Edición n° 3183 . 09/08/2025

Advierten que la informalidad laboral en Argentina seguirá creciendo: ya afecta a casi 9 millones de trabajadores

Los sectores más afectados son la construcción, el agropecuario, la gastronomía y el servicio doméstico. El especialista Daniel Schteingart marcó que «el empleo formal viene muy débil» y alertó que los no registrados se exponen a «una situación de mayor vulnerabilidad y precariedad».

(Nicolás Panni) El empleo informal en Argentina se convirtió en una de las principales preocupaciones de la población, ya que casi la mitad de los trabajadores en el país no está registrado formalmente. La recesión por las medidas del Gobierno, la presión impositiva y la urgencia por un puesto laboral son un combo que explican el aumento de los empleados en condiciones precarias, una tendencia que se espera que continúe al alza en los próximos meses.

Un informe de Argendata, un sitio de datos de Fundar curado por el sociólogo Daniel Schteingart y basado en datos del Indec, estimó que el 42% de los trabajadores en Argentina son informales, lo que representa cerca de 8,8 millones de personas, de los cuales 5,5 millones son asalariados que no reciben aportes de parte de su empleador y 3,3 millones trabajadores no asalariados, como cuentapropistas o patrones, que tampoco están registrados en el sistema previsional.

En tanto, el Indec informó que como la informalidad fue del 42% en Argentina en el primer trimestre de 2025 se incrementó un 1,2% interanualmente, ya que en el mismo periodo de 2024 se registró un 40,8%.

En tal sentido, el organismo encabezado por Marco Lavagna señaló que hasta el último trimestre de 2024, las mujeres tenían una tasa de empleo no formal del 43,4% y los hombres del 40,9%. Además, con respecto al grupo etario, el 58,7% de los jóvenes de hasta 29 años ocupaba un puesto informal, al igual que el 49,5% de los que tenían 65 años o más y el 36,5% de los de entre 30 y 64.

Sobre las formas de trabajo, marcó que el 62,4% de los cuentapropistas tenían un empleo en negro en ese periodo, así como el 36,1% de los asalariados y el 19,7% de los empleadores.

La informalidad laboral avanza en Argentina.

La informalidad laboral avanza en Argentina.

Indec

En este marco, Schteingart alertó en diálogo con C5N que el trabajo no formal continuará al alza en el corto plazo y advirtió por la situación del trabajo registrado: «De cara a los próximos meses, creo que el escenario más probable es que siga subiendo la informalidad paulatinamente. A pesar de que hubo reactivación económica fuerte, el empleo formal viene muy débil».

«Que la industria y la construcción sean los perdedores del modelo actual explica la debilidad del empleo. Son dos sectores con muchos efectos multiplicadores en empleo», explicó el investigador de Fundar.

También se refirió a las secuelas sociales de los trabajos irregulares: «Implica que millones de personas trabajan sin acceso a derechos laborales básicos como obra social, licencias pagas, cobertura por accidentes o jubilación, lo que las deja en una situación de mayor vulnerabilidad y precariedad».

En tanto, detalló las consecuencias económicas. «Erosiona la base tributaria, reduce los aportes al sistema previsional y limita la productividad, ya que muchas veces los empleos informales están asociados a actividades de baja escala, sin acceso al crédito, la tecnología o la capacitación. Además, genera una competencia desleal con los trabajadores y empresas que sí cumplen con las normas, lo que perpetúa un círculo de desigualdad y baja calidad del empleo», apuntó.

El sociólogo Daniel Schteingart.

El sociólogo Daniel Schteingart.

Ted

Los principales ejes económicos de la informalidad y los altibajos en Argentina

El informe de Argendata también marcó las idas y vueltas en los niveles de informalidad laboral en el país. En 1986 era del 26,9% y en 1995 saltó al 32,7% en un contexto marcado por las reformas laborales y la apertura económica de aquel entonces. Luego, creció al 49,4% en 2003 cuando Argentina intentaba superar la crisis de 2001.

En tanto, después tuvo una fuerte baja pero volvió a escalar hasta un 36% en 2024 y ahora se ubica en un 42%. En este marco, Schteingart explicó los factores que inciden en el empleo no registrado: «Argentina tiene niveles muy altos de evasión impositiva, tanto por un mal diseño del sistema tributario como deficiencias en la fiscalización. Si una persona vende en negro, tiene muy poco incentivo a contratar a alguien en blanco porque no puede justificar costos. Si vende en blanco, tiene muchas más chances de contratar a alguien en blanco».

También se refirió a la carga impositiva en el empleo. «Creo que también influye la relativamente alta presión tributaria sobre el trabajo en Argentina, que encarece la contratación formal. La informalidad está asociada a las normativas que regulan el empleo asalariado. Esas normativas implican costos como aportes jubilatorios y contribuciones a la seguridad social, que varían mucho entre países», expresó.

«En contextos donde las reglas son más laxas y los costos de registrarse son menores, es más probable que aumente la formalidad. Pero esta menor presión también tiene un costo: reduce la capacidad de los estados para financiar sus sistemas de seguridad social», añadió.

Por otro lado, el investigador de Fundar comparó el índice actual de la informalidad en Argentina con otras épocas: «Hoy estamos más o menos parecidos a hace 15 años atrás. Hubo momentos peores, como la salida de la crisis de 2001, cuando la informalidad superó el 50%. También hubo mejores: en los setenta u ochenta, la informalidad era inferior al 30%, aunque se medía distinto».