Edición n° 3196 . 22/08/2025

Daniel Noboa y el Comando Sur visitan Argentina: avanza el plan de dependencia y militarización

*Emilia Trabucco//////

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, llegará a Buenos Aires este jueves 21 de agosto como parte de su gira internacional, que incluirá Brasil, Uruguay y Japón. La visita se produce en un contexto de creciente intervención estadounidense en la región, reforzado esta misma semana por la presencia del almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, quien participará en la XX Conferencia Sudamericana de Defensa (SOUTHDEC) y mantendrá encuentros con autoridades argentinas del área de Defensa.

Aunque los viajes de Noboa y Holsey no están directamente conectados, ambos forman parte de una estrategia estadounidense de consolidar gobiernos sudamericanos alineados con su arquitectura de seguridad y control.

En apenas 18 meses de gobierno, Noboa realizó veinte viajes internacionales, trece de ellos a Estados Unidos; cinco fueron motivos personales, como sus vacaciones familiares en Florida. Su política exterior prioriza la relación con Washington, donde además su familia mantiene residencia y negocios. La visita a la Argentina refuerza una alianza regional basada en convergencias en seguridad y subordinación a Estados Unidos.

Milei y Noboa fueron, junto con el salvadoreño Nayib Bukele,  los únicos invitados latinoamericanos a la investidura presidencial de Donald Trump. El nuevo encuentro Milei–Noboa refleja un modelo compartido de seguridad dura, asesoría militar privada y subordinación a la diplomacia estadounidense. La política de seguridad y defensa de Noboa arroja algunas claves para proyectar el plan que también se desarrolla bajo el gobierno argentino.

Noboa firmó en marzo una “alianza estratégica” con Erik Prince, un ex oficial de la Marina de los Estados Unidos y fundador de Blackwater (hoy Academi), empresa militar privada, para asesorar operaciones contra el “narcoterrorismo y la pesca ilegal”. La empresa ha enfrentado numerosas controversias, incluyendo acusaciones de uso excesivo de la fuerza, crímenes de guerra y falta de transparencia en sus operaciones, en Irak y Afganistán, contratada por Estados Unidos, y está involucrada en intentos de golpes de estado en Venezuela.

El gobierno de Noboa además, ha planteado a Estados Unidos resucitar una Base en Manta, que sería naval. Ya se conoce que se ha firmado un acuerdo con la autoridad portuaria de Manta para construir un muelle y ampliar el puerto existente. El Gobierno ha mencionado a medios internacionales que se espera que la nueva base sea ocupada por militares estadounidenses. Esto sería, en parte, regresar a la iniciativa de 1999, año en que se firmó su instalación, con el pretexto del combate al negocio de las drogas ilícitas y ”su efecto en la economía, los valores éticos y la salud pública”. El acuerdo fue finalizado por el correísmo en 2009.

La coincidencia de la visita de Noboa y la presencia del Comando Sur en Argentina evidencia el programa regional en curso, con comando en Estados Unidos: seguridad y contratos por encima de integración y autonomía regional. Si el objetivo es “ordenar” frente al crimen y la crisis, la pregunta es cómo se ejerce el control sin ceder soberanía.

Alvin Hosley, jefe del Comando Sur y Xavier Isaac, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Argentina asumirán el papel de anfitriones en la Conferencia Sudamericana de Defensa (SOUTHDEC), un Foro en el que altos mandos militares de Sudamérica y Europa debatirán sobre la cooperación regional frente a los “desafíos de seguridad contemporáneos”. La última vez que se realizó esta Conferencia en Argentina fue en 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri.

“Este es el segundo viaje del almirante Holsey al país en lo que va del año y se produce luego de recientes visitas de otros funcionarios estadounidenses, que refuerzan el compromiso permanente de fortalecer la asociación estratégica entre ambas naciones”, festejó en su comunicación oficial la Embajada de Estados Unidos en Argentina. Destacó además que “incluirá sesiones plenarias sobre el fortalecimiento de la vigilancia del dominio marítimo, así como el apoyo de las Fuerzas Armadas a las fuerzas de seguridad en la lucha contra organizaciones criminales transnacionales”. 

En la visita de Holsey en abril, además de ser recibido en la Casa Rosada por el presidente Milei, viajó a la provincia de Tierra del Fuego y visitó Ushuaia, donde mantuvo un encuentro con las máximas autoridades militares en la Base Naval Integrada, promovida por el gobierno nacional bajo el pretexto de una “plataforma logística antártica”— forma parte de una arquitectura de defensa pensada no desde la soberanía regional, sino desde las prioridades estratégicas de la OTAN[1].

Tres semanas después de aquella visita, el jefe del Comando Sur se presentó en la Conferencia Anual Seguridad Hemisférica organizada por el Instituto Jack D. Gordon de la Universidad Internacional de Florida donde expresó su preocupación: “Pienso en los desafíos. Lo primero que viene a la mente son los actores clave: China, Rusia, Irán. y añadió: “Actualmente observo inestabilidad en Haití, Cuba y Venezuela”.

La habilitación para tareas de seguridad interior de las Fuerzas Armadas argentinas se agrega en el marco de la subordinación a la doctrina importada. Fuerzas extranjeras controlando territorio ante la entrega de soberanía, y fuerzas militares propias apuntando contra su propio pueblo bajo la figura del “enemigo interno”.

“Casualmente”, el lunes 18 de agosto, el gobierno publicó la Resolución Conjunta 68/2025, a través de la cual los ministerios de Defensa y Seguridad Nacional, dirigidos por Luis Petri y Patricia Bullrich, respectivamente, ordenan la creación de una “mesa conjunta de coordinación” para que las Fuerzas Armadas “complementen el accionar de las Fuerzas Policiales y de Seguridad Federales”. La decisión se enmarca en el Decreto N° 1112/24, que habilitó la complementación de las Fuerzas Armadas junto con las de Seguridad “de acuerdo con el plan trazado, toda vez que resulte necesario”.

La Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) alerta en su comunicado: “No a la intervención de las FFAA en operativos de seguridad interior”[2] (19/8/25) que la resolución menciona en sus considerandos “un mayor control de zonas de frontera” como objetivo general, pero en definitiva será el poder ejecutivo el que diga cuándo, cómo y dónde intervendrán las fuerzas armadas. Y recuerda que en el marco de los operativos “Roca” y “Güemes”[3], ya fueron asesinados en manos de las fuerzas del Estado dos trabajadores bagayeros en el norte del país. “Es imposible no vincular este nuevo salto represivo del gobierno nacional con su sostenida política de sumisión a los intereses yanquis y de su aliado el Estado de Israel”, expresa la organización de Derechos Humanos.

Se trata de un corrimiento institucional que debilita el control civil sobre las Fuerzas Armadas y erosiona el Estado de derecho. Argentina ensaya, así, una política de militarización sin debate público ni control democrático. En nombre de la defensa y la seguridad, el gobierno avanza con un modelo que combina sumisión geopolítica, represión interna y destrucción de las garantías constitucionales.

* Psicóloga, Magíster en Seguridad. Analista de la Agencia NODAL y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE) en Argentina. Directora del Área de Universidad, Género y Trabajo del IEC-CONADU


[1] https://www.nodal.am/2025/05/que-dejo-la-visita-del-comando-sur-en-argentina-militarizacion-recursos-estrategicos-y-la-soberania-en-disputa-por-emilia-trabucco/

[2] https://www.correpi.org/2025/no-a-la-intervencion-de-las-ffaa-en-operativos-de-seguridad-interior/?fbclid=PAQ0xDSwMRffxleHRuA2FlbQIxMAABp5CZCUwo6fyuDzav11rczeql4fpincgM4oOLMkbereNGGFEyX8yn51MyiLiA_aem_T3asKj2flXtA2FH6i21jqQ

[3] https://www.nodal.am/2025/04/militarizacion-en-democracia-visita-del-comando-sur-operacion-roca-y-plan-guemes-por-emilia-trabucco/