La decisión fue publicada bajo la firma del subsecretario de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agricultura, Javier Preciado Patiño.
El Gobierno nacional tomó la decisión de cerrar “hasta nuevo aviso” el registro de las ventas al exterior de harina y aceites de soja. El precio de los alimentos, tanto a nivel local como internacional, creció considerablemente en los últimos meses.
La resolución fue comunicada esta tarde mediante un documento firmado por el Javier Preciado Patiño, subsecretario de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agricultura, en la cual se expresa que “habiendo recibido las correspondientes instrucciones del señor Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca” se pone “en conocimiento del Sector Exportador” que la comercialización hacia el exterior de un determinado grupo de productos agropecuarios “quedará suspendida a todos sus efectos”.
Según se indicó, el cierre del registro de exportaciones DJVE (Declaraciones Juradas de Ventas de Exportación) apunta a evitar que las aceiteras continúen anotando negocios.
La medida pondría al Gobierno ante la posibilidad de un choque con el principal núcleo exportador del país, representado en al menos diez empresas exportadoras nucleadas en Ciara-CE, que se enfrentaron con el gobierno de Mauricio Macri y quien era su ministro de Agricultura, Luis Etchevere, al eliminar el diferencial histórico de las retenciones.
El 30 por ciento de las exportaciones de este año corresponden al complejo sojero, que en 2021 había aportado 9.000 millones de dólares al fisco, mientas se estima que la eliminación del diferencial pueda redundar en otros 400 millones, aunque todo depende del volumen final de las exportaciones.
Durante su viaje a Estados Unidos, el ministro de Economía, Martín Guzmán, manifestó en una conferencia su preocupación sobre el alza de los precios internacionales producto de la suba de los alimentos y del combustible, una situación que comenzó el año pasado en plena pandemia y que se vio agravada por la invasión de Rusia a Ucrania, dos de los principales productores de gas, petróleo y cereales.
Lo que está ocurriendo, dijo Guzmán, es que «a nivel geopolítico está provocando un shock de términos de intercambio positivo, en el sentido de que los commodities que exporta nuestra región, que exporta Argentina, aumentaron sus precios relativos. Eso es bueno para la estabilidad de la balanza de pagos, pero también ejerce presión sobre la inflación».
En ese sentido, consideró que «es un shock que tiene consecuencias distributivas que son bastante delicadas y necesitan ser abordadas”.
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, confirmó días atrás que analizan reforzar el fideicomiso de trigo, creado en principio para asegurar el abastecimiento y precio de 800.000 toneladas de trigo para alimentos básicos como fideos secos y harina, que se encuentran incluidos en el programa Precios Cuidados.
La aceleración del precio internacional del trigo, que llegó a superar los US$ 400 desde el inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania -países que representan casi el 29% de las exportaciones mundiales del cereal-, generó también tensiones en el precio de la bolsa de harina de trigo 000 que venden los molinos a las panaderías.
En declaraciones radiales, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, recordó que a mediados de febrero «acordamos con los panaderos y molineros el precio del pan francés en un rango de $ 220 a $ 260 el kilo con una bolsa de harina a $ 1.300», y que «ese acuerdo se está resquebrajando».
«Hoy el fideicomiso para asegurar el precio de la harina y fideos con 800.000 toneladas de trigo es insuficiente con esta suba de precios», remarcó el secretario.
Asimismo, la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, aseguró que se están estudiando «todas las soluciones posibles» para evitar un impacto inflacionario de la suba del precio internacional del trigo.