El viernes 30 de junio se reunieron 42 empresas sociales de reciclado en la Ciudad de Buenos Aires con representación de la mayoría de las provincias. El debate se centró en la necesidad de dar un paso hacia la sustentabilidad económica, a la vez que reclamar al estado nacional la asignación de partidas públicas incluidas en el presupuesto 2023.
La jornada tuvo el tono festivo propio de un encuentro entre personas que llevan muchos años luchando bajo los mismos principios, al que se sumaron otras que solamente habían podido participar de instancias virtuales.
Si bien no todas las recuperadoras y recuperadores urbanos se autoperciben como integrantes de empresas, la cuestión económica fue abordada en varios pasajes con gran precisión. De hecho, asistieron representantes de fabricantes de materia prima que requieren del cartón y sus derivados, así como de maquinaria pesada, para ofrecer sus servicios.
La Federación Nacional de Recicladores, de la Confederación Cooperativa Conarcoop, empezó a formarse hace más de una década, después de la realización de una jornada de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos en la que participaron varias cooperativas de Trabajo que destacaron la necesidad de contar con una red integradora que permitiera trabajar en el fortalecimiento de las empresas cooperativas, así como también en el abordaje conjunto de la problemática medioambiental.
El primer gran paso fue la organización en empresas cooperativas, según reconocieron en el documento final del encuentro. “Ese primer paso permitió la organización del trabajo, mejorar las condiciones del mismo, dotar a nuestras empresas cooperativas de equipamiento e instalaciones que nos han permitido crecer y desarrollarnos. Eso redunda en un mejoramiento de las condiciones económicas para todxs”.
“Por supuesto que la organización en cooperativas de trabajo nos lleva un aprendizaje constante, no solo en la gestión diaria de la empresa adaptándonos a los vaivenes de la economía argentina y la voracidad del mercado; sino también en la construcción de un proyecto colectivo y con democracia económica, donde el conjunto de las decisiones estratégicas es consensuado entre los asociados. Para ello es necesario que cada cooperativista esté formado ya no solo en las cuestiones técnicas de la tarea en la planta sino en el conocimiento de la empresa y de la filosofía cooperativa para una participación activa en su propio proyecto”, expusieron.
“En un mundo en el que las velocidades se aceleran sistemáticamente, nosotros analizamos periódicamente nuestro trabajo en función de poner en el centro a los trabajadores y nuestro proyecto colectivo, para tener claridad sobre nuestro presente, nuestro futuro, el de nuestras familias y por sobre todo la comunidad”, expresaron.
“Hemos ido avanzando sostenidamente y la etapa de solo comercializar el recuperado de materiales es importante pero es solo una etapa del proceso, nuestro sector debe apuntar a gestionar todo el proceso para que nuestros trabajadores puedan capitalizar los rendimientos”
La economía atraviesa en todo momento a las empresas cooperativas: “El segundo paso fue la integración para perfeccionar los procesos, pensar y desarrollar encadenamientos productivos, ventas colectivas, logística y en conjunto realizar aportes normativos en los diferentes niveles del Estado para garantizar derechos y continuar desarrollando el sector. Continuamos trabajando en el Proyecto de la Ley de Envases (de responsabilidad extendida del productor) como un cambio fundamental para el sector y para la comunidad”.
Por ello, es ineludible dar un salto. Actualmente, el intermediario abona 41 pesos el kilogramo de cartón para ser reciclado, mientras que la industria comercializa en más de 1.500 pesos el producto terminado.
Con esa referencia a manera de ejemplo, se impone la “tercer etapa, que es la que estamos transitando nuestra meta es avanzar en la industrialización de los procesos productivos. Agregar valor en cada rubro de la tarea de reciclado y poder completar el circuito de la economía circular”.
Hubo un momento para recordar que la Dirección Nacional de Reciclado del Ministerio de Desarrollo Social, en su presentación de gestión, dijo que para 2023 tenía un presupuesto de 3.400 millones de pesos: “Por ello solicitamos a los distintos estamentos estatales el acompañamiento y financiamiento para que nuestras unidades productivas puedan obtener herramientas para ser competitivas en este tiempo donde el mercado exige mejor calidad y cantidad en los productos”.
Sin dudas nuestro sector es el principal actor en la cadena productiva que genera mejores condiciones de trabajo y de vida con conciencia ambiental y responsabilidad social para la construcción de un mundo mejor.
Fuente: cooperativas.com.ar