Por Raúl Hutin*
En una semana de altas definiciones en lo económico, donde las de más peso tienen que ver con las negociaciones que se vienen llevando hace un largo periodo con el Fondo Monetario Internacional y su repetido programa de ajuste fiscal, devaluación para achicar la brecha cambiaria y la obligatoriedad de mantener una política monetaria estricta e ir a un régimen simplificado de tipos de cambio.
El FMI, presenta su programa enlatado de siempre que, según ellos, funciona de igual manera para países diferentes y con economías y problemas diferentes. Argentina defiende un acuerdo que permita la inclusión social, el desarrollo productivo y nuestra capacidad soberana, sin necesidad de rendirnos ante el altar del ajuste fiscal. De hecho el Ministro Sergio Massa lo expreso con suma claridad: ”Nuestro desarrollo no puede estar atado a la tablita de Excel del burócrata de turno”.
Esta pelea interminable, pasa a ser la madre de todas las batallas para nuestra Nación, para nuestro pueblo y lógicamente para las MiPymes. Nuestro sector, como lo expresamos en múltiples notas, representa el 99,4 de las empresas del país, pero en su gran mayoría vive del mercado interno y este a su vez se alimenta del consumo ciudadano, si el salario real, por los ajustes interminables que pide el FMI, siguen cayendo, seguirá cayendo el mercado interno con la sub-siguiente secuela de desocupación, cierre de empresas, perdida de incentivos para la inversión productiva.
Pero no debemos olvidar que este segmento fundamental de la economía que son las MiPymes, se maneja, como corresponde, en moneda nacional, lo lamentable es que la mayoría de sus insumos los debe comprar en dólares, ya que las empresas proveedoras de insumos difundidos ejercen una posición dominante y así lo estipulan. Por lo tanto, una maxi- devaluación terminaría de hacer pedazos a gran parte de estas mismas empresas que a la postre son el motor central de la economía.
El Ministro Massa acaba de lanzar un paquete de medidas paliativas para las Pymes, incluye medidas fiscales y financieras. Estas medidas tienen el objetivo central de mantener la actividad económica por encima de la línea de flotación, aun cuando desde la oposición y fundamentalmente desde el FMI se plantea que el Estado no impulse políticas activas, sino por el contrario, quieren obligarlo a introducir políticas recesivas que incluyen, entre otras, el recorte del gasto público que, específicamente a nuestro sector, sensible y dependiente del mercado interno, lo afecta una enormidad.
Estos anuncios tienen otro sentido y perspectiva; poner sobre la mesa la agenda de las MiPymes y el debate imprescindible a realizar sobre las políticas, un plan productivo federal y nacional, para el sector que contemple: metas, compromisos y estímulos regionales y sectoriales de mediano y largo plazo. Lógicamente, estas metas deben resultar realistas y mensurables, convocando para su definición y ejecución a la participación activa de los propios actores involucrados a través de sus dirigentes, siempre poniendo un especial énfasis en la producción y el trabajo y priorizando a las empresas nacionales de capital interno.
No vale la pena especificar las medidas porque ya están en todos los medios, si comentar que esperamos ansiosamente que de los deseos se pase a acciones específicas y no solo se logre que se continúe con la senda de crecimiento, sino que al fin se retome el camino de la recuperación del salario, tanto para activos como para pasivos, porque en este país vivimos todos y todas y es necesario que lo hagamos dignamente.
*Secretario de la Central de Entidades Empresarias Nacionales