(Por Cecilia Miglio/Especial Motor Económico ) Conversamos con el músico santiagueño Peteco Carabajal, ícono del folklore de nuestro país, quien está presentando “50 Años con la Música”, un recorrido de cinco décadas de legado popular que abarca distintos escenarios del país junto a artistas invitados. En esta entrevista exclusiva, Peteco nos habla sobre la importancia de la comunicación y la difusión de nuestra cultura en la era digital, así como de las noticias falsas, la agresividad en las redes y otros temas.
C.M.: Peteco, gracias por recibirnos. ¿Cómo crees que el streaming ha impactado en la industria musical folklórica?
Peteco: Creo que lo que se llama streaming es la posibilidad que se ha dado en el tiempo de la globalización y cómo ha ido cambiando a partir de ahí. En los años 2000, ha ido cambiando todo: todo el negocio, todo lo que se conocía hasta ese momento, los funcionamientos, todo ha ido cambiando. Entonces, esta herramienta también llega en ese momento y me parece que ha sido decisiva. Es decisiva también hoy en día esa comunicación y esa transmisión a través de la imagen y del audio. La gente puede llegar a ver ensayos, puede llegar a ver grabaciones o también plantear, como se ha planteado en la pandemia, la posibilidad de hacer algún concierto y pagar por verlo y escucharlo. Así que ha sido fundamental.
C.M.: ¿Qué te llevó a decidir hacer videos en vivo y transmitir tus conciertos en línea? ¿Cómo te adaptaste a la nueva realidad del streaming y las plataformas en línea? ¿Utilizás algún equipo de sonido, celular, luces u otros dispositivos para tus transmisiones?
Peteco: Por lo general, yo uso solo el celular. Aquí, por ejemplo, en mi casa, hemos hecho lo que ha quedado casi como un programa en formato de televisión: “Entra a mi hogar, cocina cotidiana”. En algún momento, un amigo se ha copado y traía un micrófono para grabar. Después, el que me ha acompañado en eso, Miguel Miño, que es director de cámaras y también, ha dirigido películas. Miguel venía, se copaba y traía luces para ese acontecimiento en especial. Pero, en lo personal, siempre lo hago con el celular nomás.
C.M.: ¿Recordás cuál fue tu primera transmisión en vivo?
Peteco: Las primeras transmisiones me parece que fueron a partir del 2010, no recuerdo bien. Bueno, ha sido también mi incorporación al uso de esos elementos que propone Internet, como Facebook, no mucho más, porque son cosas que las he ido adquiriendo más que por una búsqueda personal. Ha sido un elemento más del consumo para mí, el celular y todas las propuestas de comunicación que llegan hoy en día. Entonces, siempre he tratado de, una vez que me he dado cuenta de la posibilidad que tenía ahí, hacerlo con naturalidad, se podría decir.
C.M.: ¿Mirás el número de personas conectadas cuando estás en un vivo? ¿Hacés un seguimiento de las reproducciones de esos videos? ¿Cómo lográs mantener y aumentar tu audiencia?
Peteco: Bueno, yo me dejo llevar mucho por mi estado de ánimo. Por ejemplo, tengo por costumbre caminar. Aquí en mi casa lo puedo hacer porque es un espacio grande. Entonces, a lo mejor camino una hora de ritmo y para poder hacerlo con ganas y siempre. Eso de ver el número de personas, sí, aparece de alguna manera el interés en ver qué está pasando, pero no es tan importante como para golpearme o ponerme el ánimo más arriba. Lo hago simplemente y a veces, cuando se puede y tengo tiempo, está bueno también interactuar con el que está viendo. Y si hago un seguimiento de las reproducciones de esos videos, no, la verdad que no.
C.M.: ¿Qué papel juega la interacción con los seguidores en la construcción de una comunidad en línea? ¿Aumentó la cantidad de seguidores cuando comenzaste con las transmisiones en vivo?
Peteco: Y debe jugar un papel importante porque siempre las recomendaciones que salen en una página te felicitan por los puntos que lograste en cuanto a comentarios, a compartir o a las visualizaciones. Te promueven a seguir por ese lado, a responder, por ejemplo, los comentarios. Yo, la verdad, no me llevo por eso, no me guío por eso, pero simplemente lo hago cuando me dan ganas de contestar algo. Lo hago y también para establecer a lo mejor una relación.
Muchas veces, a mí me ha pasado de que hay alguien que se pone agresivo o me bardea y yo le escribo personalmente por Messenger: “¿Qué te pasa? A ver, ¿por qué me decís tal cosa? ¿Qué conocés vos de mí?”. Y con varios he terminado aceptando disculpas y siguiendo en contacto, conversando. Ya se sabe, están en una línea de pensamiento, yo estoy en otra, pero eso no da lugar para hablar giladas, como todos, los que no conocen y se dejan llevar solo por lo que leen o ven en algún informativo.
Como ejemplo, pongo lo que me están escribiendo ahora: “¿No te ibas del país vos, kuka?”. Y no, eso lo inventaron los titulares de la gente que trabaja para dar de comer a un conflicto que no existe. Entonces, sí trato de estar atento a las cosas, pero no me desvivo por eso, ni es un trabajo ni es una obligación que yo tenga que hacerlo. Lo voy haciendo si tengo ganas y por una cuestión de onda, simplemente de comunicarme con alguien.
C.M.: ¿Cómo ves la relación entre la audiencia física y la virtual en tus presentaciones?
Peteco: Y no sé si yo lo relaciono así de esta manera. La audiencia física es directa y lo otro, bueno, también hay que tener un poco de trayectoria y conocimiento, y de carácter ante una cámara. Porque, de pronto, hoy en día yo me siento completamente relajado, incluso cuando voy a un programa de televisión donde seguramente van a querer que hable algo “explosivo” y me van a buscar la cosa. Ya hoy en día me siento tranquilo ante cualquier escena.
Pero me pasa que he visto cómo ha movilizado el hecho de que yo transmita, no sé, las caminatas, por ejemplo, o de que de pronto imponga como un saludo, despertar a lo que surja, por ejemplo, escribir en mi muro: “arriba chorlitos!!!”. Más que nada lo hago por el sonido de la palabra y eso es como que va marcando una tendencia. Entonces, yo me doy cuenta de que de pronto alguien que no ha hecho nada, no ha hecho ningún trabajo en escenarios y nada, tiene la posibilidad de las redes. Y piensan o creen que con eso ya está, que ya puede. No sé, puedo poner un ejemplo, cree que ya puede decir: “está lindo para componer una chacarera, ¿qué les parece?”. Y no, no pasa por ahí. Primero hay que tener la espalda y después sí, podés realizar o cargar con distintas cosas, pero sabiendo que podés aguantar un peso. Pero así, porque si no más, porque existe una red y es la posibilidad de comunicación, ahí se torna poco claro.
Para mí también, y para resumir un poco el tema con la posibilidad de comunicación que tienen las plataformas hoy en día, no sé, todo lo que se usa ha hecho, y sobre todo en la pandemia, lo he sentido mucho. Me he dado cuenta de que como en la pandemia estábamos todos aislados, la posibilidad de comunicación era a través del stream, como se le ha llamado, o de los vídeos, y eso ha servido mucho. Yo mismo he hecho un vídeo con el tema «Las manos de mi madre»(sic), que lo ha producido un amigo. Y bueno, en ese vídeo hay músicos que están en Italia o en España, tocando instrumentos europeos, del barroco, por ejemplo. Están los Kjarkas, está Marcela Morelo, no sé, una cantidad de gente increíble, y todo lo hemos hecho desde nuestra casa con el celular, y se ha logrado una cosa tan bella y fuerte musicalmente.
Entonces, de pronto todos han creído en la pandemia que existía lo que no había existido hasta ese momento, o sea, la posibilidad de comunicar, de poder decir. Y aunque esté esa posibilidad, a mí me parece que no está bueno tampoco abusar, creer que ya has hecho todo el laburo que tenías que hacer en la vida, por simplemente aparecer haciendo un “vivo”.