(Por Estefanía Cendón) El empresario textil Damián Regalini analizó el panorama de las PYMES argentinas: recuperación del sector, el acceso a líneas de financiamiento, políticas necesarias para el desarrollo, la industrialización y la digitalización. “El mejor aporte que podemos hacerle al país es consolidarnos, producir cada vez más y mejor, para apuntar a un perfil exportador”, aseguró.
“La situación que estamos pasando en el sector es buena. La recuperación de la que se habla y que muestran las estadísticas es real. No sólo lo percibimos en la cotidianidad, en nuestras fábricas y comercios, también hay una demanda creciente”, detalló Regalini en diálogo con Motor Económico.
El presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Medias definió el impacto de la inflación en el universo PYME y a nivel del consumo: “La inflación le pega a las pymes ya que pone en riesgo nuestro mercado, que son los 40 millones de argentinos que están perdiendo poder adquisitivo, y nos dificulta trasladar los aumentos a los precios. Si bien el cuadro de situación hoy lo podemos describir como un momento de recuperación, hay luces de alerta encendidas con respecto a la inflación”.
El dirigente de la Fundación Protejer ponderó el rol de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores (SEPYME), dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo, con respecto a la diversificación y mayor acceso a líneas de financiamiento orientadas al sector. Asimismo, destacó el rol del Estado para garantizar el desarrollo industrial: “Necesitamos contar con esa certeza y acompañamiento del Estado, un marco legal que acompañe nuestras inversiones y nos de seguridad para seguir y arriesgarnos”.
En la siguiente entrevista, la necesidad de consolidar el mercado interno para garantizar “un camino de desarrollo e industrialización”. El recurso energético, insumo vital a ambos lados del mostrador: “La energía fue clave en nuestra recuperación y hoy miramos con preocupación cual va a ser el impacto de los aumentos tarifarios”.
MOTOR ECONÓMICO: ¿Qué balance se puede hacer con respecto a la situación de las PYMES en esta etapa de pospandemia?
Damián Regalini: La situación que estamos pasando en el sector es buena. La recuperación de la que se habla y que muestran las estadísticas es real. No sólo lo percibimos en la cotidianidad, en nuestras fábricas y comercios, también hay una demanda creciente y estamos encendiendo las máquinas que en algún momento tuvimos que apagar. En este caso las estadísticas son un reflejo fiel de lo que sucede en el sector.
ME: Según las cifras oficiales la inflación de Abril fue de 6%. ¿Cómo es el impacto en las PyMES y, sobre todo, en los consumidores?
DR: Es importante destacar que las PYMES no somos formadoras de precios, por lo que la PYME traslada a sus precios los aumentos que recibe. Para hacer un diagnóstico completo de la situación que estamos viviendo es importante alertar que, por el momento, no tenemos grandes problemas en trasladar los aumentos que estamos recibiendo. Lo que nos preocupa a futuro es que si no se corrige, si no bajan los índices inflacionarios la ecuación es clara: si la gente sigue perdiendo poder adquisitivo va a comprar menos, las ventas van a caer y vamos a tener un problema grave. No vamos a poder trasladar a nuestros precios los aumentos que recibimos y, por ende, las ventas van a empezar a caer.
La inflación le pega a las pymes ya que pone en riesgo nuestro mercado, que son los 40 millones de argentinos que están perdiendo poder adquisitivo, y nos dificulta trasladar los aumentos a los precios. Es un tema que nos preocupa, si bien el cuadro de situación hoy lo podemos describir como un buen momento, de recuperación. Hay luces de alerta encendidas con respecto a la inflación.
ME: Durante la actual gestión el Ministerio de Desarrollo Productivo logró diversificar y mejorar las líneas de financiamiento orientadas a las PYMES, uno de los principales reclamos del sector. ¿Cuál es su visión al respecto? ¿En qué otras áreas deberían avanzar?
DR: La política de financiamiento básica no cambió, Argentina sigue siendo un país con muy malas condiciones financieras para los emprendedores y las PYMES. El porcentaje bruto que los bancos prestan a las pymes es muy bajo. En este país los bancos hacen negocio con el Estado, ganan dinero prestándole al Estado, la famosa deuda argentina, la famosa bicicleta financiera que aún no se ha cortado. Hay que reconocer el esfuerzo que el Ministerio de Producción, a través de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores (SEPYME), está haciendo para que más pymes accedamos a créditos a tasas estables y beneficiosas para emprender proyectos de crecimiento, inversión o de exportación. Sin esa ayuda y política puntual que tiene la SEPYME la situación actual sería todavía más complicada.
En Argentina arrastramos muchos años sin financiamiento para nuestro sector. Estamos atados a la ayuda que presta la SEPYME, que es importante, pero que tampoco abarca a todo el espectro de las pymes. Si se desacomoda un poco el plazo de pago tenemos un problema, ya que las tasas de interés están muy altas.
ME: ¿Qué sectores son más dinámicos dentro del universo PYME?
DR: Las pymes en general somos dinámicas, si nos das un poco de aire enseguida volvemos a fabricar, volvemos a crecer, invertir y nos adaptamos a las condiciones del mercado. En la Argentina somos especialistas en adaptarnos a situaciones cambiantes, eso nos da una gimnasia y un dinamismo importante. Tiene que ver con la supervivencia, cuando en realidad tendríamos que utilizar ese dinamismo y flexibilidad para lograr perfiles exportadores, consolidar inversiones.
El mejor aporte que podemos hacerle al país es consolidarnos, producir cada vez más y mejor, para apuntar a un perfil exportador. Para eso hacen falta políticas de Estado y la verdad es que todavía no aparecen, todavía no las vemos. Es una necesidad que aún está abierta.
ME: ¿Hay áreas más destacadas para desarrollar un perfil exportador?
DR: Todos los sectores son potencialmente exportadores, inclusive aquellos en los que puede parecer más dificultoso, como es el sector textil, dado las ventajas comparativas con otros países que tienen el sector textil subsidiado.
Si nosotros tenemos tiempo para desarrollar segmentos, nichos de mercado y buscar oportunidades, la posibilidad de exportar está en todos los sectores. Acá lo que hace falta para lograr un perfil exportador es definir cuáles son los sectores que pueden llegar a exportar y qué necesitan esos sectores para exportar. Por supuesto que hablamos de planes de trabajo a largo plazo, 25 o 30 años. Necesitamos contar con esa certeza y acompañamiento del Estado, un marco legal que acompañe nuestras inversiones y nos de seguridad para seguir y arriesgarnos. El argentino es un trabajador eficiente que se adapta rápidamente a las nuevas tecnologías. El inconveniente que observamos junto a muchos colegas es la falta de políticas para encaminar esta dinámica.
ME: Un informe de CAME reveló un crecimiento interanual del 6% de las ventas minoristas de pymes con respecto a Abril de 2021. ¿Qué se requiere para potenciar las capacidades de base con las que cuentan las PYMES?
DR: La Argentina en cuanto al desarrollo industrial siempre está en el mismo escalón en el que quedamos en la última etapa donde el Estado apostó por la industria. El problema es que esas etapas nunca son muy duraderas, más allá de 10 o 15 años. Entonces, siempre que retomamos ese sendero de desarrollo y apoyo del gobierno a las pymes y la industria lo volvemos a hacer desde cero. Después viene un gobierno que no confía en la industria y que se orienta hacia un perfil que toma deuda para sostener a la mayoría de la población, que apuesta a la exportación agroganadera para obtener dólares. Ese esquema económico es el que domina en la Argentina desde hace un par de siglos, que tiene interrupciones con algunos gobiernos que apuestan a la industria, pero que nunca se logran consolidar porque están como mucho 10 o 15 años. Luego se interrumpen y debemos volver para atrás, volver a consolidar el mercado y la demanda interna, recuperar nuestra rentabilidad, encender las máquinas que se apagaron. Cada vez que se detiene el proceso de desarrollo e industrialización cuesta más: han desaparecido eslabones de la cadena productiva enteros, como ocurrió en la industria textil durante la gestión anterior donde hemos perdido productores de hilados.
Siempre que retomamos un camino de desarrollo y de industrialización lo más importante en consolidar nuestro mercado: el mercado interno. Si consolidados el mercado interno, con una rentabilidad y una capacidad de reinvención aceptables, ahí podemos empezar a pensar en proyectos nuevos que nos permitan seguir creciendo, que el país reciba el aporte de las exportaciones que podamos desarrollar.
ME: ¿Es posible alcanzar la transformación digital de las pymes argentinas?
DR: Sí, pero necesitamos financiamiento más flexible y más estímulos, ahí el rol del Estado es fundamental direccionando las políticas crediticias, fomentando políticas de apoyo, subsidios, beneficios, ventajas impositivas para incentivar el desarrollo de la digitalización y el desarrollo tecnológico. Todo esto termina en saco roto sin un plan de desarrollo a largo plazo.
«Sin un plan de desarrollo a largo plazo cualquier inversión que haga el Estado en el sector privado para aggiornarnos tecnológicamente se puede encontrar con un muro en unos años si nuevamente gobierna una fuerza política que no cree en la industria, que no apuesta a las pymes», Regalini
Por ejemplo, desde nuestro sector estamos a la expectativa de cuál va ser el impacto del aumento de la energía. El actual gobierno movió algunas variables que nos permitió alcanzar esta recuperación de la que hablamos que es concreta y que se ve en las fábricas. Una de esas variables para que la recuperación tenga lugar fue la energética, lo que ayuda a nuestros clientes desde la perspectiva del consumo y nos ayuda a nosotros en nuestros costos. La energía fue clave en nuestra recuperación y hoy miramos con preocupación cual va a ser el impacto de los aumentos tarifarios.