¡Hay golpes en la vida tan fuertes,… yo no sé!
César Vallejo
(Alejandro Malowicki ) No se debería recordar el pasado, transitar el presente y mirar hacia el futuro sin estar inspirado por una mirada de niño. Sin sentir el terror que despierta el dolor ante la pérdida de un niño.
Los medios nos inundan, nos ahogan, nos invaden con imágenes desgarradoras de niñxs que ya fueron pero que persisten aconteciendo en el trágico presente de la vida real.
Y mientras todos los días una heroica minoría de hombres y mujeres les acercan a lxs niñxs carenciados y marginados un imprescindible plato de comida y una caricia, una gran mayoría no se detiene ni siquiera un momento para acompañarlos en sus broncas y dolores.
“Quizás por eso, y ante el incremento exponencial de la violencia, la muerte y el sufrimiento en la vida social actual, la necesidad de más y más imágenes, es más vital y vertiginosa. En este sentido, la materia prima de la actual velocidad que han adquirido las imágenes, y su posterior indiferencia “ante el dolor de los demás”, no es la construcción de una mirada, sino la fascinación y la industrialización capitalista de una visión. (Héctor J. Freire)
Niñxs sufriendo una guerra desalmada que los ignora y los mata. Millones de niñxs sufriendo hambre en un país en el que habitan seres ¿humanos? que les privan de los alimentos que necesitan vendiéndolos de a toneladas a otras geografías. Niñxs que escuchan gritos y discusiones de políticas y políticos que ignoran sus miradas asombradas por la ausencia de tanta necesidad de afecto.
La política, que debería estar gozando de buena salud para cumplir con los objetivos que la sostienen está encerrada en su propia caverna enajenando a aquellos políticos que en el nombre de grandilocuentes objetivos les pasan por encima a las sufrientes infancias.
Ninguna actividad política es válida si los protagonistas, antes de discutir sus puntos de vista, no se comprometen a calmar el dolor y suprimir el hambre y los miedos de las infancias que habitan sus suelos.