Su hermana Karina y Kikuchi, el armador político, se enfrentaron al candidato por el pacto a escondidas con el PRO y tratan de contener la fuga de los propios. «Nos comió el macrismo y perdimos la esencia», se queja el núcleo duro libertario. La polémica por los ingresos de Sturzenegger, Sandleris y Laspina.
Por Leandro Renou
Para los que crearon la Libertad Avanza y le dieron volúmen «anti casta» al espacio de Javier Milei, la reunión que Mauricio Macri propició entre el libertario y Patricia Bullrich luego de la derrota electoral de la primera vuelta, fue «una emboscada». Una trampa, aseguran en LLA, que tiene consecuencias difíciles de digerir para los fieles al candidato de la motosierra. Además de confirmar cuál era el plan central de Macri, el de manipular al candidato que siempre creyó más cercano a sus intenciones.
Según contaron a PáginaI12 fuentes del espacio de Milei, el pacto con el macrismo sin tierra —que engloba a Mauricio, Patricia y un puñado de dirigentes netamente anti peronistas— fue aceptado por el candidato presidencial y muy cuestionado por dos personajes centrales en el armado libertario: Karina Milei, el «jefe» supremo del espacio, y Carlos Kikuchi, uno de sus primeros armadores políticos y el único con expertisse en el combate en el barro. El «Chino» se hizo conocido por haber sido secretario y vocero de Domingo Cavallo y tiene una carrera política amplia.
El eje de la disputa es el avance del macrismo duro sobre los equipos económicos de Milei, a pesar de haber sido el propio Milei quien negó que aquella noche en la casa de Macri el haber cedido en su idea general de un plan extremo. Los economistas y especialistas de Milei entienden que los están barriendo para darles lugar a un puñado de dirigentes del PRO. Nicolás Posse, una especie de jefe de gabinete del Milei candidato y a quien conoce de sus años en Corporación América, la empresa de Eduardo Eurnekian, es quien más trata de hacerle entender al libertario que la situación se está yendo de las manos. Que una cosa es una alianza de respaldo político de Juntos y otra muy distinta es que el macrismo se lo devore.
No son pocos los que aseguran que el golpe que le propinó Sergio Massa a Milei en la primera vuelta dejó grogui a un cuadro extra política que, además, luego recibió castigo del propio macrismo. Una lección de real politik que el libertario no está habituado a enfrentar. Hoy, de hecho, adquiere sentido la portada en la que este diario publicó conversaciones de Macri con empresarios en las que manifestaba que si Bullrich no ganaba la elección, trataría de gobernar a través de Milei.
El desembarco de los Macri Boys
Lo curioso es que mientras su hermana, Kikuchi y Posse intentan contener la fuga de dirigentes de todo el país enojados por el Caballo de Troya que Macri introdujo en LLA, Milei sigue haciéndoles guiños a algunos de los que Macri intenta colar en sus equipos. Hay nombres concretos: Milei habla bien e intercambia mensajes con Federico Sturzenegger, exBCRA con Macri, con Luciano Laspina, economista de Bullrich y Guido Sandleris, otro exCentral que adhiere al liberalismo a ultranza. «Laburamos un año y ahora nos decis que viene Sturzenegger», le dijo un importante economista a Kikuchi, en relación al tema antes mencionado. Todo mientras el armador coordinaba la agenda de rescate de los propios en el interior del país, donde aseguran está la mayor sangría de dirigentes políticos.
Los más enojados con la cooptación del PRO, con bastante de razón, son Juan Nápoli, el titular de Banco de Valores, Darío Epstein, uno de los defensores de la dolarización, Emilio Ocampo, el que llegaría para cerrar la puerta del Banco Central y hasta el menemista Carlos Rodríguez. Salvo la economista y cabeza de Diputados, Diana Mondino, que ya había jugado muy cercana al macrismo, el resto del plantel de economistas de Milei disputó en términos muy duros con sus pares del PRO. A niveles muy agresivos, inclusive, en las redes sociales. Ese pelotón cree que parte del éxito de Milei fue mostrar algo diferente a la política, y que ahora el acuerdo con el PRO lo condiciona y, sobre todo, los invisibiliza.
El ejemplo de Carlos Rodríguez es paradigmático, porque dijo en redes lo que otros por ahora se guardan. “Yo estoy bloqueado, igual que Darío (Epstein) o Roque (Fernández)”, cuestionó Rodríguez en su mensaje de la red social X.“Nos piden que no salgamos en los medios (…) por eso nunca salgo en TV o Radio o Diarios. Solo Twitter.”. Este diario consultó a los jefes comunicacionales de la LLA sobre ese tema, y la respuesta fue al hueso: «Hay determinados voceros, y para hablar de economía está Javier Milei», aseguraron, confirmando que hay un cerrojo sobre los mensajes económicos que dan los economistas libertarios.
El problema, además de las internas libertarias sobre los manejos del macrismo duro, es que en el entorno del expresidente se vanaglorian por estas horas no sólo de haberle sugerido con éxito a Milei cambiar el equipo económico, sino que además venden que el pacto puso en revisión a todos los preceptos centrales del programa económico y político de LLA. El más relevante, Macri le pidió que afloje con la dolarización y Bullrich lo forzó a firmar un compromiso de puntos a no realizar, entre ellos, esa idea de no tener diálogo con socios comerciales estratégicos, como Brasil y China. La frutilla del postre fue una escena de sometimiento público pocas veces vista. En la entrevista que Milei dio el domingo en La Nación Más, un canal señalado como propiedad de Macri, le pusieron en la pantalla de fondo el listado con todos los puntos que el macrismo le revisó y le bajó a Milei. Una puesta en escena que, para los que lo conocen, lleva el sello indeleble del Mauricio más maquiavélico.
Fuente: Página 12