Por Gabriel Fernández *
“Esta masiva votación es el reconocimiento del pueblo de México a nuestro proyecto de nación”. Así se expresó la candidata oficialista Claudia Sheinbaum tras conocer los contundentes resultados de la elección presidencial. El Morena, pisa firme.
Sheinaum se convirtió el domingo en la primera mujer presidenta de México tras ganar las elecciones con una amplia mayoría y prometió gobernar para todos los mexicanos sin importar su color político.
Quien fuera alcaldesa de la Ciudad de México logró una victoria abrumadora con el 60 % de los votos, según el conteo rápido de las autoridades electorales. Xóchitl Gálvez, referente de una coalición integrada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), sumó entre el 26.6% y el 28.6% de los sufragios.
“Aunque muchos mexicanos no coincidan con nuestro proyecto, habremos de caminar en paz para construir un México más próspero”, dijo Sheinbaum la madrugada del lunes en su primer discurso tras conocer los resultados.
El partido oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados alcanzaron la mayoría en la Cámara de Diputados y, según las cifras oficiales, podrían hacer lo propio en la Cámara de Senadores, lo que les permitiría realizar cambios a la Constitución, algunos ya propuestos por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sheinbaum, una científica de 61 años, prometió continuar el legado del nacionalista de izquierda López Obrador. El líder mexicano se está retirando de la primera magistratura con el 60 por ciento de aprobación social. Es ostensible que, además de la buena imagen proyectada por la ganadora, la gestión de AMLO traccionó favorablemente.
“Es el reconocimiento de México a nuestro proyecto de nación”, insistió Sheinbaum ante sus simpatizantes tras asegurar que logró una ventaja de 30 puntos, la misma que obtuvo López Obrador cuando ganó en 2018, convirtiéndose entonces en el triunfo presidencial más holgado desde 1985.
Poco después, Gálvez concedió la victoria a su rival política y se comunicó con ella por teléfono: le dijo que había visto un país sacudido por la violencia. Además, afirmó que, tras el calor de las campañas presidenciales, es hora de unir esfuerzos por México.
La jornada se desplegó bajo la sombra de una ferocidad que dejó un récord de 38 candidatos asesinados por las fuerzas del narcotráfico y los parapoliciales. La mayor parte de los atacados eran miembros o aliados del Morena. El mandato de AMLO se convirtió en el más agredido por las organizaciones delictivas desde que se tiene registro, con más de 185.600 homicidios acumulados hasta abril. El mandatario saliente logró, sin embargo, el aplanamiento de la curva de crímenes.
La vertiente de López Obador y Shinbaum también se impuso en la populosa Ciudad de México, al coronar a su candidata, Clara Brugada, según el conteo. La ciudad ha sido gobernada por fuerzas nacional populares desde 1997 -cuando empezó a elegir a su alcalde- y el partido vencedor usó a la capital como trampolín para las presidenciales.
La política económica de López Obrador redujo la pobreza al mínimo histórico del 35.8%; sin embargo, los desafíos son numerosos y variados. Sheinbaum recibirá un país que necesita potenciar su crecimiento económico y resolver la crisis de inseguridad. Entre las exigencias estructurales de la población se destaca, además, la expansión de las redes de agua y energía, vitales para la cotidianeidad y para las empresas productivas.
La profundización del proyecto nacional del Morena resultará esencial. Sheinbaum tendrá que equilibrar el panorama fiscal para hacer frente al alza de las pensiones y de los programas sociales. En esa dirección, podrá respaldarse en la estatal petrolera Pemex y la capacidad recaudatoria del Estado, entre otros factores. La presidenta electa subrayó que su gobierno será honesto, cumplirá con la disciplina financiera y fiscal y respetará la autonomía del banco central del país, Banxico.
No le será fácil. Las presiones de rastro liberal ya están apuntando en esa dirección: “Tras la visible expansión fiscal en 2024, la próxima administración se verá obligada a consolidar las finanzas públicas en 2025 mediante difíciles recortes del gasto”, advirtió (amenazó) Alberto Ramos, director gerente de Goldman Sachs.
El sentido de las objeciones anti mexicanas resulta transparente: “Es posible que el próximo presidente tenga que adoptar una reforma fiscal para aumentar los ingresos tributarios en algún momento durante su mandato y, potencialmente, revisar la costosa transferencia recurrente de fondos a Pemex”, agregó. Los cuervos de las finanzas ya están difundiendo su libreto para acorralar el crecimiento azteca.
La nueva presidenta que comenzará su mandato de seis años el 1° de octubre, también enfrentará una serie de negociaciones complicadas con los Estados Unidos sobre el flujo de migrantes que cruzan México, así como la cooperación en materia de narcotráfico mientras su vecino padece una epidemia de fentanilo. Lo curioso es que el modelo ofrecido por los norteamericanos parece ser la causa de fondo del aluvión narco.
En contraste, México deberá ratificar su rol impulsor y articulador en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), mientras lleva adelante un lento aunque preciso acercamiento a las potencias multipolares. El equilibrio logrado por López Obrador le ha permitido establecer vínculo inversor con China sin colisionar de frente con los Estados Unidos. Ante la deserción de la Argentina, deberá recostarse, para cumplir sus aspiraciones, en el Brasil gobernado por Luiz Inacio Lula da Silva. También, necesitará ahondar la relación con Venezuela, indudable líder en la industria petrolera.
Anoche, tarde ya, una multitud aclamó a la presidenta electa en la Plaza del Zócalo. Esa gente no exigió cambios abruptos, sino continuidad de un sentido que considera adecuado y exitoso. El espíritu de la Revolución anida en un Morena que se presenta consolidado.
- Área Periodistica Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal