Edición n° 2924 . 23/11/2024

Las claves de la recuperación económica de Venezuela a pesar del bloqueo de Estados Unidos

Pese a las sanciones de la Casa Blanca, el PBI venezolano creció un 5% en 2023 y se estima que en 2024 estará por encima del 8%. El viceministro de Políticas Antibloqueo, William Castillo, explicó a C5N los motivos de la recuperación.

“Si venías hace dos años te ibas a encontrar con una situación completamente distinta. Los negocios estaban vacíos y no había quien comprara nada. Ahora se recuperó el consumo y prácticamente no se puede andar de tanta gente que hay en todos lados. El crecimiento económico en Venezuela se siente fuerte”, comenta Rubén, un artesano marroquinero que tiene un puesto de cinturones, billeteras y carteras en la Sabana Grande, una de las zonas comerciales y culturales más importantes de Caracas.

Las calles de la Sabana rebosan de caraqueños yendo y viniendo de compras. Los locales de ropa, tiendas de electrodomésticos, supermercados y almacenes de la zona se encuentran abastecidos y repletos de gente. En los cafés y restaurantes de la zona es difícil encontrar un lugar para sentarse. Los medios de transporte de la ciudad, como el subte o los colectivos, viajan llenos. Desde principios de 2023, Venezuela comenzó a transitar una incipiente recuperación económica luego de años de hiperinflación y desabastecimiento provocados, en gran medida, por el bloqueo impuesto por los Estados Unidos, otros países de occidente y el sistema financiero internacional.

Las sanciones contra el país caribeño comenzaron en 2014 con Barack Obama en la Casa Blanca, se profundizaron con Donald Trump y siguieron con Joe Biden. Hasta la fecha Venezuela sufrió un total de 930 medidas coercitivas contra su economía, las finanzas públicas, la industria petrolera y el comercio exterior. Estas penalizaciones impidieron las operaciones con bonos venezolanos, bloquearon la deuda y los activos de la industria petrolera nacional y establecieron severas restricciones al país para el acceso de alimentos, medicinas, materia prima y bienes esenciales.

La “guerra económica” que lanzó Washington buscó ahogar al país para generar malestar social y debilitar al chavismo hasta que caiga, y en su lugar asuma una administración sometida a sus intereses. En más de una oportunidad estuvieron a punto de lograr sus objetivos. La mayoría de las sanciones fueron orientadas a evitar la comercialización del petróleo, principal sustento de Venezuela, lo que provocó un declive de la producción y consecuente la pérdida del 90% en ingreso de divisas entre el 2015 al 2022, generando una crisis sin precedentes en el país con hiperinflación, escasez de bienes y servicios, cierre de fábricas, migración y un fuerte deterioro en la calidad de vida y los derechos humanos de los venezolanos. La pandemia del coronavirus no hizo más que profundizar el derrotero.

También sufrieron el congelamiento, la confiscación y la retención de activos en el exterior por un total de 30 mil millones de dólares, entre los que se destaca u$s7 mil millones líquidos retenidos en distintos bancos, u$s5 mil millones retenidos en el FMI, u$s2 mil millones en 31 toneladas de oro confiscadas por Inglaterra y los u$s13 mil millones de la empresa refinadora de petróleo Citgo, el mayor activo que tiene Venezuela en el extranjero que fue confiscado por Estados Unidos y qué el país puede perder de manera definitiva en un litigio que se realizará en las próximas semanas o meses.

Sin embargo, a pesar de las adversidades, mediante distintas estrategias el gobierno de Venezuela logró comenzar a revertir la crisis y pudo mostrar señales de crecimiento económico. Tal es así que en el 2023 el PBI creció un 5% y se estima que en 2024 estará por encima del 8%. Además se logró frenar la hiperinflación, pasando del récord de enero del 2019, cuando marcó un 192.6%, al 1.5% de mayo del 2024, la más baja de los últimos 20 años, y se dejó atrás el desabastecimiento casi absoluto.

¿Cómo hizo Venezuela para recomponer su economía a pesar de las sanciones aún vigentes?

En una charla con C5N, el viceministro de Políticas Antibloqueo del Ministerio del Poder Popular para Economía y Finanzas, William Castillo, contó las claves de lo que el propio presidente Nicolás Maduro definió como “milagro económico”.

Entre los factores que llevaron a la recuperación, el funcionario destacó la diversificación y la apertura de la economía, las inversiones internacionales de países aliados como China, Rusia e Irán para reactivar la industria del petróleo; la recuperación del vínculo con el sector privado y la creatividad del pueblo venezolano para salir de la crisis.

Una de las enseñanzas que dejaron las sanciones sobre Venezuela es que la economía del país no puede depender de un solo producto. La política de “máxima presión” impulsada durante la gestión de Trump tuvo como blanco principal a la empresa petrolera estatal Pdvsa que, ante la prohibición de comercializar su petróleo, sufrió una fuerte caída en la producción pasando de un promedio de 2.8 millones de barriles diarios en 2015 a un piso histórico de 339 mil en junio 2020.

Pdevsa

Pdevsa

Ante esa situación el chavismo entendió que el Venezuela debe superar la dependencia del petróleo para pasar de ser un país rentista a uno productivo. “Nosotros nunca fuimos un país industrializado como lo es Brasil y Argentina. Nuestra economía siempre dependió de la renta petrolera bajo la idea de que era más fácil importar que producir. Queremos ir hacia un modelo que no sea 100% dependiente del petróleo porque eso es lo que nos dio la debilidad histórica que Estados Unidos aprovechó”, expresó Castillo.

Con esos objetivos, en 2018 el gobierno lanzó un plan para potenciar los “18 motores productivos” de Venezuela, basados en las grandes riquezas y potencialidades del país. En el marco de ese programa se lleva adelante una política de inversión pública para articular a la ciencia y tecnología con distintos sectores industriales para mejorar la competitividad, producir patentes nacionales y exportar bienes y servicios.

Esa política incluye la mejora salarial para los científicos, la recuperación de laboratorios y la creación de centros de investigación. “Tenemos que recuperar el capital humano que se perdió en los últimos años cuando se fueron muchos profesionales por la situación económica. Por eso también lanzamos un plan para que vuelvan al país”, señaló el viceministro.

William Castillo,  viceministro de Políticas Antibloqueo

William Castillo, viceministro de Políticas Antibloqueo

Para avanzar con la diversificación también fue necesario recuperar la confianza y el vínculo entre el Estado y el sector privado. Así se dio paso a lo que Castillo denominó como “un proceso de paz” y de apertura económica para fomentar las inversiones. “El sector privado tiene mucha plata fuera del país. Se estima que el dinero líquido en el sistema financiero propiedad de venezolanos puede haber 400 mil millones de dólares fuera del país. Por eso tomamos medidas como quitar el control de precios y s despenalizó la posesión de divisas permitiendo que se pudieran manejar la moneda extranjera en pequeñas operaciones comerciales”, indicó el funcionario.

El esquema de “liberación progresiva” de la economía, generó que los privados sintieran seguridad jurídica en Venezuela y comenzaran a traer el dinero de vuelta al país generando un «boom comercial». “Se reabrieron locales y los centros comerciales se reactivaron. Empezaron a llegar las importaciones”, destacó Castillo. “Los empresarios entendieron que tenían un nuevo ambiente de respeto y diálogo donde las decisiones se toman en conjunto. Toda la política comercial se discute con el sector privado rubro por rubro y ha funcionado”.

Como las sanciones de Estados Unidos recaen en el Estado y no en el sector privado, el Gobierno trazó una estrategia para el traspaso de algunas operaciones comerciales. A modo de ejemplo, el funcionario contó que antes el Estado era el único que importaba harina de trigo para el consumo interno pero las penalizaciones prohibieron la importación desatando “la crisis de las panaderías” donde el país se quedó prácticamente sin pan. “Es por eso que pasamos toda la operación al privado. Hoy todo el trigo lo trae el sector privado y cuando ya está aquí le vende una parte al sector público que tiene su red de panaderías. El privado pidió a cambio la liberación de precios. El precio subió pero la gente puede comprar su pan para comer”.

Siguiendo con los ejemplos, el viceministro de Políticas Antibloqueo ponderó que en los últimos años surgieron más de 400 marcas de café en todo el país de las cuales algunas incluso se exportan. Además se está industrializando el chocolate para comenzar a exportar productos con valor agregado y dejar de vender solo la materia prima.

Castillo contó que el crecimiento también se registró en el sector agrario. “El sector agrícola empezó a invertir otra vez en producción alimentaria. La producción aumentó y hoy estamos produciendo más alimento de lo que producimos antes del bloqueo. Pasamos de tener 95% de desabastecimiento a 97% de abastecimiento con mucha producción nacional”. Una situación similar se vivió en la industria pesquera. “Hoy estamos exportando camarón y cangrejo azul a China que nos compra todo lo que podemos producir”.

Los datos oficiales indican que la diversificación ya comenzó a dar sus primeros frutos. En 2023 las exportaciones no tradicionales crecieron un 392% mientras que en el 2024 se proyecta un 429%. La recaudación tributaria entre enero y mayo del 2024 fue del 4.320 millones de dólares mientras que en el mismo periodo del 2020 solo había sido de 645 millones de dólares.

En cuanto a la industria petrolera, la producción también registró una recuperación en los últimos años y en el primer trimestre del 2024 marcó una media de 864.000 barriles por día y se estima que a fin de año la cifra ascenderá a los 1.2 millones de barriles. Eso se logró en gran medida gracias a las inversiones en infraestructura de China, Rusia e Irán para reactivar la producción. “Nosotros no tenemos la plata suficiente para invertir solos en ese desarrollo por la destrucción que hubo de la industria petrolera. Ahora tenemos una leve recuperación que se está dando gracias al esfuerzo propio y a las alianzas internacionales”, reconoció Castillo.

La recuperación económica y las elecciones en Venezuela

La recuperación económica de Venezuela puede ser un factor clave de cara a las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio en la que se definirá la continuidad de “la revolución” o el fin de 25 años de chavismo. Desde el Gobierno confían en que la estabilidad y la recuperación del consumo lograrán reafirmar el apoyo del pueblo en las urnas. La oposición, por su parte, sostiene que la sociedad venezolana está cansada de la crisis y optará por un cambio. La “guerra económica” dejó fuertes heridas sociales y el Gobierno sabe que aún debe apuntalar en mejorar los salarios y el acceso a las necesidades básicas que fueron afectadas en los últimos años.

Para Castillo, las elecciones mostrarán la fortaleza de un modelo político que “ha demostrado ser resiliente frente a la agresión extranjera” pero también serán un punto de inflexión a futuro. “El bloqueo nos enseñó que el Estado debe tener otro tipo de relación con el privado. Nunca vamos a renunciar a los principios de que lo público es más importante que lo privado y que el Estado debe dirimir la economía, pero fuimos aprendiendo en la práctica que debemos ser flexibles, tejer alianzas y no cargarnos de responsabilidades. El chavismo como movimiento político está en transformación”, aseveró.

De todas maneras el Gobierno sigue luchando por el fin de las sanciones contra su economía. “No podemos acostumbrarnos a vivir con sanciones. Ningún país del mundo puede decirnos con quién comerciar, a quién comprar y a quién vender. Con este bloqueo nosotros no tenemos relaciones económicas normales y eso afecta nuestras finanzas. Mientras existan las medidas coercitivas las empresas y el país están en riesgo permanente”, concluyó Castillo.