Los trabajadores de Acerías Berisso denunciaron que la empresa volvió a incumplir la conciliación obligatoria dispuesta por el Ministerio de Trabajo bonaerense. Aseguran que la planta apareció cerrada sin previo aviso, continúan sin cobrar los sueldos y temen un vaciamiento del establecimiento.
Trabajadores de Acerías Berisso denunciaron que la empresa volvió a incumplir la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo bonaerense. Siguen sin cobrar los sueldos y alertan sobre el vaciamiento del establecimiento, mientras esperan una audiencia para intentar destrabar el conflicto.
Los empleados de Acerías Berisso denunciaron este martes que, al presentarse a trabajar, encontraron las puertas de la planta cerradas, pese a la conciliación obligatoria vigente dispuesta por el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires.
“Una vez más, vuelven a romper una conciliación obligatoria”, expresó un delegado del cuerpo de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que representa a los trabajadores.
Según informaron, la empresa no emitió ningún comunicado ni notificación formal sobre la situación, mientras que los empleados continúan sin percibir los salarios adeudados desde hace meses. La planta, ubicada en la calle 128 entre 4 y 5, mantiene paralizada su producción y su cierre afecta a más de 50 empleos directos y cerca de 400 indirectos.
Los trabajadores confirmaron que este martes, a las 15:00 horas, está prevista una audiencia en la cartera laboral bonaerense, donde esperan que se reactive el diálogo con la empresa y se garantice el cumplimiento de la conciliación.
“En el día de ayer se dictó la conciliación obligatoria, y hoy, siendo las seis de la mañana, nos encontramos con las puertas cerradas. Sin ningún comunicado, una vez más vuelven a incumplir la medida”, relataron los empleados, quienes además advirtieron que el inmueble estaría siendo vaciado.


El conflicto se originó en abril pasado, cuando Acerías Berisso incumplió con el pago de los salarios. Ante la falta de respuestas, los trabajadores iniciaron una retención de tareas y, posteriormente, ocuparon pacíficamente la planta.
Durante la toma, los empleados resistieron un intento de desalojo por parte de la Policía Bonaerense y contaron con el apoyo de organizaciones sociales, políticas y sindicales.
La intervención del Ministerio de Trabajo había permitido levantar la medida de fuerza y abrir una mesa de negociación, pero el nuevo cierre de la empresa volvió a agudizar la tensión.
Desde la UOM y el cuerpo de delegados reafirmaron su unidad y solidaridad en la lucha por el pago de los haberes y la defensa de los puestos de trabajo, a la espera de que las autoridades laborales garanticen el cumplimiento efectivo de la conciliación.


