El presidente grabó el mensaje, se fue a Olivos y luego viajará a Paraguay. Destacó en el discurso que “lo peor ya pasó”. Aseguró que aumenta el gasto en educación, salud y jubilaciones, en todos los casos «por encima de la inflación». Luego del discurso, en algunos barrios porteños y del conurbano se escucharon cacerolazos.
El presidente Javier Milei no utilizó la cadena nacional para explicar el proyecto de ley sobre el presupuesto 2025/26 y que debería ser tratado por el Congreso. Sí hizo para reafirmar que no se saldrá su rumbo de ajuste despiadado. El mandatario aseguró que “el futuro de la argentina depende que el pueblo y la política se comprometa con el equilibrio fiscal”. Reafirmó una y otra vez que el transitado es “es único camino para que la argentina salga del desencanto”.
“El temple de los argentinos es heroico”, aseguró. Y destacó, una nueva vez, que “lo peor ya pasó”.
Finalizó reflexionó: “Nos ha costado mucho llegar aquí. Todos hemos hecho esfuerzos para salir del pozo”. Y agregó que “el camino es arduo, pero también sabemos que el rumbo es el correcto”. También solicitó: “No aflojemos, Hagamos que todo este esfuerzo valga la pena”.
Llamó la atención que no cerró con el habitual grito de “viva la libertad, carajo”. Tampoco, en ningún momento Milei mencionó la palabra “kirchnerismo”, como en otras ocasiones, dejando de lado al menos en esta ocasión a uno de sus blancos predilectos.
Luego del discurso que duró apenas un poco más de un cuarto de hora, en muchos barrios porteños y del conurbano se escucharon cacerolazos. Se sintieron fuerte en zonas como San Telmo, Lugano y el sur de la CABA, pero también en sectores más acomodados, cercanos al presidente, como Recoleta o Caballito.
Discurso duro, sin anuncios
En un discurso en el que bajó considerablemente el tono confrontativo, el presidente utilizó la cadena nacional solo para adelantar el envío al Congreso del proyecto de ley del Presupuesto 2025/2026. “El equilibrio fiscal es la piedra angular de nuestro plan de gobierno. Y es un principio no negociable”, reafirmó.
Un Milei extrañamente apagado, medido, reflexionó: “Nos ha costado mucho llegar aquí. Todos hemos hecho esfuerzos para salir del pozo”. Y agregó que “el camino es arduo, pero también sabemos que el rumbo es el correcto”. También solicitó: “No aflojemos, Hagamos que todo este esfuerzo valga la pena”.
Sabedor de la inminente marcha federal y de la ofensiva en el Congreso contra los vetos presidenciales, Milei descerrajó algunos presuntos adelantos del presupuesto – que al cierre de esta nota los periodistas económicos seguían solicitando al Ejecutivo, sin éxito- y propaló unos dudosos porcentajes en torno a los fondos que serán destinados a educación y salud.
“Este presupuesto le asigna 4.8 billones de pesos a las Universidades nacionales, aumenta el gasto en jubilaciones un 5% y en salud un 17%, ambas partidas por encima de la inflación. El gasto en educación también aumenta un 8% por encima de la inflación”, sostuvo.
“Por otro lado, habiendo realizado las auditorías pertinentes, el monto recibido por cada pensionado por discapacidad también aumentará en un 5% por encima de la inflación del 2026. En definitiva, si el presupuesto es el plan de gobierno y el 85% de este presupuesto será destinado a educación, salud y jubilaciones, eso quiere decir que la prioridad de este gobierno, tal como siempre dijimos, es el capital humano”, aseguró Milei, sin sonrojarse ante un porcentaje que, a priori, suena casi inverosímil viniendo de esta gestión.



En otra promesa a contramano de la relación que tiene Nación con los gobiernos provinciales, Milei aseguró: “Asimismo, este Presupuesto es el primer presupuesto de la historia argentina en incluir el régimen de extinción de obligaciones recíprocas, para seguir recomponiendo la relación entre el Estado nacional y las provincias. Esta es una deuda histórica que debemos resolver como país, pero que debe ser atendida con un férreo compromiso con el equilibrio fiscal y que por eso contará con un presupuesto específico dentro de la ley de leyes. Además, insistiremos en restituir la tan bastardeada presunción de inocencia fiscal, para eso mismo buscamos crear un régimen simplificado de declaración jurada de ganancias”.
En esa línea contradictoria entre dichos y acciones concretas, volvió a pedir el acompañamiento de gobernadores, diputados y senadores para mantener el tan mentado equilibrio fiscal, sin dudas con vistas a intentar sostener los vetos. “Estoy seguro que trabajando codo a codo con los gobernadores, diputados y senadores que quieren una Argentina distinta, vamos a lograrlo. El superávit es, por ejemplo, lo que nos permitirá otorgar financiamiento del Tesoro para aquellos actores del sector privado que quieran invertir en el país en las grandes concesiones que vamos a llevar adelante”.
Otra vez un nuevo ejemplo de la Argentina que pretende Milei: el sector público financiando al privado, en medio de un ajuste enorme a sectores medios y bajos.
El presidente Javier Milei no utilizó la cadena nacional para explicar el proyecto de ley sobre el presupuesto 2025/26 y que debería ser tratado por el Congreso. Sí hizo para reafirmar que no se saldrá su rumbo de ajuste despiadado. El mandatario aseguró que “el futuro de la argentina depende que el pueblo y la política se comprometa con el equilibrio fiscal”. Reafirmó una y otra vez que el transitado es “es único camino para que la argentina salga del desencanto”.
“El temple de los argentinos es heroico”, aseguró. Y destacó, una nueva vez, que “lo peor ya pasó”.
Finalizó reflexionó: “Nos ha costado mucho llegar aquí. Todos hemos hecho esfuerzos para salir del pozo”. Y agregó que “el camino es arduo, pero también sabemos que el rumbo es el correcto”. También solicitó: “No aflojemos, Hagamos que todo este esfuerzo valga la pena”.
Llamó la atención que no cerró con el habitual grito de “viva la libertad, carajo”. Tampoco, en ningún momento Milei mencionó la palabra “kirchnerismo”, como en otras ocasiones, dejando de lado al menos en esta ocasión a uno de sus blancos predilectos.
Luego del discurso que duró apenas un poco más de un cuarto de hora, en muchos barrios porteños y del conurbano se escucharon cacerolazos. Se sintieron fuerte en zonas como San Telmo, Lugano y el sur de la CABA, pero también en sectores más acomodados, cercanos al presidente, como Recoleta o Caballito.
Discurso duro, sin anuncios
En un discurso en el que bajó considerablemente el tono confrontativo, el presidente utilizó la cadena nacional solo para adelantar el envío al Congreso del proyecto de ley del Presupuesto 2025/2026. “El equilibrio fiscal es la piedra angular de nuestro plan de gobierno. Y es un principio no negociable”, reafirmó.
Un Milei extrañamente apagado, medido, reflexionó: “Nos ha costado mucho llegar aquí. Todos hemos hecho esfuerzos para salir del pozo”. Y agregó que “el camino es arduo, pero también sabemos que el rumbo es el correcto”. También solicitó: “No aflojemos, Hagamos que todo este esfuerzo valga la pena”.
Sabedor de la inminente marcha federal y de la ofensiva en el Congreso contra los vetos presidenciales, Milei descerrajó algunos presuntos adelantos del presupuesto – que al cierre de esta nota los periodistas económicos seguían solicitando al Ejecutivo, sin éxito- y propaló unos dudosos porcentajes en torno a los fondos que serán destinados a educación y salud.
“Este presupuesto le asigna 4.8 billones de pesos a las Universidades nacionales, aumenta el gasto en jubilaciones un 5% y en salud un 17%, ambas partidas por encima de la inflación. El gasto en educación también aumenta un 8% por encima de la inflación”, sostuvo.
“Por otro lado, habiendo realizado las auditorías pertinentes, el monto recibido por cada pensionado por discapacidad también aumentará en un 5% por encima de la inflación del 2026. En definitiva, si el presupuesto es el plan de gobierno y el 85% de este presupuesto será destinado a educación, salud y jubilaciones, eso quiere decir que la prioridad de este gobierno, tal como siempre dijimos, es el capital humano”, aseguró Milei, sin sonrojarse ante un porcentaje que, a priori, suena casi inverosímil viniendo de esta gestión.



En otra promesa a contramano de la relación que tiene Nación con los gobiernos provinciales, Milei aseguró: “Asimismo, este Presupuesto es el primer presupuesto de la historia argentina en incluir el régimen de extinción de obligaciones recíprocas, para seguir recomponiendo la relación entre el Estado nacional y las provincias. Esta es una deuda histórica que debemos resolver como país, pero que debe ser atendida con un férreo compromiso con el equilibrio fiscal y que por eso contará con un presupuesto específico dentro de la ley de leyes. Además, insistiremos en restituir la tan bastardeada presunción de inocencia fiscal, para eso mismo buscamos crear un régimen simplificado de declaración jurada de ganancias”.
En esa línea contradictoria entre dichos y acciones concretas, volvió a pedir el acompañamiento de gobernadores, diputados y senadores para mantener el tan mentado equilibrio fiscal, sin dudas con vistas a intentar sostener los vetos. “Estoy seguro que trabajando codo a codo con los gobernadores, diputados y senadores que quieren una Argentina distinta, vamos a lograrlo. El superávit es, por ejemplo, lo que nos permitirá otorgar financiamiento del Tesoro para aquellos actores del sector privado que quieran invertir en el país en las grandes concesiones que vamos a llevar adelante”.
Otra vez un nuevo ejemplo de la Argentina que pretende Milei: el sector público financiando al privado, en medio de un ajuste enorme a sectores medios y bajos.