Edición n° 2958 . 27/12/2024

El día que los medios de comunicación decidieron que el yihadismo era respetable

Por Jonathan Cook

De repente, tras años tergiversando a Hamás, políticos y medios de comunicación occidentales se han vuelto frenéticos para aclarar la diferencia entre yihadistas y nacionalistas islámicos.

Es algo muy extraño. Durante años los políticos y los grandes medios de comunicación occidentales han sido completamente indiferentes al hecho de que Hamás no sea un movimiento yihadista, como Al-Qaeda o el Estado Islámico (ISIS), sino específicamente un movimiento de resistencia palestino, aunque su base sea una ideología islamista que le distingue de movimientos de resistencia palestinos laicos como Fatah.

Poco después del ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre del pasado año, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu coincidió con el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, y afirmó sin rechistar: «Hamás es ISIS [Estado Islámico]… y debe ser tratado exactamente igual que el ISIS».

Pero Hamás, a diferencia de Al-Qaeda o el Estado Islámico, no pretende recrear un califato que incluya a los musulmanes allá donde vivan, sin tener en cuenta las fronteras nacionales. Lo que Hamás desea es crear un Estado palestino en Palestina e Israel está determinado a impedir lo de cualquier modo, incluso si ello supone cometer un genocidio.

Hamás no exige una adherencia estricta a la ley religiosa y no prioriza el islam sobre la identidad nacional palestina.

No forma parte, como Israel y sus apologistas de Occidente tratan de hacer creer, de ninguna cruzada islamista que libra una guerra global contra los valores de una supuesta “civilización” judeocristiana.

Hamás no oprime a los cristianos (en Gaza existía pacíficamente una comunidad cristiana hasta que Israel empezó a bombardear sus templos), ni obliga a las mujeres a llevar velo.

La designación de Hamás como grupo terrorista por parte del Reino Unido, tanto de sus ramas militar como político-social, ha sido en gran parte justificada merced a esa tergiversación del carácter ideológico de Hamás.

Si suscito este asunto no es para alabar a Hamás (véase la nota legal más abajo) sino para resaltar la indignante hipocresía actual de todos los medios de comunicación occidentales.

 Ahora nos encontramos con una rama de Al Qaeda en Siria, rebautizada como HTS [Hay’at Tahrir al-Sham , Organización para la Liberación del  Levante]. Y los periodistas occidentales, encabezados como siempre por la BBC, se desviven por explicar cómo el grupo se ha transformado de la noche a la mañana de un yihadismo que cortaba cabezas en un movimiento de resistencia nacional sirio moderado y “favorable a la diversidad”.

Dichos medios se muestran de pronto muy preocupados por aclarar la diferencia entre yihadismo militante y resistencia nacional islamista, e insisten en que esta última es respetable.

Esto, por supuesto, se presenta como la razón por la que los gobiernos británico y estadounidense han puesto fin rápidamente a la designación de HTS como organización terrorista, incluso cuando esos mismos gobiernos mantienen proscrito a Hamás en su totalidad. Es la razón que se da para acoger a este sucedáneo de Al Qaeda como un buen movimiento nacionalista sirio, supuestamente deseoso de unificar el país.

Lo que pretendo decir es que los medios de comunicación occidentales son bastante capaces de entender la diferencia entre yihadistas y nacionalistas islámicos cuando quieren. Pero solo lo hacen cuando los estados de seguridad nacional británico y estadounidense se lo ordenan.

Esa es la conducta de nuestra supuesta “prensa libre”

Nota legal: Las observaciones anteriores se hacen con fines puramente analíticos y no pretenden en modo alguno “fomentar el apoyo” a Hamás, lo que supondría una violación del artículo 12 de la Ley de Terrorismo del Reino Unido. El gobierno británico considera a Hamás una organización terrorista.

Después de todo, ¿quiénes somos nosotros para cuestionar la sensatez del gobierno al utilizar la legislación antiterrorista para encarcelar a periodistas hasta 14 años por señalar la aplicación incoherente de sus políticas?

¿Quiénes somos nosotros para cuestionar el derecho de la policía británica a asaltar los hogares de periodistas independientes, investigarlos y detenerlos, como les ha pasado a Richard Medhurst y Asa Winstanley, por presuntamente no adherirse por completo a la posición del gobierno británico sobre Hamás?

¿Quiénes somos nosotros para cuestionar por qué los medios de comunicación británicos, defensores de una gloriosa tradición de libertad de prensa, no están aplicando los mismos estándares periodísticos a Hamás y al HTS –o informando del arresto de periodistas independientes por parte de la policía por presuntamente infringir la Sección 12 respecto a Hamás, cuando a policía parece totalmente indiferente a la aplicación del artículo 12 en relación con el HTS?

Atención: Nada de lo anterior debe interpretarse en modo alguno como una sugerencia de que Gran Bretaña no sea plenamente democrática o de que muestre signos de convertirse en un Estado policial.

Fuente: https://jonathancook.substack.com/p/the-day-the-media-decided-militant

La presente traducción puede reproducirse libremente a condición de que se respete su integridad y se nombre a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente de la misma.