- El mandatario asumió su segundo mandato en la tarde de este lunes en la Legislatura bonaerense junto a su compañera de fórmula, Verónica Magario (misma fórmula del período 2019-2023). Con organizaciones sociales celebrando afuera del edificio, el gobernador atribuyó la reelección a que los bonaerenses valoraron la gestión que realizaron “en condiciones muy complejas”.
Axel Kicillof juró en la tarde de este lunes como gobernador de la Provincia de Buenos Aires por otros cuatro años más. Lo hizo acompañado por la vicegobernadora, Verónica Magario, también reelecta, y con la presencia estelar en uno de los palcos de la Legislatura de la expresidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner.
“Los bonaerenses evaluaron que lo que falta en materia de vivienda, de educación, de salud, de infraestructura no se consigue ni con motosierra ni con ajuste. Respaldaron lo que se hizo, pero sobre todo, los bonaerenses dijeron que no sobran derechos, que no sobra Estado. Exactamente al revés, hacen falta más derechos, más y mejor Estado”, sostuvo el mandatario reelecto en su discurso ante la Legislatura.
Funcionarios, legisladores e intendentes esperaban desde un rato antes a la salida al estrado del mandatario, que quedó en la primera línea de la política argentina como la principal figura de la ahora oposición peronista, y algunos analistas, inclusive, le atribuyen desde ya chances de disputar el poder nacional nuevamente en 2027.
Desde su rol como opositor, el mandatario cuestionó al partido del presidente Javier Milei y su defensa acérrima de la libertad por sobre cualquier otro principio. “Sin igualdad de oportunidades, la famosa libertad es una estafa” señaló con dureza antes de enumerar hitos de la intervención estatal como el servicio gratuito de ambulancias o la asistencia alimentaria para chicos en edad escolar.
Así, Kicillof inicia un nuevo camino como principal bastión de la oposición justicialista. Y no está solo en esa tarea. Afuera de edificio legislativo, en La Plata, la capital provincial, militantes de los partidos y espacios que componen el frente Unión por la Patria y organizaciones sociales y sindicales le brindaron su apoyo con bombos y banderas, como las de la CTA bonaerense, la Unión Obrera Metalúrgica y la UOCRA.
También acompañado por su familia, el gobernador no demoró demasiado en saludar a sus seguidores antes de ir al encuentro con Magario y empezar la ceremonia de asunción. Ambos juraron esta tarde con Fernández de Kirchner como principal invitada. El domingo dejó de ser vicepresidenta de la Nación y ya no ocupa ningún cargo electivo pero avisó que está lejos de retirarse de la política: seguirá, indicó, atenta y presente en el Instituto Patria.
“Cuatro años extremadamente difíciles”
Bajo la atención de los presentes, entre quienes también se encontraban integrantes de Madres de Plaza de Mayo, el gobernador dedicó unas palabras a los bonaerenses como resumen de su primera administración. “Nos tocó transitar cuatro años extremadamente difíciles en los que atravesamos sucesos inesperados e inéditos. Algunos de ellos enormemente dolorosos. Sin embargo, hoy estamos acá firmes como siempre y resueltos a seguir adelante”, expresó el gobernador y agregó: “Mi compromiso es seguir gobernando para todos sin distinción”.
Como acostumbra a recordar en sus discursos, el gobernador, además, destacó el rol de los funcionarios de gobierno para recuperar la “tierra arrasada” que recibió de la anterior gestión. “Si nos reeligieron, se debe fundamentalmente a dos causas: se valoró lo que realizamos en condiciones muy complejas, pero sobre todo se volvió a elegir este gobierno sabiendo que al votarnos no se vota una continuidad mecánica sino que se vota para proseguir la transformación de la provincia de Buenos Aires”, explicó.
En este marco, Kicillof realizó una autocrítica y reconoció que “todavía falta mucho para asegurarle a la mayoría una vida digna y en paz, con menos miedo e incertidumbre”. Sin embargo, atribuyó las deudas sociales a la falta de recursos de la provincia y ratificó su reclamo por el desequilibrio en la distribución de los fondos coparticipables: Buenos Aires aporta casi el 40% de estos recursos, pero apenas recibe el 20% de ellos.
“Nuestra provincia de Buenos Aires es de lejos la que menos recursos gastó por habitante el año pasado y no lo digo con orgullo sino como un reclamo en nombre de los bonaerenses que representamos y defendemos. Nuestra provincia es además la segunda que menos trabajadores estatales tiene cada mil habitantes que es la forma en que debe medirse este indicador. El origen de esta desventaja comparativa que limita las posibilidades de brindar servicios públicos de calidad obedece a una causa principal: la provincia de Buenos Aires es la que proporcionalmente menos recursos recibe de la coparticipación. Esta situación constituye una enorme injusticia”, argumentó.
El gobernador, así, llamó a los dirigentes de todos los espacios políticos a trabajar para recuperar el dinero que la provincia entrega al producto nacional. “Lo que sin duda falta en la provincia son buena parte de los recursos que produce y aporta al sistema de la coparticipación. Con semejante desproporción entre lo que producimos y lo que aportamos y lo que recibimos, es imposible dar respuestas adecuadas. Hago una invitación a todos los partidos políticos representados en este ámbito legislativo a recuperar los recursos que le fueron quitados a nuestra provincia”, agregó.
Kicillof también salió a dar su discurso afuera: “¡Viva la justicia social, carajo!”
- El mandatario peronista, reelecto por cuatro años al frente de la Provincia de Buenos Aires, dio un encendido discurso al público que lo esperaba a la salida de la Legislatura bonaerense, donde volvió a asumir. A diferencia del Presidente, el gobernador sí dio su mensaje a los legisladores dentro del recinto y después volvió a hablar afuera.
Al igual que Javier Milei, tras jurar como presidente de la Nación, Axel Kicillof también salió afuera del edificio legislativo a dar su discurso de cara a la gente. En un encendido mensaje, inmediatamente posterior al que había brindado en la Legislatura bonaerense después de asumir su segundo mandato —y con la presencia estelar en uno de los palcos de Cristina Fernández de Kirchner—, el mandatario peronista señaló son “respetuosos de lo que ha ocurrido a nivel nacional” pero resaltó que “hoy, por voluntad popular, el peronismo gobierna la provincia más grande de la Argentina”.
Acompañado por su vicegobernadora, Verónica Magario —quien habló antes que él—, Kicillof cerró su encedido discurso con una frase que evoca al eslogan de Milei pero con otro sentido: “¡Viva la justicia social, carajo!”.
Sostuvo que los bonaerenses lo reeligieron porque “comprendieron que en momentos difíciles y complicados hace falta más que nunca un Estado que defienda la producción y el trabajo; un Estado que defienda la educación pública, gratuita, universal y obligatoria; un Estado que defienda la salud para todos y para todas”.
En tal sentido, dijo que “para hacer todo eso” se necesita plata. “No estamos pidiendo nada extemporáneo, ni nada desubicado, ni nada que no tenga sustento, estamos pidiendo mayor justicia distributiva para la provincia, que tiene buena parte de la producción, la industria y el empleo [de la Argentina] pero tiene también buena parte de las necesidades, buena parte de las carencias y buena parte de las deudas”. “El asfalto necesita recursos, los hospitales necesitan recursos, somos la que menos recibimos”, planteó.
Kicillof, que fue reelecto en una de las pocas provincias donde no ganó Milei sino su oponente, Sergio Massa —a quien le envió su saludo en público—, dijo que en su gestión no se van “a adelantar ni a ser atropellados” porque “todavía no se conocen” las medidas del gobierno de Milei pero señaló que “si lo que se busca es el equilibrio fiscal, eso se construye con gasto de un lado y recurso del otro”.
“Para lograr el equilibrio fiscal, aquellos que creen y pregonan que no hay plata en ningún lado, les digo que en el país y en la provincia sí que hay plata, el problema es que la tienen pequeños sectores”, sostuvo Kicillof, que dio su mensaje parado frente a un atril y con mucha fuerza en la voz.
Directas a Milei
“Durante toda la campaña electoral se habló de ajustes motosierras, pero se dijo que ese ajuste esta vez no iba a recaer sobre los sectores populares carenciados, sobre los trabajadores, sobre los pequeños productores, que esta vez iba a caer en otro lado. Bien, de esa motosierra queremos saber y queremos ver quién se encuentra de cada lado”, dijo Kicillof, aludiendo a otro de los símbolos de la campaña de La Libertad Avanza: la motosierra como sinónimo de ajuste.
“A la espera de esas medidas decimos en la provincia de Buenos Aires que vamos a dedicarnos a defender a los sectores que necesitan apoyo y acompañamiento, que vamos a hacer los mayores esfuerzos por gastar cada peso bien y eso es en beneficio del pueblo de la mayoría de los sectores populares”, dijo Kicillof, anticipándose al programa económico de ajuste que, según se informó, tiene previsto anunciar este martes el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo.
Además de los ministros de gobierno, intendentes, legisladores y rectores de universidades nacionales de Buenos Aires, del acto participaron el vicepresidente del Senado, Luis Omar Bibona; el presidente de la Cámara de Diputados, Alejandro Di Chiara; el presidente de la Corte Suprema de Justicia bonaerense, Sergio Gabriel Torres; el intendente de La Plata, Julio Alak —quien fue ministro de Justicia del anterior gobierno de Kicillof— y el arzobispo Gabriel Antonio Mestre.
En los comicios del 22 de octubre, la fórmula oficialista se impuso con el 44,88% de los votos, extendiendo la hegemonía del PJ en la provincia de Buenos Aires que sólo fue interrumpida con la gestión de la cambiemita María Eugenia Vidal, entre 2015 y 2019. Néstor Grindetti (Juntos por el Cambio) obtuvo el segundo lugar con una diferencia de casi 20 puntos: obtuvo el 26,62% de los votos. Le siguieron Carolina Píparo por la Libertad Avanza con un 24,59% y Rubén Sobrero por el Frente de Izquierda con el 3,88%.