspectiva de una respuesta popular unificada parece compleja, pero no imposible.
Si bien el sindicalismo mantiene una postura ambigua, oscilando entre un sector conciliador y otro que muestra una «combatividad» limitada, que trae el recuerdo de otros momentos históricos, como la división en los años sesenta entre el vandorismo y la CGT de los Argentinos o mas acá entre CGT Brasil o CGT Azopardo. Siempre una lucha entre sectores acuerdistas y sectores combativos. Sin embargo, sin desconocer este antecedente histórico, el crecimiento de luchas sectoriales podría forzar a los sindicatos a tomar posiciones más firmes en defensa de sus afiliados.
Los movimientos sociales , otrora fuerza movilizado y ariete del reclamo social durante varias décadas, hoy se encuentran inmovilizados, producto de persecución judicial de sus dirigentes, ahogados ademas por la falta de recursos y cierto temor a la represión estatal, que ha mostrado bastante violencia. Sin embargo es una fuerza latente poderosa, con capacidad de activarse rápidamente ante una situación de conflicto social generalizado.
La unidad de las dos CTA, distanciadas desde hace mucho tiempo, muestra que la unidad del movimiento obrero es el camino en la lucha frente a esta nueva ofensiva neo conservadora.
La universidad, en este caso, es una referencia de cómo sectores organizados pueden visibilizar y coordinar demandas de manera efectiva, especialmente en un contexto de crecientes restricciones. En ese sentido este mes de octubre termina con un gran paro de los sindicatos del sector transporte, al que han adherido otros gremios como Suteba, docentes universitarios, empleados públicos, etc, mostrando un camino de unidad y lucha.
El Rol del Parlamento y la Deriva Autoritaria
El parlamento, en tanto, debate un presupuesto que ratifica recortes en áreas clave como educación y salud, pero las perspectivas de modificar el rumbo político desde el Congreso son limitadas. La creciente dependencia del Ejecutivo en decretos de necesidad y urgencia (DNU) y la tendencia a evitar el debate parlamentario, sugieren un estilo de gobierno cada vez más autoritario. El proyecto en discusión que permitiría a una sola cámara rechazar DNU marca un intento de contrapesar el avance del hiper presidencialismo, pero es incierto si contará con suficiente apoyo para frenar la discrecionalidad del Ejecutivo.
La division del bloque de diputados de la UCR, entre un sector que quiere acordar con la Libertad Avanza y otro que pretende retomar la banderas históricas del radicalismo asumiéndose como oposición y el distanciamiento hacia el gobierno por parte del heterogéneo bloque que lidera Miguel Pichetto, pueden ser una señal de una nueva configuración de las alianzas en el parlamento.
Hacia una Respuesta Desde Abajo
La ofensiva actual requiere de una articulación popular que transcienda las estructuras políticas tradicionales que parecen agotadas. El descontento social y la indignación contra las políticas de ajuste y represión no han encontrado aún un cauce político claro, pero los movimientos estudiantiles y algunas movilizaciones sectoriales comienzan a señalar un camino alternativo. La construcción de una plataforma de lucha que unifique a estudiantes, trabajadores y sectores populares podría representar la base para un proyecto que no solo se oponga a las políticas del gobierno, sino que ofrezca una visión diferente de país.
El monopolio de la antipolítica ha sido capturado por sectores de derecha que denuncian la corrupción mientras consolidan un sistema altamente inmoral que concentra la riqueza en manos de unos pocos.
Las fuerzas populares, entonces, se encuentran ante la necesidad de proponer un proyecto de país que no solo denuncie los problemas del sistema actual, sino que aspire a su transformación profunda. En un contexto de retroceso de los derechos sociales, el desafío será organizar una respuesta que no se limite a la resistencia, sino que construya una alternativa de poder popular frente al avance del capital y el autoritarismo.
AM