Los Milei disuelven la Nación y la República desde diciembre del año pasado, y ahora también desguazan las políticas de género, porque según ellos no existiría la violencia machista y patriarcal en la sociedad
( por Juan Alonso/ Diario Red)La Argentina está ingresando en la fase más acuciante y alienante de la disolución del país, tal como lo conocimos desde 1983.
El Gobierno libertario de Javier Milei hace uso de las herramientas de supresión, cancelación, persecución, y fractura de la memoria colectiva para realizar una aniquilación social.
En nombre de la libertad y la protección de la propiedad privada, el Gobierno trafica lingotes de oro a Inglaterra, vacía las reservas de divisas del Banco Central, carece de dólares porque los productores agropecuarios se niegan a liquidar la soja y el trigo hasta obtener una nueva devaluación del peso, entrega las reservas de petróleo y gas de Vaca Muerta en Neuquén, deprecia el valor de los salarios y la moneda nacional, encarece el costo de los alimentos básicos, la vivienda, los alquileres, los servicios de luz, gas, y agua, y el sistema de salud de la población. Sumerge a más de la mitad de la ciudadanía del país en la pobreza y en la indigencia, a la vez que crecen los delitos infames de la pobreza y la condición inhumana de la humanidad.
El plan de la secta lunática que gobierna la Argentina se basa en cambiar el valor de la convivencia pacífica entre raíces culturales diversas a la largo de más 200 años de historia para implantar una noción común sin tiempo y sin memoria
Milei es el resultado de una sociedad enferma y en descomposición. Un sujeto roto que supo interpretar el salto al vacío de los algoritmos y la construcción cognitiva de los vídeos de plataformas para explicar lo imposible con teorías matemáticas y delirantes a base de manipulaciones. El plan de la secta lunática que gobierna la Argentina se basa en cambiar el valor de la convivencia pacífica entre raíces culturales diversas a la largo de más 200 años de historia para implantar una noción común sin tiempo y sin memoria.
Para lograr su objetivo siniestro, esta banda de lúmpenes y vampiros necesita extirpar al movimiento revolucionario de masas más importante de América: el Peronismo. Al mismo paso, deslegitiman las luchas de siglos de los feminismos y la política institucional de Derechos Humanos de Argentina desde 1985 a la fecha. Para completar esa tarea por encargo de potencias extranjeras y magnates de Internet, ejecutan una cacería de opositores críticos en las redes sociales, usando amenazas, visitas personalizadas, y ataques cibernéticos múltiples.
La telenovela de terror y el patetismo sobre las denuncias de la exprimera dama, Fabiola Yáñez contra el expresidente, Alberto Fernández, contiene elementos en serie.
A saber: diálogos de la víctima con un abogado de parte; curiosos intercambios de mensajes archivados con una secretaria presidencial del anterior Gobierno; informe a un juez federal vinculado con el Grupo Clarín; cambio de letrado por una abogada especialista en derecho de familia; una tapa del diario Clarín publicada hace más de una semana, justo antes de que Yáñez iniciara la demanda judicial ante el mismo juez en cuestión; un magistrado que fue parte de la Cátedra de Fernández en la Facultad de Derecho de Buenos Aires y que después resultara denunciado por sus viajes con ejecutivos millonarios de Clarín a la mansión del magnate británico, Joe Lewis en Lago Escondido, Patagonia de Argentina.
Los Milei disuelven la Nación y la República desde diciembre del año pasado, y ahora también desguazan las políticas de género, porque según ellos no existiría la violencia machista y patriarcal en la sociedad
La sucesión de hechos precipitó en una saga por entregas como un folletín de los años 30, editada por los intereses de oscuros de los expertos en el control del psiquismo masivo. El portal Infobae realizó una entrevista a Yáñez que el domingo 11 alcanzó 271 mil visualizaciones de espectadores. El director del sitio El Cohete a La Luna, Horacio Verbitsky entrevistó por más de una hora a Fernández. En su crónica “El ojo negro” expone algunos interrogantes.
Fernández asegura que el ojo morado de su exesposa tiene que ver con un presunto tratamiento. Dice que ella lo llamó a las 5 de la madrugada y le dijo que una plataforma de entrenamiento —vaya paradoja— iba a pagarle 5 millones de dólares para realizar una serie sobre su convivencia en la Quinta Presidencial de Olivos y en esa supuesta conversación, ella preguntó cuánto le daría él. Verbitsky consultó a expertos y expertas forenses y no hubo coincidencias sobre el ojo negro, sí sobre la sujeción en una de las axilas.
Todos los canales de noticias del país han mostrado las fotografías de Yáñez sin su consentimiento. El tema concitó la atención pública con horas y horas de transmisiones radiales, streamings, y televisoras nacionales y extranjeras. La expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner emitió su opinión desde su cuenta de la red social X luego de regresar de México.
Mientras tanto, el Gobierno libertario colocó todo su poder de fuego mediático y operativo, con canales asociados, trolls, bots, y hasta el uso de un joven estudiante de periodismo con pasado neonazi dentro de una conferencia de prensa en la Casa Rosada para preguntar específicamente sobre el asunto al vocero presidencial.
Los Milei disuelven la Nación y la República desde diciembre del año pasado, y ahora también desguazan las políticas de género, porque según ellos no existiría la violencia machista y patriarcal en la sociedad.
Curioso: Milei fue víctima de un padre golpeador y violento, que en 1982 le dio, según él mismo relató, “una tremenda paliza” luego de que dijera que “era locura” haber iniciado la Guerra de Malvinas durante una reunión con sus tíos incluidos. Hay que recordar que Milei se declara un admirador de Margaret Thatcher.
La Cheka libertaria
Por estas horas de sol tibio y de frío persistente en el Sur de América, el Congreso de la Nación debe discutir si acepta el decreto presidencial que aumentó los gastos reservados de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) en más de 100 mil millones de pesos, unos 100 millones de dólares. Esto se suma a las partidas para la pauta mediática que suman mil millones de pesos. En este contexto aparecieron las tapas del diario Clarín sobre el caso Yáñez.
Ya que el presidente ve comunistas hasta en la sopa, habría que recordarle que la Policía Secreta Soviética —la antigua Cheka— fue la antecesora de la KGB y que sus estatutos fueron muy inspiradores para la fundación de la OSS y la CIA de EEUU antes y después de 1945.
¿Es posible que el gobierno libertario pretenda iniciar una purga de disidentes políticos con la misma metodología represiva de los soviéticos en los años de Stalin? La intención de empoderar a las Fuerzas Armadas en la Seguridad Interior —violando tres leyes de la democracia— responde tan solo una parte de esa inquietud. La otra está reflejada en el lanzamiento de una patrulla cibernética del Ministerio de Seguridad para hallar amenazas de terrorismo.
El poeta ruso, Ósip Mandelshtam, murió en 1938 en un campo de trabajos forzados. Su pecado fue haber escrito un poema que hablaba de los dedos de una mano de Stalin. Nadezhda Mandelshtam, viuda del poeta, describió la detención del tiempo que encierra a los grandes traumas humanos: un viaje en tren hacia la estepa del destierro con guardias compasivos y canallas, personajes indiferentes, familias de negadores masticando el pan del día, bebiendo el vodka de la ocasión y la ruta del escape de la ceguera, con los pulmones puestos a respirar la supervivencia. Lobos audaces de aspecto humano.
En su libro Contra toda esperanza* emergen los seres más abyectos que encarcelaron a su hombre, pero jamás lograron silenciar ni el humor ni el amor, incluso en la hambruna y en misterio de los finales.
“Perdí el miedo a la muerte porque había entrado en la esfera de la no existencia. Sino no queda ningún otro recurso hay que aullar. El silencio es un verdadero crimen contra el género humano”, escribió Nadezhda.
*Contra toda esperanza. Libro publicado en 2012 por la Editorial Acantilado, Barcelona. Autora: Nadezhda Mandelshtam (Sarátov 1899/Moscú 1980).