Parte del equipo económico, sin la presencia de Sergio Massa, anunció el inicio de negociaciones «con todos los sectores» para evitar que trasladen la devaluación a los precios.
DOLORES DE DÓLARES
( Por Raúl Dellatorre / Página 12 / Director de Motor Económico )En las conversaciones que inició este martes la flamante Unidad de Renegociación de Precios con sectores empresarios, el gobierno propuso establecer «medidas de alivio fiscal» que le compensarían a los fabricantes de bienes de consumo masivo y a las cadenas de hipermercados los eventuales mayores costos por el aumento del 22 por ciento resuelto el lunes en el precio del dólar. A partir de este criterio, cuatro integrantes del equipo económico –con la notoria ausencia de Sergio Massa, ministro de Economía– anunciaron anoche que se inició el proceso de «renovación de los acuerdos de precios ya vigentes, con una pauta de aumentos del 5 por ciento anual durante los próximos 90 días».
En el cierre de un día agitado, ya pasadas las 21 horas, Guillermo Michel (designado titular de la nueva unidad de renegociación), Matías Tombolini (secretario de comercio), Gabriel Rubinstein (secretario de Política Económica) y Carlos Castagneto (titular de la AFIP) anunciaron, en una breve exposición de menos de 15 minutos, el puntapie inicial al nuevo acuerdo de precios e intentaron justificar por qué la devaluación del lunes no tendría que reflejarse en un aumento de los precios finales en los bienes de consumo.
Aumentos y desabastecimiento
La actividad comercial se vio afectada en diversos rubros este martes por efecto de los primeros impactos de la devaluación del lunes sobre la economía real. En la pequeña industria se reiteraba como un llamado de emergencia que «no nos entregan insumos», mientras que mayoristas y distribuidores sintetizaban la situación reinante con la respuesta «no hay precios».
Donde sí había precios, pero con ajustes alarmantes, era en la lista de productos con valores actualizados que fueron recibiendo durante la mañana los comerciantes de barrio, principalmente en autoservicios que trabajan tanto con grandes distribuidores como, en algunos casos, directamente con las empresas fabricantes. «Están llegando las listas de Arcor con aumentos en las mermeladas, dulces, latas de conservas y aceites del 25 por ciento; La Serenísima sacó todas las bonificaciones, en el rubro yerba los aumentos son de casi el 20 por ciento, en galletitas ya teníamos un aumento del 7 por ciento a principios de mes y hoy mandaron un 10 más, y en algún caso un 20 más. Es todo un desastre», resumía para este diario un importante referente del comercio minorista bonaerense.
Esta semana vencieron todos los acuerdos firmados dentro del programa Precios Justos, incluso el de combustibles, que venía funcionando con una pauta de ajuste mensual del 4,5 por ciento. Desde las refinerías ya se había dejado trascender que iban a reclamar una actualización de precios equivalente al salto en el tipo de cambio «como piso», ya que consideran que hay otros aumentos de costos anteriores no compensados.
Seguramente, este miércoles será el turno de las petroleras para sentarse a la mesa con Michel y Tombolini, quienes los recibirán con una contrapropuesta similar a la expuesta este martes ante hipermercados (los alineados en ASU, asociación de supermercados unidos) y mayoristas.
Las compensaciones
Aunque las medidas de alivio fiscal no fueron anunciadas, trascendió que el menú sobre el cual se trabaja contiene desde reducciones de impuestos, hasta mecanismos de financiamiento para la compra de insumos importados, posiblemente a través de letras del Banco Central.
«Tenemos en cuenta el impacto que produjo en los costos empresarios el nuevo valor para el tipo de cambio, pero estamos estableciendo ciertos mecanismos de alivio fiscal para que las empresas no necesiten trasladar la modificación del valor del dólar al producto que venden; nuestro objetivo es que no se vean afectados los precios de la mesa de las y los argentinos», explicó Guillermo Michel en el inicio de la conferencia de prensa, luego de anunciar que se había empezado «el trabajo con todos los sectores en la renovación de los acuerdos de precios ya vigentes, estableciendo un aumento del 5 por ciento mensual por los próximos noventa días».
Inmediatamente, Matías Tombolini subrayó que el aumento del dólar comercial o mayorista a 350 pesos, significa modificar el tipo de cambio «una sola vez y mantenerlo fijo durante 90 días; pero como además su impacto va a estar compensado por las medidas de alivio fiscal (en las que trabajan Castagneto y Michel), tampoco hay razones para un abuso en materia de precios, incluso con el nuevo tipo de cambio».
Indicó luego que un estudio elaborado por su secretaría demuestra que la evolución del tipo de cambio en los últimos 24 meses, «incluido este aumento del lunes», está «a la par» con las variaciones de precios de prácticamente todos los sectores productores. «Están dadas las condiciones para que las empresas puedan acompañar en agosto este compromiso, para que así como en junio la inflación fue del 6 por ciento y en julio del 6,3, en agosto esté en ese mismo orden».
Lo que está por venir
Con respecto a los incrementos ya producidos en los listados de precios que algunas firmas líderes han distribuido al comercio, Tombolini refirió que «tal como ocurrió en los anteriores acuerdos, una vez que las empresas firman, se espera que retrotraigan los aumentos que estén por encima de lo pautado».
El próximo paso, en la hoja de ruta de la cartera económica para atenuar el impacto de la inflación, será un conjunto de medidas de alivio fiscal para las pymes, refuerzos de ingresos para trabajadores registrados y también para beneficiarios de programas sociales. También se trabaja en medidas que representen una recuperación del poder de compra para sectores de clase media que, seguramente, se verán afectados por los aumentos de precios.