(Por Estefanía Cendón) Segunda parte de la entrevista a Alfredo Moreno, ingeniero de Tecnologías en Informática y Telecomunicaciones en ARSAT. Los servicios de telecomunicaciones en pandemia, el rol de los centros de datos, mundo software, la unificación a través de un ministerio TIC y cómo politizar la CyT en agenda.
“Según un estudio del Consejo Económico y Social el 40% del dinero que reciben las familias que acceden a programas de ayuda social lo destinan a la recarga de tarjetas para los celulares. ¿A quién le compran con ese 40%? A Claro, Telefónica y a Telecom, con dinero que les otorga el Estado para que compren alimentos” destacó Moreno, quien ponderó el DNU 690/20, el Plan Conectar Igualdad y la contratación de ARSAT como medidas concretas para reducir la brecha de conectividad en Argentina y combatir las ganancias exorbitantes de las empresas de telecomunicaciones en el país”
El profesor universitario señaló la necesidad de conformar un ministerio TIC transversal al Estado argentino, las políticas de desarrollo y la sociedad en general. “Las TICs hoy son transversales a la vida humana, es imposible vivir sin servicios TIC.La dificultad radicaría en continuar con esta estructura feudalizada de cada grupo TICs en distintas partes del Estado. Es necesario un ministerio que unifique, así como resulta imprescindible garantizar la continuidad política: la discontinuidad política cambia el modelo de orientación del país, cosa que acabamos de vivir hace dos años”, confirmó.
Los datos como motor de la economía digital; el rol protagónico del Estado ante el esquema público-privado y los por qué detrás de la politización de la ciencia y la tecnología en esta entrevista exclusiva de Motor Económico. “La gente debe saber que para vivir bien en un país las ganancias tienen que distribuirse. Eso también es politizar la tecnología y debe estar presente en las universidades, en los colegios secundarios de las escuelas técnicas y debe ser muy fomentado desde el periodismo, la comunicación social y las políticas de gobierno”, definió el especialista.
MOTOR ECONÓMICO: ¿Cuál fue el impacto de la pandemia en relación a los servicios de telecomunicaciones?
Alfredo Moreno: El contexto de la pandemia potenció a ARSAT, pero no debemos olvidar que venimos de 4 años de gestión nefastos y con una demanda creciente a la que responder. Es por este motivo que apareció una respuesta favorable desde el gobierno. En primer lugar fue el DNU 690/20 que declaró como servicios públicos esenciales a los servicios de tecnologías de la información y las comunicaciones (servicios TIC), en un intento por regular su precio, ya que las empresas privadas siguieron ganando dinero durante estos dos años de pandemia con las empresas de telecomunicaciones. Es evidente que no tuvieron la sensibilidad social necesaria para no aumentar sus tarifas y brindar un mejor servicio. Por el contrario, aumentaron servicios que, incluso, son malos.
Según un estudio del Consejo Económico y Social el 40% del dinero que reciben las familias que acceden a programas de ayuda social lo destinan a la recarga de tarjetas para los celulares. ¿A quién le compran con ese 40%? A Claro, Telefónica y a Telecom, con dinero que les otorga el Estado para que compren alimentos. El Estado hizo un gran esfuerzo con ese Decreto para frenarlos, pero luego Telecom, y hace poco Telefónica, consiguieron los amparos de un sistema judicial que dice que la regulación del Decreto 690/20 no es constitucional, permitiendo a las empresas que aumenten el servicio según su consideración. Son jueces que miran las necesidades de las empresas, en vez de mirar las necesidades de la población. Es casi perverso.
Ante la imposibilidad de acción del Estado frente a estos amparos, se toman políticas acertadas como el retorno del Plan Conectar Igualdad y la distribución de netbooks, la contratación de ARSAT por parte del Estado para que lleve conectividad a los lugares donde no hay. De esta forma, quizás bajemos del actual 25% de población sin conectividad a un 15 o 10%.
ME: ¿Cómo se puede conectar el trabajo que desarrolla ARSAT con un proyecto que nació en una escuela técnica de Mar del Plata y que culminó con el lanzamiento del primer minisatélite de comunicaciones argentino?
AM: Es necesario que Argentina cuente con un ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), ya que el contexto es muy amplio y transversal a todo el Estado argentino, las políticas de desarrollo y la sociedad en general. Las TICshoy son transversales a la vida humana, es imposible vivir sin servicios TIC. Eso implica muchas cosas, pero debe haber alguien que articule estas políticas y eso es un ministerio: no puede haber más un pedazo de TICs en el Ministerio de Desarrollo Productivo, un pedazo de TICs en la Jefatura de Gabinete, otro pedazo de TICs en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, etc. No es posible esta fragmentación y no es buena. Es necesario un ministerio TIC en Argentina.
ME: ¿Qué rol tendrían los centros de datos ante la posible creación de un ministerio TIC?
AM: Antes hablamos de ARSAT,que no es solamente satélites e infraestructura de fibra. ARSAT tiene el Data Center (centro de datos) más importante de la Argentina. Deberíamos tener muchos más centros de datos para contar con almacenamiento de los contenidos de los argentinos que se producen en nuestro país.
Los datos son el motor de la economía digital. País que no tenga soberanía sobre los datos que se producen en las infraestructuras de telecomunicaciones de su territorio, es un país que está aportando esos datos para que otros hagan negocios. Ese es el modelo de Google, de Amazon y de Microsoft.
ME: ¿Cómo se piensa en esteesquema la colaboración público-privada?
AM: La experiencia de Innova Space con el picosatéliteGeneral San Martín tiene un lindo perfume. El Estado allí participó con un aporte no reembolsable (ANR) desde el Ministerio de Desarrollo Productivo a través de la Subsecretaría de Economía del Conocimiento. El Estado debe ser socio capitalista de las empresas que se van incubando. Esto es una garantía de que cuando esas empresas muestren que van ser exitosas, como es el caso de InnovaSpace, no se corra el riesgo de que suceda como a partir de los ’70 cuando empresas de tecnologías innovadoras y software fueron compradas por empresas más grandes. Así nació el concepto del “emprendedor”.Son tecno-empresarios que invierten en desarrollo de nuevos modelos de negocios que adquieren a través de emprendedores. Esto es la coronación de Facebook, Google, Amazon. Por este motivo la necesidad de la participación del Estado como socio inversor.
Si dejamos a merced de la lógica del mercado, el más grande se come al más chico. El Estado debe ser socio de estas empresas para que esto no suceda. Que el desarrollo sea realmente nacional ocupa motorizar muchas empresas como InnovaSpace.El mundo del software es un mundo posible para Argentina, somos competitivos y contamos con buenos profesionales y universidades.
ME: ¿Qué se necesita para poder enfrentar los desafíos del desarrollo?
AM: Ante todo es necesario un ministerio TIC. De allí saldrán las políticas en particular, cómo promover que el Estado vaya asociándose a través de distintas figuras articuladas por el Ministerio TIC. Articular con el ministerio de Educación y las universidades para que sea convergente en un modelo de crecimiento para el país.
La dificultad radicaría en continuar con esta estructura feudalizada de cada grupo TICs en distintas partes del Estado. Es necesario un ministerio que unifique, así como resulta imprescindible garantizar la continuidad política: la discontinuidad política cambia el modelo de orientación del país, cosa que acabamos de vivir hace dos años.Sumado a esto, necesitamos empresas locales de alto valor agregado de software para que nuestros ingenieros no trabajen para empresas extranjeras que les pagan con una cuenta en dólares afuera del país.
ME: Al iniciar la entrevista planteó la necesidad de politizar la ciencia y la tecnología. ¿Cuáles son los actores necesarios?
AM: Politizar las TIC tiene que ver con toda esta charla. En las universidades donde se enseña ingeniería debe haber materias vinculadas a las políticas tecnológicas que continuaron y aquellas que discontinuaron. Por ejemplo, durante la dictadura militar en el año 1977 el Laboratorio FAT ELECTRÓNICA fue desarticulado porque los tres ingenieros que desarrollaron la primera computadora argentina fueron desaparecidos. Es necesario contar esto: en Argentina se logró desarrollar computadoras. Durante el gobierno de Lanusse FAT ELECTRÓNICA era el único proveedor de todas las calculadoras que utilizaba el Estado Argentino e importaban a América Latina las calculadoras FATE.
Hay una memoria y un modo de desarrollo teológico que, al reconocer cómo fue abruptamente descontinuado, tiene que ver con el cambio de orientación del modelo político del país. O vas hacia un modelo agroexportador, donde seguís pensando que tirás una semilla, crece un árbol y exportás los frutos; o vas hacia un modelo donde pensás en tener una infraestructura tecnológica para el país con desarrollo de fábricas, productivo y con distribución de la riqueza. La gente debe saber que para vivir bien en un país las ganancias tienen que distribuirse. Eso también es politizar la tecnología y debe estar presente en las universidades, en los colegios secundarios de las escuelas técnicas y debe ser muy fomentado desde el periodismo, la comunicación social y las políticas de gobierno. Hoy está más claro que nunca.