La empresa responsabilizó a los pilotos por la cancelación de vuelos internacionales del último fin de semana. APLA lo niega y advierte que el gobierno busca prolongar el conflicto
( Por Raúl Dellatorre/ Página 12 /Director de Motor Económico ) Los directivos de Aerolíneas Argentinas le informaron este lunes a la mañana a los gremios de Aeronavegantes –AAA, tripulación a bordo–, Personal de Tierra –APA, de rampa y check in– y Pilotos –APLA– que suspendía unilateralmente las reuniones paritarias «hasta que no se retiren las medidas de fuerza que tienen impacto directo en los pasajeros».
El comunicado de la empresa, que obviamente es acompañada en su actitud por la Secretaría de Transporte, –también participante en las negociaciones paritarias– responsabiliza en forma directa a la dirigencia de APLA de «provocar la cancelación de cuatro vuelos internacionales de largo alcance que estaban programados para este último fin de semana». Desde dicha organización, negaron tal responsabilidad y señalaron que la cancelación de los vuelos fue provocada «por desidia de las autoridades, con la firme determinacion de culparnos a nosotros y posicionar a la opinión pública en contra nuestra. Están apostando a prolongar el conflicto, no les interesa encontrar una solución».
Aerolíneas Argentina había retomado las conversaciones con estos gremios el último jueves, negociación que no registraba avances desde hacía más de dos meses. La negociación es por el acuerdo paritario anual, que rige cada año desde octubre hasta septiembre del año siguiente. Es decir, que el nuevo acuerdo entró en su segundo mes de retraso. Por el anterior, los gremios consideran que quedó pendiente una recomposición de 90 puntos sobre los salarios de octubre de 2023, ya que esa es la diferencia perdida con respecto a una inflación interanual del 209 por ciento, según explicó el secretario de Prensa de APLA, Juan Pablo Mazzieri, al portal especializado Aviación en Argentina.
El viernes se concretaron nuevas reuniones técnicas entre las partes y se agundaron nuevos encuentros para esta semana. Pero durante el fin de semana, fueron cancelados cuatro vuelos internacionales programados, cuya responsabilidad Aerolíneas le imputó al gremio de los pilotos. «A pesar de contar con las herramientas para evitar estas cancelaciones, desde APLA hubo una manifiesta falta de interés y de voluntad en hacer que esos vuelos se operen», sostuvieron desde la compañía.
El vocero de APLA, en cambio, explicó que «cuando llevamos adelante medidas de acción directa fuimos desoídos. Nos pidieron que las medidas no afecten los vuelos, entonces resolvimos empezar con medidas de fuerza en el Centro de Formación de Pilotos, donde los pilotos hacen entrenamientos cada seis meses para recibir el certificado que les permita seguir volando. Avisamos que era una medida de fuerza para postergar su impacto sobre los vuelos, pero que a los dos meses iba a tener consecuencias. Pasó el tiempo y eso es lo que está sucediendo ahora: no están disponibles los pilotos para afrontar las operaciones, por desidia de las autoridades».
Sin embargo, desde la empresa sostienen que «la consecuencia de la decisión de APLA de este último fin de semana fue que 2.178 pasajeros que tenían planificado viajar desde y hacia Cancún, Miami, Roma y Madrid no pudieron abordar sus vuelos. Esta provocación irresponsable demuestra que el conflicto salarial es una excusa para las autoridades del gremio, no así para sus afiliados, para dar una batalla política personal. Y en este acto, arrastraron la posibilidad de continuar cualquier tipo de intercambio con los otros gremios a pesar de su voluntad de continuar las conversaciones».
El intento de dividir a los trabajadores, por ahora, no está dando resultados. La situación salarial de los empleados de Aerolíneas es hoy similar a la que viven en su mayoría los trabajadores de todo el sector estatal. El retraso de los aumentos en relación a la inflación generó que, por ejemplo, hoy en muchos cargos técnicos los sueldos de Aerolíneas sean inferiores a los que cobran trabajadores de FlyBondi o Jet Smart, según se señala en el portal Aviación en Argentina.
Más que la intención de resolver el conflicto salarial, desde la Secretaría de Transporte, que conduce Franco Mogetta, y las propias autoridades de Aerolíneas, parecieran poner más empeño en hacer aparecer como responsables a los gremios y generar, a la vez, algún consenso de la opinión pública con la propuesta de privatización de la aerolínea de bandera.
Mazzieri, de APLA, advirtió que «la privatización de Aerolíneas no es la discusión de este momento, queremos tratar la recomposición salarial, como intentamos explicarle hoy (lunes) a los pasajeros en el hall de Aeroparque, pero la Policía Aeronáutica nos lo impidió, por orden de los mismos que decidieron correrse de la mesa de negociación».