Edición n° 3089 . 07/05/2025

FUENTES SEGURAS/ INDIA Y PAKISTÁN/ CAMBIO DE EJE

Los múltiples intereses que influyen sobre un conflicto renovado. Las intenciones subyacentes para orientar los acuerdos destinados a la inversión y el desarrollo, hacia la Seguridad. Una historia sangrienta, un presente flamígero.

Por Gabriel Fernández *

A QUIÉN BENEFICIA. Como puede observarse, después de mucho indagar, el Occidente central encontró una grieta de importancia en el bloque multipolar. Que consiga ampliarla hasta convertirla en abismo, depende de su capacidad para incidir sobre las administraciones involucradas y también del vigor y la inteligencia que puedan ofrecer las naciones más trascendentes del espacio emergente.

Las semanas recientes han mostrado un caldero en ebullición que contrasta con la transparente y sencilla belleza de la región ubicada entre las cordilleras del Himalaya y de Pir Panjal. Las fuerzas militares de India y Pakistán están encendidas y su luz negativa ilumina una tensión creciente después del ataque sobre la Cachemira administrada por la India, con un saldo de 26 muertos.

El problema no surgió ayer, claro, pero se potenció en los tiempos recientes. Y por vueltas que se le dé, los grandes responsables son los gobiernos del primer ministro indio, Narendra Damobardas Modi, y su par pakistaní, Mian Muhammad Shehbaz Sharif. No son los únicos (la Inteligencia británica se mueve desde hace décadas como pez en el agua en la frontera y entre los funcionarios del lugar) pero si los que pueden sofrenar la escalada.

Conflicto entre India y Pakistán - Wikipedia, la enciclopedia libre

VALLE DE PASIONES. Vamos de recorrida. El ministro del Interior de la India, Amit Shah, dijo hace dos días que “el mundo entero” apoya su gestión: “Estamos decididos a erradicar el terrorismo de cada rincón de este país, y lo lograremos. No sólo 1.400 millones de indios, sino el mundo entero, apoya a la India en esta lucha; todos los países del mundo se han unido y apoyan al pueblo indio en esta lucha contra el terrorismo”. Shah, mano derecha de Narendra Modi, no trepidó en identificar a los pakistaníes con las bandas irregulares.

Su descripción de un respaldo universal hacia la administración que integra resulta, por lo pronto, temeraria; excesiva. A decir verdad, el resto del planeta observa con preocupación y las definiciones han sido escasas. En la misma dirección, pero cometiendo un desatino previsible, el ministerio de Defensa de la India informó que el titular del departamento, Rajnath Singh, conversó con su colega estadounidense, Peter Hegseth, quien le expresó “sus más profundas condolencias por la trágica pérdida de civiles inocentes en el vil ataque terrorista de Pahalgam” y le reiteró el apoyo de los Estados Unidos en “la lucha contra el terrorismo”.

Singh le dijo a Hegseth que “Pakistán (a quien la India acusa de estar detrás del ataque de Pahalgam) tiene antecedentes de apoyar, entrenar y financiar organizaciones terroristas”. Ante esta situación, el país del Norte “se solidariza con India y apoya su derecho a defenderse”, añadió. Es de suponer que en Zhongnanhai y en el Kremlin el acelerado acercamiento ¿hindú, indio? al adversario estratégico sea considerado problemático.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de PakistánIshaq Dar, aseguró que su país no será el primero en tomar ninguna medida de escalada militar, aunque advirtió firmemente que está preparado para dar una respuesta contundente si la India provoca alguna acción de ese tipo. “He dejado muy claro, en nombre del Gobierno y de la nación, que Pakistán no será el primero en recurrir a ninguna medida de escalada. Sin embargo, en caso de cualquier movimiento de escalada por parte india, responderemos con mucha firmeza”, afirmó.

El camino hacia la normalidad entre India y Pakistán

Es de interés remontarse un par de semanas atrás para conocer otra información.

TOMA Y DACA. Al menos siete personas murieron y otras 17 resultaron heridas el 21 de abril tras una potente explosión que destruyó las oficinas de un comité de paz en el noroeste de Pakistán, una zona fronteriza con Afganistán. La explosión ocurrida en Wana, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, tuvo lugar cerca de una parada de vehículos situada en la zona del bazar (cómo no), frecuentada por viajeros que se dirigen a la región de Shakai, según informaron fuentes oficiales.

Los comités de paz, integrados por líderes tribales locales y, en muchos casos, apoyados por el gobierno, fueron establecidos en los grupos poblacionales semiautónomas de Pakistán con el objetivo de contrarrestar la influencia de la organización Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), conocida como los talibanes paquistaníes. Su labor principal es movilizar a las comunidades locales en contra del TTP y contribuir al mantenimiento de la seguridad en la región. No obstante, sus integrantes suelen ser blanco de amenazas y ataques por parte de núcleos político religiosos. Hasta el anuncio oficial, ningún grupo había asumido la autoría del ataque.

Los talibanes afganos y el TTP comparten una concepción semejante, y este último ha contado históricamente con refugios seguros al otro lado de la frontera, en territorio afgano. Muchos fueron sembrados por la Central de Inteligencia Americana (CIA) y adláteres occidentales, a lo largo de las décadas recientes.

El primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, condenó de forma enérgica el ataque a través de un comunicado, y afirmó que los responsables de dañar a civiles inocentes tendrán que enfrentar graves consecuencias. Pero como se percibe, no es fácil acceder a las claves del rompecabezas.

Este narrador sugiere zambullirse en el siguiente video.

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UN REPASO. La compleja relación entre los dos vecinos con armas nucleares se deterioró con rapidez tras el mortal ataque del 22 de abril en Pahalgam, en la Cachemira administrada por la India, que causó la muerte de 26 personas, principalmente turistas, y marcó uno de los ataques más mortíferos contra civiles en la disputada región del Himalaya desde el año 2000. Veamos. Tras el incidente, Nueva Delhi acusó a Islamabad de respaldar a los atacantes. Pakistán negó rotundamente estas acusaciones, y el primer ministro Shehbaz Sharif, solicitó una “investigación neutral” sobre el incidente.

El ministro de Relaciones Exteriores, Ishaq Dar, descartó como “absurda” cualquier insinuación sobre la participación de Pakistán en la matanza de Pahalgam, acusando a la India de generar deliberadamente “furor y revuelo mediático” tras cada incidente, para obtener meros beneficios políticos. El ministro de Información de Islamabad, Attaullah Tarar, denunció este miércoles, amparándose en “inteligencia creíble”, que la India está planeando una acción militar contra Pakistán en los próximas días.

“Pakistán tiene información fidedigna de que la India pretende llevar a cabo una acción militar contra Pakistán en las próximas horas con el pretexto de acusaciones infundadas y falsas de participación en el incidente de Pahalgam”, dijo el ministro en una declaración en vídeo. Y en un comunicado, el Gobierno paquistaní repudió “la arrogancia de India, al asumirse el papel de juez, jurado y verdugo en la región, es imprudente”, al tiempo que aseguró que Pakistán “ha sido víctima del terrorismo y comprende plenamente el dolor de este flagelo”. “Siempre lo hemos condenado en todas sus formas y manifestaciones en todo el mundo”, indicó. Luego, aseveró que su país ofreció abiertamente a la India una investigación creíble, transparente e independiente a cargo de una comisión neutral de expertos para esclarecer la verdad.

“Desafortunadamente, en lugar de seguir el camino de la razón, la India ha decidido transitar el peligroso camino de la irracionalidad y la confrontación, lo que tendrá consecuencias catastróficas para toda la región y más allá”, subrayó el funcionario. Asimismo, Pakistán reiteró que cualquier “aventurerismo militar” por parte de la India será respondido con firmeza y decisión.

Este periodista considera que el horno, no está para bollos. El primer ministro indio, Narendra Modi, presidió el miércoles reciente varias reuniones de la plana mayor de su Gobierno, para evaluar la actual crisis. Uno de los encuentros reunió al Comité del Gabinete de Asuntos Políticos, conocido como el ‘Súper Gabinete’, que no era convocado desde el atentado de Pulwama (en la Cachemira india) de 2019, según el medio indio NDTV. Por entonces, el ataque -en el que murieron 40 agentes de policía indios- dio paso a un intercambio de bombardeos entre la India y Pakistán.

El primer ministro indio también presidió una reunión del Comité del Gabinete de Seguridad (CCS
), la segunda desde el ataque de la semana pasada. Entre las resoluciones adoptadas se destaca la de prohibir todas las importaciones desde Pakistán. Y también, como era de prever, aumentar la cantidad de efectivos: hasta ahora, había 500 mil soldados indios movilizados en la región que ambas naciones reclaman.

TENSIONES HISTÓRICAS ENTRE INDIA Y PAKISTÁN - Geopol 21

CORREDOR, ENERGÍA ¿SEGURIDAD? La función de estas Fuentes es conocer lo que sucede, pero en especial, comprender por qué. Hagamos el intento, sin dejar de admitir la dificultad que implica esa operación mental en un galimatías como el que se aborda aquí.

Casi una década atrás, el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), uno de los seis corredores de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China, estaba en franco desarrollo. Se acordaron proyectos de infraestructura y energía entre ambas partes, y existía la convicción, especialmente en Pakistán, de que el CPEC podría tener un impacto transformador en el futuro político y económico del país. Los líderes pakistaníes coincidieron en evaluar el Corredor como un punto de inflexión.

En 2024, el clima se fue modificando. Desde 2018, y de forma más marcada desde la pandemia de COVID-19, el CPEC desaceleró su influencia. Entre las dificultades financieras y la precaria situación de seguridad en algunas partes del país, el panorama se fue enredando. Alguieninteresado en ralentizar los progresos económicos, logró -articulando fuerzas terroristas- que las conversaciones entre los líderes chinos y sus homólogos pakistaníes se centraran en garantizar la seguridad de sus ciudadanos.

Sin embargo, el Corredor cumplió sus promesas iniciales. La conectividad en las provincias de Punjab y Sindh, así como la autopista East Bay Expressway en Baluchistán, han reducido los tiempos de viaje en las zonas afectadas. Asimismo, entre 2015 y 2020 se construyeron nueve nuevas centrales eléctricas con una capacidad combinada de más de 5000 MW, lo que ayudó a aliviar el déficit energético nacional y a resolver el problema de los cortes de suministro eléctrico. Sin embargo, la reorientación de la inversión hacia la seguridad, damnificó la distribución equitativa del nuevo suministro eléctrico en todo el país, lo que agravó las brechas en el acceso a la energía entre zonas rurales y urbanas, y entre el centro y la periferia.

Es preciso considerar, también, rasgos de la historia multipolar. Por caso, evaluar que la razón básica de la creación de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) fue la seguridad regional. Debido al éxito de las potencias emergentes que resolvieron invertir productivamente, fomentar las nuevas tecnologías, ahondar relaciones comerciales, incorporar grandes zonas de la población al trabajo moderno y el consumo, todo bajo intenso control estatal, la entidad alcanzó una dimensión formidable. Así, se configuró eje de los BRICS, y -a no olvidarlo- de los BRICS +.

Forzar, como sucede desde varios meses a esta parte, a cuidar la seguridad por encima de los vínculos económicos, es un logro Occidental que merece consideración. Sin embargo, la densidad de los protagonistas no termina allí, pues detrás de la escena, surge la competencia a futuro entre India y la China por la hegemonía de una gran parte del planeta en las décadas venideras.

Como hemos advertido en estas páginas, la responsabilidad de Gran Bretaña en la colisión que envuelve a India y Pakistán, se puede conocer mediante un repaso del tránsito histórico zonal. Durante un siglo de dominio colonial, todas las acciones destinadas a fragmentar y enfrentar a los pueblos que habitan el lugar fueron adoptadas por el poder londinense. Los rastros de ese control pueden atisbarse en el presente, pese a los realineamientos, e inciden sobre los intentos político sociales tanto indios como pakistaníes, de insertarse en procesos de paz y desarrollo.

Los riesgos de un conflicto nuclear entre China, India y Pakistán

REINO UNIDO, ESTADOS UNIDOS. Ahora nos asentamos en la investigación realizada en esta saga para dar cuenta de los tremendos desencuentros inducidos sobre poblaciones cercanas, con familias entrelazadas e intereses comunes. Está revisada y fue publicada el 14 de enero de 2024.

Veamos. La independencia de India fue dispuesta en 1947. La misma implicó la partición en dos del país. El territorio se dividió entre la actual India y el nuevo Estado de Pakistán, cuya parte oriental se convirtió años después en Bangladesh. El sendero independentista costó una ola de violencia con un millón de muertos y 15 millones de desplazados. Marcó, además, el impulso de una prolongada enemistad entre India y Pakistán que los británicos jamás dejaron de acicatear.

La India bajo control inglés abarcaba 4,3 millones de kilómetros cuadrados. Sus 400 millones de habitantes formaban parte de una compleja trama de antiguos reinos con una amplia diversidad religiosa. Los hindúes eran el 65% de la población, mientras los musulmanes constituían la principal minoría con el 25%. Pero también existían poblados sijes, jainas, budistas, cristianos, parsis y judíos. Estos espacios humanos convivían con la mayoría hindú en las regiones del sur, centro y parte del norte, y con la mayoría musulmana en provincias del noreste y noroeste del país.

Con el Imperio Británico inmerso en la II Guerra Mundial (1939-45), el movimiento por la independencia de India liderado por Mohandas Karamchand Gandhi ganó protagonismo. En fases de ese proceso, otras dos figuras dejaron huella: Jawaharlal Nehru y Mohamed Ali JinnahNehru, de ascendencia india, aunque agnóstico declarado, fue un popular líder independentista que, al igual que Gandhi, anhelaba una India unida en la que convivieran personas de distintos credos. Jinnah, por su parte, presidía la Liga Musulmana, el partido político que proyectaba una nación separada para los indios seguidores del Islam y que poseía fuerte respaldo masivo en los distritos donde se profesaba esa religión.

Los invasores británicos promovieron la división generando listas separadas de votantes musulmanes e indios para las elecciones locales. También diseñaron escaños reservados para políticos musulmanes y para indios. Tras varios motines en los destacamentos militares coloniales, Londres accedió a abandonar el país y organizar una transición “pacífica” del poder a las autoridades locales en un plazo máximo de dos años.

Como el Reino Unido no lograba atemperar el creciente malestar social, decidió la retirada, pero dejó una herencia de debilidad estructural para los protagonistas locales. Dispuso dividir India en dos. Si el planteo ya era complejo, el referente escogido enrareció más el panorama. Londres designó para orientar esa fractura al abogado británico Cyril Radcliffe. Jamás había estado en India y desconocía el fértil crisol cultural y religioso.

Sin más fundamento que unas líneas trazadas sobre un escritorio, el 15 de agosto de 1947 nacieron India, de mayoría india, y Pakistán, de mayoría musulmanaNehru fue primer ministro de India hasta fallecer en 1964 y Jinnah gobernó Pakistán también hasta su muerte, aunque esta ocurrió solo un año después de la independencia, en 1948.

La nueva frontera de unos 3.000 kilómetros definía dos territorios separados para Pakistán: el que ocupa actualmente y Pakistán del Este, que en 1971 se desvinculó políticamente de Islamabad para convertirse en la República de Bangladesh. Sin otro fundamento que los intereses británicos, la partición produjo la mayor migración en masa de la historia, con una cifra estimada de 15 millones de desplazados. Indios y sijs que vivían en territorio asignado a Pakistán emprendieron el camino hacia un futuro incierto en India, mientras numerosos musulmanes hacían el recorrido opuesto.

Durante el proceso, los pueblos involucrados solo tuvieron el impulso emocional de afirmar identidades diferenciadas. Así, se ahondaron los conflictos étnicos, que produjeron derramamientos de sangre en un clima caótico. En la mayor parte de los enfrentamientos horizontales se registró la presencia de agentes británicos azuzando los contrastes. De hecho, en los meses que siguieron a la independencia grupos de soldados atacaron trenes y puntos de concentración de desplazados, dejando dos millones de muertos.

El infierno se había desatado. Cada agrupamiento formó sus milicias y las mismas se lanzaban sobre los precarios poblados de etnias vecinas para lograr su control. Uno de los picos de violencia se registró en el estado fronterizo noroccidental de Punjab, donde turbas se ensañaron especialmente con las mujeres, que sufrieron violaciones y mutilaciones. La impenetrable alambrada que separa a los dos países dejó a millones de familias divididas de forma permanente.

El Concepto De Relaciones Políticas Estados Unidos, Estados Unidos Con Reino Unido, Reino Unido. Ilustración 3d Fotos, retratos, imágenes y fotografía de archivo libres de derecho. Image 184821706

Esas fronteras son epicentro del litigio entre India y Pakistán. Como se indicó antes, la bellísima Cachemira, una región del Himalaya conocida por la armonía de sus paisajes y su diversidad étnica, sigue siendo un dramático foco de conflicto. Según el plan de reparto contemplado por el Acta de Independencia de IndiaCachemira podía elegir libremente ser parte de India o de Pakistán. En 1947, el gobernante local, marajá Hari Singheligió India, lo que provocó el estallido de una guerra que duró dos años.

Desde entonces India mantiene el control de aproximadamente la mitad de la región, mientras Pakistán domina algo más de un tercio en las áreas del noroeste, y China administra los territorios restantes, en el norte y noreste.

La herencia británica persistió: India y Pakistán entraron en guerra por la región en 1965, y en 1999 protagonizaron una confrontación conocida como el conflicto de Kargil. India también luchó contra Pakistán en 1971, cuando intervino para apoyar la independencia de Bangladesh.

Aproximadamente un 14% de la población de la actual India es musulmana, mientras solo un 2% de los pakistaníes practica el hinduismo.

Las relaciones entre Pakistán y los Estados Unidos comenzaron en 1950. Pueden evaluarse, en cuanto a los intentos divisionistas y a las tácticas belicistas, herederas de aquellas intervenciones británicas. El interés norteamericano se asentaba en el combate a la Unión Soviética y el comunismoIslamabad decidió tomar partido por Washington en busca de un respaldo para afrontar los litigios con India. Sin embargo, rápidamente observó que la esperanza de contar con ese apoyo se desvanecía.

Mientras que los Estados Unidos otorgaron cobertura a Pakistán durante la ocupación soviética de Afganistán e instaron a que otros países como Egipto y Arabia Saudita lo hicieran también, cuando los rusos se retiraron, dejaron solo a Islamabad con los refugiados afganos. La frontera entre ambas naciones tiene 2670 km​ de longitud. En tanto, paulatinamente, el Norte empezó a ver a India como un socio estratégico e impuso sanciones al programa nuclear de Pakistán, sin reparar en las armas nucleares de su vecino.

Pakistán sabía que la situación en Afganistán no podía resolverse por medios militares y que era imprescindible una solución política. Pero no logró aquilatar poder para imponer ese criterio. El último tramo del método bélico comenzó con George Bush y continuó con Barack Obama. Luego, Donald Trump culpó a Pakistán pese a los Documentos de Afganistán, que revelaron que el Ejército estadounidense engañó al público y a las administraciones, ya que sabía que la guerra en Afganistán no se podía ganar militarmente.

Pakistan PM Shehbaz Sharif's Calls for Talks: What Was His Message to Modi?

POLÍTICA COMARCAL. En el período actual, la acción norteamericana se asienta en el acicateo de las diferencias, el abastecimiento a núcleos terroristas para que hostiguen a los gobiernos de India y Pakistán según los lineamientos adoptados en cada situación (la potencia gestó a los talibanes pakistaníes, que produjeron un centenar de atentados en los años recientes), el establecimiento de un enlace fuerte con el Ejército pakistaní, la injerencia sobre su Tribunal Supremo y la generación de acusaciones sobre la honradez de sus políticos cuando se aproximan al eje euroasiático.

Uno de los factores que ha impedido el despliegue de las fuerzas productivas y la democracia en Pakistán, se asienta en el espacio de poder político ligado al Reino Unido y los Estados Unidos. El actual titular del Ejecutivo, el ya mencionado empresario Shehbaz Sharif, se proclamó vencedor de las elecciones del año pasado sin tomar en cuenta el escrutinio -créalo, lector- que había encabezado el popular Imran Khan. Este último, estrella del criquet y líder del Movimiento por la Justicia, había ejercido la primera magistratura entre 2018 y 2022, orientando al país en claro sentido multipolar. Tejedor de buenos vínculos con los presidentes de China, Xi Jingpin, y de Rusia, Vladimir Putin, fue acusado de corrupción por la Corte Suprema, controlada por el sector de Sharif, y actualmente sigue los acontecimientos desde la cárcel de Adiala en Rawalpindi, a 15 kilómetros de la capital, Islamabad.

Según los sabios del país milenario, cuando las olas se han aquietado y el agua está en calma, entonces se refleja la luz y se puede vislumbrar el fondo.

Ahora, es preciso preguntarse qué hará China, en primer lugar. Luego, cómo se ordenarán los BRICS + en el renovado conflicto. También, cómo encaja el mismo en el intento norteamericano de limitar su presencia armada en el planeta. En relación, cuál será la puerta utilizada por la alicaída Europa belicista para armar una guerra a cualquier costo. Y, finalmente, sin desconocer otras variables, de qué modo está interpretando Irán este contrapunto en el borde del barrio.

Es que quien no duda, nada sabe.

Para el cierre y el disfrute de unos mates calientes, de buen sabor, una observación propia del lugar de emisión que caracteriza a estas Fuentes.

Pese a tanta decepción y a la difusión de asombrosos palurdos que se presentan como funcionarios, vale alardear que, en la semana reciente, la humanidad se conmovió por el mensaje de dos grandes argentinos que ya no están físicamente entre nosotros.

El Papa Francisco y Héctor Germán Oesterheld, desde distintos flancos y con oficios sin comparación sencilla, enviaron esa reconocible señal azul y blanca; la misma, dio vuelta el planeta y ahora, forma parte de la discusión de millones de personas.

No todo es necedad; no todos son hombres – robot.

  • Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal