Edición n° 2923 . 22/11/2024

El velatorio del consumo masivo/El informe reservado de supermercados que inquieta al Gobierno/ La clase media no va al paraiso

Un trabajo privado adelanta que, en julio, las ventas caerán 17 por ciento interanual, 5 puntos más que en mayo. Además, aún falta ver lo peor: de aquí a fin de año, habrá caídas aún más importantes porque comparan contra datos buenos. «La desinflación no se nota», aseguran las empresas. Esta estadística, sumada la caída de la industria y la construcción, derrumba el relato oficial sobre una economía en recuperación. 

Leandro Renou

Por Leandro Renou

No hay recuperación posible del PBI con esta caída de venta en las góndolas (Fuente: Guadalupe Lombardo)
No hay recuperación posible del PBI con esta caída de venta en las góndolas. Imagen: Guadalupe Lombardo

Los datos, con y sin contexto, muestran una economía que está lejos de tocar piso. Pero, sobre todo, ponen de manifiesto que las mejoras están lejos de hacerse notorias en la vida diaria de las personas. Un informe privado que circula entre los grandes supermercados y que ya está en el escritorio de funcionarios económicos del Gobierno de Javier Milei, adelanta un panorama desolador: el consumo masivo, que junto a la industria y la construcción explican 7 de 10 puntos del PBI, caerá 17 por ciento interanual en julio, 5 puntos más abajo que el indicador de mayo. La caída no sólo es la mayor del año (todos los meses desde que Milei es Gobierno hubo bajas), sino la más importante desde la crisis del 2001. 

La cifra, que es parte de un estudio reservado de la consultora Scentia y tiene la proyección hasta la semana pasada, evidencia una actualidad muy mala y una postal del futuro aún peor. Es que julio se compara con el último dato malo del Gobierno de Alberto Fernández en cuanto a ventas en supermercados (crecimiento del 0,6 por ciento). Es decir, de aquí a fin de año se verán caídas aún mayores del gasto hogareño, casi sepultando la posibilidad de un rebote de la economía. 

«El consumo está muerto, directamente, y hay un problema mayor: no se siente la desinflación», dijo a Página I12 un ceo importante de una cadena multinacional, con el informe en la mano. Las empresas aseguran que con el IPC cerca de 2 o 3 puntos, «no ha cambiado el escenario del gasto, la gente no lo siente porque le sube la prepaga, las tarifas, el colegio, y el Gobierno no da señales de que eso se estabilice». En paralelo, naturalmente, tampoco sirven hoy los indicadores promedio de mejora de los ingresos, porque no reflejan una mejora real del poder adquisitivo sobre los precios. 

Lo peor no pasó

El documento de Scentia, que mide consumo masivo en todo el país y en todos los canales, se centra en lo que es «Self-Service», es decir, todos los locales de venta menos los almacenes, donde el consumidor no toma productos directamente de la góndola. Ese universo incluye a pymes, hipermercados, chinos y formatos de cercanía. 

En ese segmento amplísimo, el consumo cayó 3,8 por ciento en enero del 24 interanual, contra una caída de 1,6 por ciento del 23; bajó un 4 por ciento en febrero, contra una caída de 1 por ciento de igual mes del 24; y se retrotrajo 7 puntos en marzo, contra un marzo de 2023 que reportó una caída de 1,6 por ciento. Ya pasado el primer trimestre, abril del 24 registró una baja del 7, ya comparada con la baja del 1,6 de igual mes del 23; en abril, en tanto, hubo una caída del 13 contra otra caída del 0,3. En mayo, en tanto, la caída del consumo fue de 13 puntos, comparando con un mayo del 23 con -3,1. En junio, la caída fue del 12,5 contra un alza de 1,3 en 2023; mientras que para julio Scentia tiene medida una baja de 17 por ciento interanual, contra un 0,6 de alza

Ese último dato, que es preocupante, puede ser la mejor la mejor marca de aquí a fin de año. ¿Por qué? el año pasado, para esta época y considerando la misma medición de la consultora que trabaja con datos de supermercados, empezó el recalentamiento de la inflación que montó más compras a un consumo que ya estaba repuntando. A saber: en agosto del 23, el consumo masivo creció 5,2, en septiembre un 8,5, en octubre un 8 por ciento, en noviembre un 7 por ciento; llegando a un 1,4 por ciento en diciembre. Esa moderación de diciembre, que quebró una tendencia alcista fuerte, se debió a la devaluación que decidió Javier Milei ni bien asumió el poder. En ese mes, la inflación pegó un salto aún más violento del que tenía, llegando al 25,5 por ciento. De allí en más, no hubo un sólo mes con alzas del consumo. 

En diálogo con este diario, desde el supermercadismo aseguraron que los rubros con mayores caídas dentro de canasta básica son Bebidas con y Sin Alcohol, y productos de limpieza. Y el dato de color lo ponen los productos denominados «Impulsivos», aquellas golosinas, gaseosas y otras cosas, que se venden al costado de las cajas de pagos. Caen arriba de los 30 puntos interanual, mientras Bebidas están cayendo un 20 con perspectivas negativas hacia adelante, porque el frío es la temporada baja de ventas. En paralelo, textiles y electro tienen cifras de caída de ventas arriba del 60 por ciento, aún con esquemas de cuotas sin interés disponibles. 

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