Edición n° 2924 . 23/11/2024

Las cooperativas aumentan las exportaciones con Asia como mercado principal

Desde 2018, se calcula un crecimiento del 167% gracias a la venta de 166 variedades de productos.

En los últimos cuatro años, las exportaciones del sector cooperativista alcanzaron los 3.889 millones de dólares, significando un volumen total del comercio hacia el exterior del 4,4%.

Las cifras se desprenden del Monitor de Exportaciones del Cooperativismo 2022 realizado por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) en conjunto con la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional y el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Del relevamiento se observa que en 2022 el sector incrementó las exportaciones en 0,9 puntos en comparación con el 2021 y por cuarto año consecutivo continuó bajo una tendencia alcista. Es que en 2019 el volumen creció 19,3% para cerrar en 1.737 millones de dólares, luego se incrementó un 5% en el 2020, a pesar de la pandemia, hasta alcanzar los 1.824 millones y finalmente registró un aumento exponencial del 111% en 2021, es decir 3.853 millones.

El presidente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), Alexandre Roig, destacó que el salto de las exportaciones de cooperativas es el fruto del crecimiento del sector, y puntualizó en dos razones: “Por un lado, desde hace muchos años el sector ha ido incorporando cada vez más infraestructura y herramientas para sostener el comercio hacia el exterior. Por otro lado, las políticas del Estado para acompañar el proceso de exportación y la articulación con nuevos mercados”.

Durante el año pasado, 68 cooperativas informaron exportaciones, tres más que las registradas en 2021. Entre ellas se dividió el volumen total comerciado de 3.889 millones de dólares, el valor más alto de los últimos seis años.

Para Roig, la clave del desarrollo de cooperativas exportadoras estuvo en la facilitación por parte del Estado de los trámites administrativos, pero además remarcó que en este tiempo hubo actores del sector que se han vuelto más visibles y eficientes: “Eso les permite mostrar sus fortalezas y capacidades. Cuando el Estado acompaña y facilita las cosas genera incentivos para que esta forma organizativa se vea privilegiada”, afirmó.

Principales destinos

El reporte señaló que el 65% de las cooperativas exportadoras comerciaron productos por valores que rondaron entre los 50 mil y los 5 millones de dólares. Sin embargo, el 93% del total exportado estuvo vinculado a facturaciones por encima de los 50 millones.

Asimismo destacó que las exportaciones tuvieron 121 destinos diferentes y cada cooperativa exportó en promedio a 7,5 países. El epicentro estuvo ubicado en Asia, con China a la cabeza (US$ 579 millones), seguida de Vietnam (u$s322 M), India (u$s287 M), Indonesia (u$s283 M) y Malasia (u$s182 M).

Además de la importancia central del continente asiático en el volumen exportado y en el monto de divisas que ingresaron producto de las ventas hacia dichos destinos, Roig también rescató el rol de los países de Medio Oriente. En el caso de Arabia Saudita, el comercio creció 114,2% interanual y cerró el año con ventas por 137 millones de dólares.

Al respecto, el titular del INAES consideró que “la confianza que se genera con los países importadores hace que vean en el cooperativismo a un sector confiable con el que se puede acordar y que garantiza volumen y calidad”. De esta manera, el vínculo creado hace que los importadores vuelven a comprar al mismo proveedor a sabiendas de que cumplirá en tiempo y forma.

Gran parte de los circuitos comerciales desarrollados por el cooperativismo en el último tiempo tienen que ver con las oportunidades de encuentros que se llevan a cabo en ámbitos fomentados por el sector público. En ese sentido, Roig destacó la importancia de las ferias internacionales coordinadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores. Las misiones comerciales del organismo habilitan espacios de diálogo y negociación entre exportadores e importadores que permiten abrir nuevos mercados.

Más allá del trabajo de Cancillería y del propio INAES, Roig también destacó “el rol clave que juega el presidente de la Alianza Cooperativa Internacional, Ariel Guarco”. El dirigente cooperativista argentino conduce la principal organización del sector a nivel global.

“Claramente, eso dio sus frutos para favorecer la emergencia de nuevos mercados y el fortalecimiento de mercados viejos de exportación para el sector”, añadió Roig.

Qué se exporta

Los principales productos exportados estuvieron vinculados a la economía agroindustrial. Los diez primeros explican el 91% del total: maíz en grano con ventas por 1.046 millones de dólares, seguido por los subproductos oleaginosos de soja por 714 millones, aceite de igual procedencia por 539 millones, trigo por 376 millones y soja por 231 millones.

Las cooperativas también comerciaron hacia el exterior sorgo granífero, cebada, aceite de girasol, tabaco sin elaborar en hojas y maní, pero también facturaron ventas de productos industriales como yates, botes de remo, canoas y embarcaciones de distinto tipo. E incluso semen de bovino.

El sector representa más del 10% del PBI en términos globales, explicó Roig, pero consideró que su importancia excede al volumen producido o a las divisas que ingresan gracias a las exportaciones ya que “representa una forma organizativa cuyo anclaje redunda en el desarrollo local”.

A diferencia de lo que ocurre con las empresas transnacionales que realizan negocios en el país, las cooperativas y mutuales tiene un fuerte vínculo con la economía local. “Cada peso o dólar producido circula en el lugar de origen”, dijo Roig, lo que lo transforma en un modelo “muy eficiente de creación de excedente que a su vez no es concentrado territorialmente ni personalmente y por eso permite un desarrollo mucho más virtuoso del país”.

El sector asociativista ha logrado duplicar las exportaciones en el último tiempo principalmente gracias a la agroindustria. Sin embargo, también cuenta con un rol protagónico a nivel local en los servicios tradicionales como la energía. Y poco a poco crecen las cooperativas vinculadas a la economía del conocimiento: actualmente nuclean a más de 500 trabajadores en una treintena de tecnológicas.

“El sector de la economía del conocimiento encuentra en el cooperativismo una forma organizativa clave”, apuntó Roig y desarrolló: “La forma de organizar el trabajo en el sector de las TICS (NdR: Tecnologías de la Información y la Comunicación) implica mucho trabajo colaborativo y eso se expresa muy bien en las cooperativas, que además de ser el modelo más democrático, es el que permite organizar una producción de bienes y servicios de manera mucho más horizontal”.

Más allá del salto exportador, el sector tiene una serie de desafíos puntuales por delante, según Roig. Por un lado, cobrar mayor visibilidad. Por otro lado, revertir ciertos prejuicios que aún circulan por la sociedad.

“En el capitalismo contemporáneo la figura del cooperativismo y mutual, que viene de tradiciones colectivas, tiene muchos enemigos. Eso llevó al sector a tomar una posición de discreción. Sin embargo, en el último tiempo ha decidió cambiar de estrategia dejando de lado esa cierta invisibilidad”, explicó el titular del INAES y añadió: “El desafío es cobrar mayor visibilidad y revertir los prejuicios que aún hay”.

Además, consideró que es necesario fortalecer su centralidad en la economía del país para poder resolver los problemas principales que hoy afectan a la vida cotidiana de los argentinos: el acceso al crédito, la producción y distribución de los alimentos, la organización del trabajo, la organización del sistema de salud, entre otros.

“A todos los grandes problemas que tiene nuestro país, el sistema cooperativo y mutual aporta soluciones. Pero, además, permite dar un marco de vida en colectivo y en libertad, cosa que responde a un deseo de vivir en sociedad”, concluyó.

Fuente: Gonzalo Zanotti para Ámbito Financiero.