Edición n° 3234 . 29/09/2025

Justicia por Brenda, Morena y Lara

Triple femicidio: las consecuencias de un Estado ausente

La rotura social que provocó el desfinanciamiento de políticas públicas y el ajuste económico propició el crecimiento de la actividad ilícita basado en el narcotráfico. Entre el miedo y la supervivencia, son las mujeres y jóvenes las principales damnificadas. La respuesta de los feminismos es en las calles.

Desde la rotonda de La Tablada se divisa una panorámica del barrio del que Brenda, Morena y Lara salieron para subirse a una camioneta blanca, donde las cámaras las captaron por última vez. Acá empezaron los reclamos hace una semana, cuando no se sabía de ellas. Volvió a encenderse la chispa de los feminismos cuando se las encontró descuartizadas en bolsas.

La rotonda es parte de la trama del triple femicidio. De ahí se camina hacia las tiras de monoblocs gastados, donde resaltan tres murales de colores vibrantes: Diego Maradona, la Virgen de Luján y el papa Francisco. Una de las pocas vecinas que acepta hablar arranca por él.

“Como dijo el papa Francisco: ‘Cuando el Estado se retira, está presente el narco’”.

Esa palabra “narco” no siempre  da cuenta de cómo operan las redes que florecen en la ilegalidad, ni de las economías ilegales territoriales, tan fértiles en tiempos de ajuste, crisis económica y un gobierno que pretende destruir al Estado.

En el barrio no se habla de otra cosa. Son conversaciones sin nombres, con miedo. “Acá nos conocemos todos”.

Triple femicidio: las consecuencias de un Estado ausente

Foto: Gentileza Marita Costa

Todo lo que falta

Al complejo habitacional le sobran rejas y le falta mantenimiento. “Las chicas crecieron acá. Bien criadas, en familias que van a la iglesia evangélica. Brendita andaba para todos lados con su bebé. Lara iba y venía, acá está su abuela y su mamá en Catán”, dice una de las vecinas.

“El que mal anda, mal acaba”, comenta un señor en la calle. Alguien le retruca: “Nadie se merece eso.”

Otra persona reflexiona. “Parece que caló hondo que eran prostitutas. Y si lo eran, problema de ellas. En el barrio no tenemos organizaciones que defiendan a las mujeres. Estamos muy desprotegidas”. Otra vecina suma “vine hace décadas, amo mi barrio. Era bonito y hoy es un desastre. Nos han abandonado hace rato. Si yo no barro la calle, nadie viene a barrer. ¡Si vieras las cloacas! Y nos hemos abandonado a todo nivel. Ha sido tan fuerte el individualismo. Cada uno se encerró en su casa. Te roban, te arrastran, nadie se mete. Últimamente había calma, sin tantas ráfagas de tiros”.

Triple femicidio: las consecuencias de un Estado ausente

Foto: Antonio Becerra

Financia el narco

La Red de Docentes, Familias y Organizaciones del Bajo Flores hace tiempo exige escuelas que alojen, becas de formación, espacios de diversión seguros, servicios de salud con recursos, trabajos y viviendas dignas y seguridad que garanticen derechos para las chicas.

“Brenda, Morena y Lara son la muestra extrema de lo que muchas pibas de nuestro barrio padecen. Esto que desde la Red venimos denunciando hace diez años”, dicen. “Cada paso hacia atrás que da el Estado en materia de políticas públicas, es territorio cedido al narcotráfico, que hace años dispone de los cuerpos de las jóvenes como mercancía y objeto de lujo”.

Por su parte, Victoria, trabajadora sociocomunitaria y vecina de La Matanza, dice “hoy en nuestros barrios no entran las ambulancias, porque tienen miedo. ¿Quién te garantiza que si te pasa algo te pueden llevar a una salita? El narco. Si hay que asfaltar una calle, el que la asfalta es el narco. Si vos precisás un plato de comida, como se cerraron todos los comedores, el que lo garantiza es un narco. Si se abre el Estado, están los transas prestamistas. Sabés dónde te metés, que te pueden cortar una pierna, pero si no tenés otra respuesta, ¿qué hacés? Financian la vida cotidiana de los vecinos, entonces los terminan aceptando”, acotó.

“Lo macro en lo micro estalla de esta manera: con lo que pasó con las tres chicas, con un montón de pibes que se matan entre ellos, entre bandas, en ajustes de cuentas o en manos de la Policía”, dice a Tiempo la trabajadora social Margarita Zubizarreta. Hace más de tres décadas que transita por los territorios más vulnerados, tanto en barrios del Conurbano como en la Ciudad de Buenos Aires. Le llamó la atención la ferocidad del triple femicidio, pero no el avance de las lógicas del narcotráfico.

“Cuando hay menos regulación del Estado a través de políticas sociales, como está pasando ahora, en los territorios se ve inmediatamente. De un día para el otro. Porque cuando el Estado desaparece, se borra el límite que ponía y que sostenemos las organizaciones sociales. Cuando eso se retrae, las familias empiezan a estar en esa sobrevivencia de la comercialización. Ahora también hay mucho juego digital y aumento de suicidios entre jóvenes en los barrios. Es una ola de violencia que sufren las familias. Es tremenda la ruptura de las relaciones, del lazo social”, describe.

Triple femicidio: las consecuencias de un Estado ausente

Foto: Antonio Becerra

Sobrevivir

Florencia Fuertes es psicóloga y coordina la Casa Esquina Libertad en la Villa 31, una de las Casas de Atención y Acompañamiento Comunitario (CAAC) que, hasta hace poco tiempo, tenía convenio –y por lo tanto financiamiento– de Sedronar. Más de 30 de esos centros en todo el país perdieron el sostén del Estado: algunos tuvieron que cerrar, otros se mantienen a pulmón hasta que aguanten. Es el caso de Esquina Libertad.

El efecto de ese corrimiento del Estado es palpable en los barrios populares. “Para los jóvenes, al estar atravesados por diferentes problemas en sus hogares, la calle termina siendo su refugio. Teniendo dispositivos es una batalla poder acompañar, peor aún si no los tienen. Por una cuestión económica y por las violencias, encuentran refugio y formas de mantenerse a ellos y a sus familias en redes de narcotráfico y prostitución. No es una elección. Se habla de esto como algo individual, como si lo eligieran. Es un discurso muy violento, culpando a la persona”, cuestiona.

El triple femicidio y el entramado de violencias a su alrededor puso el foco sobre una población de la que poco se habla. Lo mismo pasa con quienes trabajan para sostener a esas personas. “En el sistema de salud quedamos invisibilizados. Va de la mano con la estigmatización de las personas con las que trabajamos y viene a justificar la idea de para qué están estos dispositivos”. 

Triple femicidio: las consecuencias de un Estado ausente

Foto: Antonio Becerra

Un Estado ausente es un Estado cómplice

En el barrio 22 de Enero, en Ciudad Evita, las calles llevan nombres de flores: Los Tulipanes, Las Amapolas. La barriada está atravesada por el arroyo La Frontera, y solo dos calles tienen pavimento, Las Calas y Los Tulipanes, con tramos que se inundan seguido con las lluvias fuertes.

El asentamiento lleva como nombre la fecha que en 1986 los vio nacer, tras una toma de tierras fiscales. La Parroquia Beato Enrique Angelelli y Mártires Riojanos se levanta en el barrio como un espacio pastoral y como un lugar adonde llegan padecimientos y luchas de los vecinos. Desde allí, el cura párroco Daniel Echeverría conversó con Tiempo: “El femicidio de estas tres chicas es una muestra más del fracaso que implica una sociedad que no llega a comprometerse en la defensa de la vida, que no puede contener, que no sabe, que quizás en algunos casos no quiere. Lo que necesitamos son medidas efectivas de cuidado y de promoción de la vida de los niños, de las niñas, de los adolescentes y jóvenes, de las personas vulnerables. Y esto lo necesitamos en todas las instituciones. Tenemos que exigirlo y pedirlo a las autoridades. Y al Estado en todos sus niveles”.

En el barrio, además del miedo, queda el dolor.

-Estamos estigmatizados. Todos, ellas y los pibes, son víctimas del abandono. Si estas chicas tuvieran trabajo… Quieren la buena zapatilla, la pilcha, el Iphone, las uñas, las pestañas, ir a un boliche. Tener la plata para hacer todo eso. Eso es lo que nos venden y lo que compran los jóvenes. ¿Por qué nadie habla de eso? ¿De lo que instalan los medios? De la sociedad hipócrita.  «

Triple femicidio: las consecuencias de un Estado ausente
“Si el Estado se corre, entra el narcotráfico”

El Episcopado argentino reclamó en un comunicado “más presencia del Estado” ante el avance del narcotráfico. El padre Echeverría enfatizó: “Necesitamos que se promuevan y se implementen medidas efectivas de cuidado. Si el Estado se corre, entra el narcotráfico, y donde no gobierna el Estado, gobierna un Estado paralelo, manejado por el narco. Sabemos que son redes impresionantes, que no llegamos a dimensionar lo que mueven. Y todo lo que no hagamos, en alguna medida, es complicidad. Un Estado ausente es un Estado cómplice. Las niñeces, los jóvenes, las adolescentes, están en peligro. Y los medios de comunicación tienen mucho que revisar. Es una pedagogía de la crueldad que se viene instalando desde hace tiempo, que los medios promueven. Y en un Estado nacional que está mostrando lados de crueldad impresionantes. ¿Qué podemos esperar entonces en la población? Tiene que espantarnos la indefensión y la desprotección en la que está la población más vulnerable de nuestra patria”.

Por Gustavo Sarmiento

Por: Gustavo Sarmiento@GustSarmi

Por Luciana Rosende

Por: Luciana Rosende@lucianamagali

Por María Eugenia Ludueña

Por: María Eugenia Ludueña

TIEMPO ARGENTINO