Edición n° 3241 . 06/10/2025

Réquiem para el idiota

“Todos caminamos hacia el anonimato,
solo que los mediocres llegan un poco antes.”
Jorge Luis Borges

La cosa está clara: Milei no gobierna. Acaso no haya gobernado nunca. Es de suponer que este hombre, con matriz y pensamiento de niño (además de graves problemas emocionales y psicológicos), fue elegido por sus mentores precisamente porque su deseo no era ni será gobernar. Hagamos carne esto: llegó para irse; mientras estuvo, destruyó todo lo posible (tanto no le habían pedido); existe -o existió- para que los verdaderos cabecillas de desfalco no tengan que hacerse responsables de tamaña devastación.

Con dolor, entonces, debo insistir en que la culpa no es del chancho. No sólo, al menos. Hay, en esto de desangrar a la Argentina, cerdos globales y puercos locales, algunos de ellos, marranos probados; otros apenas cochinillos. Todos forman parte de esa piara cuasi oligárquica que habita la gran pocilga transnacional y que, por primera vez en mucho tiempo, ha vuelto sus ávidos ojos hacia esta parte del planeta. Será que Medio Oriente ya no da la leche de otros tiempos. Y, además, está la Gran Amenaza Amarilla acechando.

“¡Otla vez sopa de aloz!”, parafraseando el viejo chiste de los japoneses y sus ojos rasgados. Braden o Perón… Trump o Cristina… Adorni o Cerruti, ¿eh? La historia, pendular más que nunca, retorna de la mano de propios y extraños: esos que no pueden dejar de pensar con sus bolsillos y sentir a través de sus cuentas off shore; los que anteponen sus miserables vidas a la felicidad y la dignidad del pueblo, y después hacen spots de campaña (malos, antiguos, vencidos) tratando de decirte que son “el cambio” cuando, en realidad, siempre estuvieron ahí. Ellos, Ellas… y sus mandantes, obvio.

Set de Embaucados

Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos…”, advertía Discepolín hace más de 90 años. ¿Un augur?  Para nada: buen observador nomás. La tan mentada democracia con la que nos iban a alimentar, a educar y a curar fue, desde su recuperación en 1983, una cancha dispar e inclinada en la cual los que cinchaban siempre estaban abajo y los que se rascaban, arriba. Sólo que, con el correr de los años, fueron cada vez menos los de arriba y más los que la yugaban laboriosamente para ese puñadito de tramposos. Estafadores que vienen arruinando a un pueblo necesitado de alguna fe, de cualquier modesta redención, del conato de esperanza que aparezca… y tropieza, hocica una y otra vez con los mismos tahúres.

La última que organizó Milei (en realidad la produjo Toto Caputo que lo tiene al Presidente de frontman) fue la estafa con las Retenciones Cero: un pase de mano que transfirió 1.500 millones de dólares a un pequeño grupo de cerealeras, el 80% entre apenas cinco: Bunge (subsidiaria de Bunge Global, con sede en Saint Louis, Missouri, Estados Unidos), LDC, Cofco (de origen chino), Viterra y Cargill (también estadounidense). Y lo peor es que ni siquiera tenían el grano (hay una ley que prohíbe taxativamente ese negociado). Los verdaderos productores se miraron entre ellos, dieron una ojeada para el lado del Ministerio de Economía y, al unísono, dijeron: “Nos garcaron”.

Había para hacer dulce con semejante desfalco y el mal humor imperante en la mayoría del “campo”: chacareros que, hasta que se anunció que el tope de 7.000 millones de dólares ya se había realizado, andaban en el pueblo con las manos en los bolsillos de las bombachas, la visera de la gorra para arriba y hablando a los gritos, mientras mostraban toda la dentadura en la sonrisa. Duró poco.

Había tela para cortar y vestir a las Fuerzas Armadas pero los periodistas (los “nuestros”, digo… incluso algunos que respeto) no tuvieron mejor idea que darle cámaras y micrófono a Eduardo Buzzi, el tipo que, por unos pesos y una operación de baja estofa -casi un rastrojo de la realpolitik-, le entregó la Federación Agraria a Mauricio Macri para que la Mesa de Enlace tuviese todas las patas necesarias y no se transformase en un objeto para la convocatoria de los espíritus, un adminículo esotérico.

¿Por qué tanta protección, tanto periodista progre tirándose sobre la granada? ¿No tenían a mano el teléfono de Pedro Peretti para que les contará el desfalco? O el de Andrea Sarnari, presidenta de la FAA que, de arranque, dijo que la medida “no fue pensada para el sector productivo y tampoco incentiva a la producción agropecuaria” aunque después reculó porque, igual que La Rural, no se quieren “pelear” con el “gobierno” (léase “son todos del mismo palo”). Registren a los cagatintas y empresarios que tienen estos gestos “de amor” porque van a ser los primeros en abandonar el barco.

Los Siete Magníficos

La vida es una monedaaaaa” canta Baglietto desde hace más de 30 años. Lo que nunca agregó es lo de las dos caras. Ni tampoco explicó por qué a nuestro país siempre le cae seca. Con la consigna de “somos la única esperanza de que no vuelva el kirchnerismo” (anticristinismo como política de Estado, programa de gobierno y respuesta a todo), los “siete magníficos”: Gustavo Valdés – Maximiliano Pullaro – Nacho Torres – Carlos Sadir – Martín Llaryora – Claudio Vidal, gobernadores a los que hay que sumarle al “ex” Juan Schiaretti (tan disímiles entre sí como los protagonistas del icónico western de los años ´60s), se proyectan, se exhiben como “la alternativa de Mercado” al desgastado gobierno de La Libertad Avanza.

Juegan con las mismas cartas marcadas (se negaron en el Senado a frenar la venta de Nucleoeléctrica). Cuentan con los parabienes de varios círculos concéntricos: el Rojo, el Violeta y hasta el Dorado, que viaja desde las mesas del Tea Party hasta la City porteña. Son la versión políticamente correcta y edulcorada del energúmeno, su hermana coimera y la caterva de ignorantes funcionales que integran el aquelarre administrativo libertario, una gestión protegida a la que, si alguna vez alguien le organiza una corrida de verdad, promueven un suicidio en masa sin necesidad del reverendo Jim Jones.

El sostenido crecimiento y consolidación de Axel Kicillof y la sombra terrible de Cristina, a la que muchos siguen evocando; su encuentro del sábado pasado, son motivo suficiente para que empresarios, financistas y fulleros intenten curarse en salud armando esta sucursal federal del desvaído Cambiemos. Y, sin embargo, conserva muchos de sus arquetípicos valores. Para empezar, la bendición y el financiamiento de Mauricio Macri que, el sábado pasado, visitó Olivos y no para comer milanesas. El Calabrés y Milei sellaron un “pacto electoral” (andá a saber cuánto le costó al Papadas, además de la bronca de la Primera Hermana) … y nada más. Tan es así que el presidente del PRO ni siquiera prometió aparecer en la campaña.

Como fuere, ni ellos creen que puedan figurar en los próximos comicios de medio término. Sí conseguirán robar un votito aquí, otro más allá, y un financiamiento larrrrgoooo que baja y se pierde (siempre algo se pierde en el camino cuando está LLA en el medio) por parte de un poder libertario que pareciera no alcanzar a entender que esa entente le quita más votantes a ellos que al peronismo.


No es lo mismo un gobierno anarco-capitalista que un gobierno: “Ahhhhhhh… Narco Capitalista”. ¿Tá claro? Desde su instalación, el casalito Milei supo estar ligado a temas vinculados con la droga. Las mandíbulas y las pupilas de algunos de sus más conspicuos allegados siempre traen a la memoria aquella escena del filme “Scarface” donde Tony Montana levanta su rostro sumergido en una montaña de cocaína, limpia la droga que ha quedado adherida a su nariz y se derrumba en un sillón, con la mirada perdida. Así de ensimismados suele descubrirse a algunos miembros y/o aliados de La Libertad Avanza en sus bancas del Congreso. Un puñado de ellos (y ellas) vinculados a temas de narco tráfico y narco lavado.

Durante la semana, el affaire de José Luis Espert con el traficante Fred Machado, detenido en nuestro país y con un pedido de extradición que la Corte tiene perdido en algún cajón, conmocionó los cimientos mismos del partido del papá de Conan. La especie refería a unos 200.000 dólares depositados por la cuenta del diputado “Cárcel o Balín” para su campaña (además del uso de un avión privado), info que el acusado no pudo negar. El tema está en la Justicia y, también, en la Comisión de Presupuesto de Diputados (¡nada menos!) que en la tarde del pasado miércoles intentó sacar a Espert de la presidencia de la misma. El tipo, con su habitual cara de granito, se hizo el boludo y levantó la reunión. Hay una sesión especial del Cuerpo pedida para el próximo miércoles con la intención de definir el tema. Vamos a ver…

Lo de este hombre, amigo de Spagnuolo (el del 3% para Karina) y un verdadero “guapo con custodia”, no es el único caso. La diputada Lorena Villaverde, rionegrina del riñón mismo de la Primera Hermana Presidencial, se remonta a varios años atrás, cuando -según las malas lenguas… y las buenas también- fue detenida en los Estados Unidos por cargar una bolsa de medio kilo de merluza. Como el lector sabrá, hay dos tipos de merluza: una es el pez.

Lore -que está casada con el testaferro de Fred Machado- es candidata a senadora nacional por Río Negro y toda la imagen de campaña está sostenida por su ligazón personal a “El Jefe”, también conocida como “La Rubia debilidad del Javo”. La foto de ambas, abrazadas como a un rencor, recorre las redes, lo que hoy por hoy, no se sabe si favorece o desmerece la postulación de la rionegrina, que hasta no hace mucho era una fija y ahora está más en duda que Mirtha Legrand cuando va a mandar un chimento grosero y dice “¿Lo digo o no lo digo?”.

Pato Criollo

Pero la más máxima es Patricia Bullrich, que no hace mucho, con un un contundente tuit que rezaba “Uno de los diez narcos más buscados del país, ¡atrapado!”, celebró la detención de Gustavo Buzone, personaje que efectivamente era un traficante pero que militaba dentro del espacio del PRO y prometía volver a votarla “una y mil veces más”.Furiosa, Bullrich aprovechó la rodada de Espert para cobrarse viejas cuitas con el calvo afecto de Milei. En medio de la incertidumbre del Gobierno sobre cómo afrontar la crisis (La Libertad Avanza viene suspendiendo acto tras acto de campaña), la inefable ex Montonera salió a pedir que el acusado de relaciones íntimas con el narco, explique su situación. Por indicación de Milei, el vocero Adorni, la retó. Pato amagó una disculpa, pero media hora más tarde volvía a pedir aclaraciones.

La señora, veterana de mil saltos, huele sangre y empieza a imaginar cual será su próximo destino político. Querido lector/lectora, comienza a otear hacia el armado de los gobernadores federales porteñocéntricos.

Vete, te pido que te vetes

Milei está muerto, sólo que nadie le avisa. Y entonces el tipo sigue haciendo gestos, como un personaje del ya mítico “Thriller” de Michael Jackson (a veces hasta camina parecido). Las mismas pavadas con las que engatusa argentinos desatentos las importa a públicos con más expertisse, de esos que le toman la leche al gato, y el Mercado le responde como le responde: dólar “fuga” a 1600 mangos, riesgo país 1300 y las acciones y los bonos, cuesta abajo en su rodada. Y la política, esa que él creía haber domado, se cansa de rechazarle vetos y mojarle la oreja.

Milei está finucho. Tiene el boleto picado. Kaput. Karina anda de recorrida recaudando sus últimos dólares y los únicos que respiran son los que están más o menos acomodados en las listas, aunque la más que probable derrota de octubre (mes esquivo a la Derecha si los hay) seguramente deje a pocos en pie.

El trágico final de Milei & Company luce incierto. En el peronismo hay dos vertientes sobre el tema que divide las aguas entre los que pretenden “dejarlo para que haga el ajuste necesario y pague los costos” y los “hay que empujarlo porque rompe todo”.

La única pregunta relevante sigue siendo ¿qué nos pasó? Como pueblo y como Nación. Qué sucedió en las cabezas y en los corazones argentinos para que un hombre que no controla esfínteres siga conduciendo el destino de la Nación. ¿Cómo un país orgullosamente presidencialista puede soportar semejante humillación? ¿Por qué hay una parte de la sociedad (no se los puede llamar ciudadanos) dispuesta a bancar a alguien que va a las entrevistas por TV tan dopado que balbucea, se babea, llora por nada y obliga a sus periodistas (le pertenecen, son esclavos del sobre que les llega todos los meses) a preguntar y responderse ellos mismos porque tienen, ante sí, a un ser sin reflejos? ¿El Poder está tan descompensado en su corrupción como para permitir que se lleve puestos hasta a algunos de ellos?

Telón lento

Los primeros acordes de la Misa de Réquiem suenan en los pasillos de la Rosada. El café llega frío a los despachos (por ahí hasta escupido); la seguridad y los choferes apenas si saludan con un cabezazo; el olor a incienso y otras esencias se torna insoportable porque Kari no puede parar de “limpiar” hasta los rincones presidenciales para ahuyentar la mala vibra. Los pocos que todavía piensan, temen que la noche del 26 de octubre traiga una tragedia, aunque ya se estén preparando las líneas para celebrar la victoria, cualquiera sea el resultado real.

Pero cuando hablo del final-final del “idiota” no sólo refiero al peor presidente de la historia de nuestra Patria, sino que pretendo otorgarle al término el sentido que le conferían los antiguos griegos, quienes detestaban a aquellos ciudadanos que no estaban interesados, y menos versados, en los asuntos públicos. “Quien no contribuye en los debates -decía Pericles-, no sólo carece de ambición sino que es un absoluto inútil”. A partir de allí la connotación negativa del término; el desprecio: los hombres que dejaban de ser políticos, se volvían idiotas, egocéntricos, indiferentes a las necesidades de su prójimo, inconsecuentes en sí mismos…

Igual que en estos días.

Por Carlos Caramello.-