El sentido de la Deuda. El capital financiero. El dólar y el super imperialismo. El FMI. El oro. La moneda BRICS. La situación norteamericana. La paradoja alemana.
El sentido de la Deuda. El modus operandi del capital financiero. Sus consecuencias. El dólar y el super imperialismo. El FMI. El oro. La nueva moneda BRICS. La situación norteamericana. La paradoja alemana. Mira que ironía.
Por Gabriel Fernández *
El planteo de Henry Kissinger ofrecido en estas Fuentes la semana anterior, deslumbró sin cegar. La respuesta de los lectores preocupados –junto a los datos de la realidad- llevó a este redactor a ahondar en la matriz de comprensión.
Se trata de un concepto que viene envolviendo la interpretación asentada en información presentada aquí, casi tanto como el forjado por Arturo Jauretche y casi tanto como el delineado por Carlos Marx en un sentido más general. La gracia de la traza que se difunde ahora radica en su percepción feroz de las claves recientes que han orientado la vida internacional hacia este presente.
El asunto es complejo; quien escribe no es economista y el estudio de los materiales elaborados por Michael Hudson, un contemporáneo que todavía anda por ahí emitiendo verdades, tiene su ardor pero también su tecnicismo. Esta lectura puede resultar útil, sin embargo, ya que las falencias derivan en una necesaria traducción del lenguaje económico rumbo al político. Al promediar el artículo, cabe adentrarse en un reciente reportaje de ultra actualidad sobre el dólar y el presente económico mundial, emergentes incluidos.
UN FANTASMA BIEN VISIBLE.
Es válido indicar que para Hudson –investigador, historiador, economista- el concepto Deuda resulta esencial. Tras fatigar números y estadísticas por años, se lanzó a aseverar que los préstamos y las deudas que superan las ganancias de la economía real son ruinosas para Estados y personas. A su entender, solo dinamizan el lavado de dinero y excluyen su volumen de la adquisición de bienes y servicios, perjudicando el circuito económico. Por decir eso, y sus consecuencias, este profesor de la Universidad de Missouri atravesó líos, expulsiones, aunque también reconocimientos. Uno de estos últimos ¿inesperado? llegó del Financial Times, siempre interesado en averiguar lo que pasa, para informar a los que orientan
Fuentes Seguras. Michael Hudson: ¿Alemania rumbo a la Organización de Cooperación de Shanghai?
El sentido de la Deuda. El capital financiero. El dólar y el super imperialismo. El FMI. El oro. La moneda BRICS. La situación norteamericana. La paradoja alemana.
en Opinión
El sentido de la Deuda. El modus operandi del capital financiero. Sus consecuencias. El dólar y el super imperialismo. El FMI. El oro. La nueva moneda BRICS. La situación norteamericana. La paradoja alemana. Mira que ironía.
Por Gabriel Fernández *
El planteo de Henry Kissinger ofrecido en estas Fuentes la semana anterior, deslumbró sin cegar. La respuesta de los lectores preocupados –junto a los datos de la realidad- llevó a este redactor a ahondar en la matriz de comprensión.
Se trata de un concepto que viene envolviendo la interpretación asentada en información presentada aquí, casi tanto como el forjado por Arturo Jauretche y casi tanto como el delineado por Carlos Marx en un sentido más general. La gracia de la traza que se difunde ahora radica en su percepción feroz de las claves recientes que han orientado la vida internacional hacia este presente.
El asunto es complejo; quien escribe no es economista y el estudio de los materiales elaborados por Michael Hudson, un contemporáneo que todavía anda por ahí emitiendo verdades, tiene su ardor pero también su tecnicismo. Esta lectura puede resultar útil, sin embargo, ya que las falencias derivan en una necesaria traducción del lenguaje económico rumbo al político. Al promediar el artículo, cabe adentrarse en un reciente reportaje de ultra actualidad sobre el dólar y el presente económico mundial, emergentes incluidos.
UN FANTASMA BIEN VISIBLE. Es válido indicar que para Hudson –investigador, historiador, economista- el concepto Deuda resulta esencial. Tras fatigar números y estadísticas por años, se lanzó a aseverar que los préstamos y las deudas que superan las ganancias de la economía real son ruinosas para Estados y personas. A su entender, solo dinamizan el lavado de dinero y excluyen su volumen de la adquisición de bienes y servicios, perjudicando el circuito económico. Por decir eso, y sus consecuencias, este profesor de la Universidad de Missouri atravesó líos, expulsiones, aunque también reconocimientos. Uno de estos últimos ¿inesperado? llegó del Financial Times, siempre interesado en averiguar lo que pasa, para informar a los que orientan.
Hudson, cabrero, denunció que la teoría económica denominada ortodoxa, esa que comanda ministerios del área, claustros y medios, fuerza la mirada de la historia y el presente en beneficio de los conglomerados financieros. La Escuela de Chicago, dice, pretende generar la idea de que las recetas neoliberales no tienen alternativa y con el argumento de su inevitabilidad promueven ajustes que perjudican el crecimiento y el trabajo. Encima sus acciones son presentadas como parte del Producto Bruto Interno (PBI) cuando en verdad se trata de “estorbos parasitarios”. Frente a esto, el pensador sostiene que la intervención estatal, la protección al consumidor, las obras de infraestructura promovidas desde los gobiernos y las fuertes cargas impositivas a las finanzas resultan caminos adecuados.
Como se observará, Kissinger jamás admitiría esta inspiración pese a que en el trasfondo de su planteo late la objeción al belicismo impulsado por los conglomerados financieros y admitidos por los Estados centrales. De hecho, en una nota reciente Hudson señaló que la Multipolaridad es “la pesadilla de Kissinger y Brzezinski” pues contiene “la confluencia de China y Rusia” así como el acercamiento de otras naciones a la misma. Es que el analista viene de punta con el gran estratega desde el origen mismo del problema actual.
Si en 1971 Kissinger, junto a Richard Nixon, impuso al dólar como moneda universal, en 1972 Hudson publicó el libro “Super imperialismo”. Allí indicó que los Estados Unidos, al abandonar la conversión dólar-oro, generaron una distorsión que llevó a los bonos del Tesoro a configurarse como única base para las reservas mundiales y que los demás gobiernos no tuvieron otra opción que financiar el déficit presupuestario en los Estados Unidos, y por ende, sus gastos militares. Esto dañó al planeta, pero muy especialmente a nuestros países: “Toda la política exterior de los Estados Unidos (Incluyendo las deudas) tenía como objetivo restringir el desarrollo económico de los países del tercer mundo en aquellos sectores de la economía en los que Estados Unidos temía la aparición de competencia. Al mismo tiempo, los Estados Unidos impusieron activamente políticas de libre comercio en los países en desarrollo, en otras palabras, una política que fue la inversa de la que llevó a su país a la prosperidad” precisa Hudson.
En esa dirección y andando el tiempo, el más lúcido economista del presente sostuvo que el Consenso de Washington alentó al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial a imponer austeridades, a las que los Estados Unidos no estaban expuestos gracias a la dominación del dólar, que esclaviza a otros países imponiendo un comercio injusto que agota los recursos naturales y privatiza las infraestructuras, que utiliza técnicas de financiación parasitaria (incluidas exenciones tributarias) para extraer la cantidad máxima del excedente. En coincidencia con lo explicado en estas líneas en reiteradas ocasiones, Hudson postula que el capital financiero es “capital ficticio” que se nutre del traspaso de fondos de la economía real y gesta la reducción de la capacidad productiva de todos los Estados, incluidos los Estados Unidos y Europa.
Hudson denuncia con hondas indagatorias a mano, que las finanzas parasitarias evalúan la industria y la mano de obra solo “para determinar cuánta riqueza pueden extraer por honorarios, intereses y desgravaciones fiscales, en lugar de proporcionar el capital necesario para aumentar la producción y la eficiencia”. En sus detallados estudios explica que esa tendencia data de 1880, con los primeros movimientos financieros proclives a la desregulación, pero que recién tuvo éxito a partir de 1980, con la imposición a sangre y fuego del Consenso de Washington. Va más allá: subraya que esa victoria mundial, además de contar con el poder de fuego señalado, se asentó en el control corporativo de las grandes universidades –lo padeció de modo directo- y de los medios de comunicación más importantes.
Por eso, añade este periodista, los economistas formados en esos centros de estudio y los periodistas especializados repiten las mismas ideas de modo recurrente, sin tomar en cuenta los factores que componen una realidad que los desmiente.
Con claridad, nuestro compañero Néstor Gorojovsky -al conocer esta publicación- realzó la figura en cuestión: “Hudson fue asesor de Bernie Sanders y consultor del gobierno de Islandia cuando acaeció la crisis financiera en ese país. Sus consejos terminaron metiendo presos a los banqueros. Es decir, es economista … y político”. En ese carácter, complementa el geógrafo y miembro de la Izquierda Nacional, “escribe sobre el papel de la usura y el interés compuesto en cualquier formación económico social. Y explica que así como los usureros derrumbaron primero a la República y luego al Imperio Romano, el Occidente contemporáneo sigue ese camino”.
Kissinger comprende esto, tanto como el Financial Times, pero no puede ni quiere emprender una prédica plena sobre Davos y su entramado pues en definitiva es parte de él. Lo cual no le impide advertir sobre las consecuencias de la presente radicalidad del accionar del poder financiero que controla el bloque anglosajón y, a su través, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
UNA MIGRACIÓN INUSUAL. Bien. Hasta aquí tenemos los ejes del planteo. Como felizmente Michael Hudson, a sus 84 años, goza de buena salud, acaba de brindar una entrevista relacionada con el presente internacional. Así como se incluyó en la edición pasada el diálogo de su coincidente rival con The Economist, es pertinente zambullirse en la mirada de este norteamericano oriundo de Chicago a través de The Cradle.
Este narrador resolvió presentarla porque algunas informaciones obtenidas días atrás ameritan respaldo. ¿Alguien puede suponer que las empresas líderes de Alemania, ante la recesión impuesta por las “sanciones” de Occidente y escandalizadas por el atentado al Nord Stream estén evaluando radicarse en Rusia? Entre otras cosas, como la anhelada moneda del BRICS y hasta un Banco Central alternativo con eje en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS).
En este reportaje, el investigador apunta que “el sometimiento al FMI y sus planes de austeridad son un suicidio económico, y seguir al Banco Mundial y su doctrina neoliberal de dependencia internacional es autodestructivo”.
Entonces, nos preparamos para aprehender. Con paciencia, lector:
KEYNES HA VUELTO.
Después de nuestros intercambios de correos electrónicos, el profesor Hudson accedió amablemente a responder en detalle algunas preguntas sobre los procesos geoeconómicos extremadamente complejos que están en juego en Eurasia. Aquí vamos.
The Cradle: Los BRICS están estudiando la adopción de una moneda común, incluidos todos ellos y, esperamos, también los BRICS+ ampliados. ¿Cómo se podría implementar eso en la práctica? Es difícil ver al Banco Central de Brasil armonizando con los rusos y el Banco Popular de China. ¿Implicaría eso solo inversión, a través del banco de desarrollo BRICS? ¿Eso se basaría en materias primas + oro? ¿Cómo encaja el yuan? ¿Se basa el enfoque BRICS en las discusiones actuales de la Unión Económica de Eurasia (EAEU) con los chinos, dirigidas por Serguey Glaziev? ¿La cumbre de Samarcanda avanzó, prácticamente, en la interconexión de los BRICS y la OCS?
Hudson: Cualquier idea de una moneda común debe comenzar con un acuerdo de intercambio de moneda entre los países miembros existentes. La mayor parte del comercio será en sus propias monedas. Pero para resolver los inevitables desequilibrios (superávit y déficit de la balanza de pagos), un nuevo Banco Central creará una moneda artificial.
Esto puede parecerse superficialmente a los Derechos Especiales de Giro (DEG) creados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), en gran parte para financiar el déficit de EE. UU. en la cuenta militar y el creciente servicio de la deuda de los deudores del Sur Global a los prestamistas de EE. UU. Pero el arreglo se parecerá mucho más al ‘bancor’ propuesto por John Maynard Keynes en 1944. Los países deficitarios podrían sacar una cuota específica de bancors, cuya valoración se establecería mediante una selección común de precios y tipos de cambio. Los bancors (y su propia moneda) se utilizarían para pagar a los países con superávit.
Pero a diferencia del sistema del FMI, el objetivo de este nuevo Banco Central alternativo no será simplemente subsidiar la polarización económica y el endeudamiento. Keynes propuso el principio de que si un país (él estaba pensando en los Estados Unidos en ese momento) tenía superávits crónicos, eso sería una señal de su proteccionismo o negativa a apoyar una economía mutuamente resiliente, y sus reclamos comenzarían a extinguirse, junto con las deudas de países sin capacidad para equilibrar sus pagos internacionales y respaldar su moneda.
Los arreglos propuestos hoy ciertamente respaldarían los préstamos entre los bancos miembros, pero no con el fin de respaldar la fuga de capitales (el uso principal de los préstamos del FMI), y el FMI y su alternativa asociada al Banco Mundial no impondría planes de austeridad y políticas antilaborales a los deudores. La doctrina económica promovería la autosuficiencia en alimentos y artículos de primera necesidad, y promovería la formación tangible de capital agrícola e industrial, no la financiarización.
Es probable que el oro también sea un elemento de las reservas monetarias internacionales de estos países, simplemente porque el oro es una mercancía que cientos de años de práctica mundial ya han acordado como aceptable y políticamente neutral. Pero el oro sería un medio para liquidar las balanzas de pagos, no para definir la moneda nacional. Estos saldos, por supuesto, se extenderían al comercio y la inversión con los países occidentales que no forman parte de este banco. El oro sería un medio aceptable para liquidar los saldos de la deuda occidental con el nuevo banco centrado en Eurasia. Eso sería un vehículo para los pagos que los países occidentales no podrían simplemente repudiar, siempre y cuando el oro se mantuviera en manos de los nuevos miembros del banco, ya no en Nueva York o Londres, como ha sido la peligrosa práctica desde 1945.
En una reunión para crear tal banco, China estaría en una posición dominante similar a la que disfrutó Estados Unidos en 1944 en Bretton Woods. Pero su filosofía de funcionamiento sería bastante diferente. El objetivo sería desarrollar las economías de los miembros del banco, con una planificación a largo plazo o patrones comerciales que parezcan más apropiados para sus economías para evitar el tipo de relaciones de dependencia y privatizaciones que han caracterizado la política del FMI y el Banco Mundial.
Estos objetivos de desarrollo incluirían la reforma agraria, la reestructuración industrial y financiera y la reforma fiscal, así como reformas bancarias y crediticias internas. Las discusiones en las reuniones de la OCS parecen haber preparado el terreno para establecer una armonía general de intereses en la creación de reformas en este sentido.
Eurasia
TC: A mediano plazo, ¿es factible esperar que los industriales alemanes, contemplando el páramo que se avecina y su propia desaparición, se rebelen en masa contra las sanciones comerciales/financieras impuestas por la OTAN contra Rusia y obliguen a Berlín a abrir Nord Stream 2? ? Gazprom garantiza que el oleoducto es recuperable. No es necesario unirse a la OCS para que eso suceda…
Hudson: Es poco probable que los industriales alemanes actúen para evitar la desindustrialización de su país, dado el dominio absoluto de EE.UU. y la OTAN sobre la política de la zona euro y los últimos 75 años de intromisión política por parte de funcionarios estadounidenses. Es más probable que los jefes de las empresas alemanas intenten sobrevivir con la mayor riqueza personal y corporativa intacta posible después de que Alemania se convierta en un desastre económico del tipo de un estado báltico.
Ya se ha hablado de trasladar la producción, y la gestión, a los Estados Unidos, lo que impedirá que Alemania obtenga energía, metales y otros materiales esenciales de cualquier proveedor que no esté controlado por los intereses estadounidenses y sus aliados.
La gran pregunta es si las empresas alemanas emigrarían a las nuevas economías euroasiáticas, cuyo crecimiento industrial y prosperidad parecen eclipsar con creces al de Estados Unidos.
Por supuesto, las tuberías de Nord Stream son recuperables. Esa es precisamente la razón por la cual la presión política estadounidense del secretario de Estado Antony Blinken ha sido tan insistente para que Alemania, Italia y otros países europeos redoblen sus esfuerzos para aislar sus economías del comercio y la inversión con Rusia, Irán, China y otros países cuyo crecimiento Estados Unidos está tratando de frenar.
Cómo escapar de “no hay alternativa”
TC: ¿Estamos llegando al punto en que los actores clave del Sur Global, más de 100 naciones, finalmente se pongan de acuerdo y decidan ir a por todas y evitar que EE. UU. mantenga la economía global neoliberal artificial en un estado de coma perpetuo? Esto significa que la única opción posible, como usted ha señalado, es establecer una moneda global paralela sin pasar por el dólar estadounidense, mientras que los sospechosos habituales plantean la noción de un Bretton Woods III en el mejor de los casos. ¿Es el casino financiero FIRE (finanzas, seguros, bienes raíces) lo suficientemente omnipotente como para aplastar a cualquier posible competencia? ¿Prevé algún otro mecanismo práctico además de lo que está siendo discutido por BRICS/ EAEU/ OCS?
Hudson: Hace uno o dos años parecía que la tarea de diseñar un sistema monetario, crediticio y de comercio mundial alternativo completo era tan compleja que los detalles apenas podían ser pensados. Pero las sanciones estadounidenses han demostrado ser el catalizador necesario para hacer que tales discusiones sean pragmáticamente urgentes.
La confiscación de las reservas de oro de Venezuela en Londres y sus inversiones estadounidenses, la confiscación de $300 mil millones de las reservas de divisas extranjeras de Rusia en Estados Unidos y Europa, y su amenaza de hacer lo mismo con China y otros países que se resisten a la política exterior estadounidense ha promovido la desdolarización. He explicado la lógica en muchos puntos, desde mi artículo del Club Valdai (con Radhika Desai) hasta mi libro reciente sobre El Destino de la Civilización, la serie de conferencias que preparé para Hong Kong y la Universidad Global para la Sostenibilidad.
Tener valores denominados en dólares, e incluso tener oro o inversiones en Estados Unidos y Europa, ya no es una opción segura. Está claro que el mundo se está dividiendo en dos tipos de economías bastante diferentes, y que los diplomáticos estadounidenses y sus satélites europeos están dispuestos a romper el orden económico existente con la esperanza de que la creación de una crisis disruptiva les permita salir victoriosos.
También está claro que el sometimiento al FMI y sus planes de austeridad son un suicidio económico, y que seguir al Banco Mundial y su doctrina neoliberal de dependencia internacional es autodestructivo. El resultado ha sido la creación de una sobrecarga impagable de deudas denominadas en dólares estadounidenses. Estas deudas no pueden pagarse sin pedir prestado crédito al FMI y aceptar términos de rendición económica a los especuladores y privatizadores estadounidenses.
La única alternativa para imponerse la austeridad económica es retirarse de la trampa del dólar en la que la economía de “libre mercado” patrocinada por los EE.UU: y la dependencia industrial y alimentaria asociada es hacer una ruptura limpia.
La ruptura será difícil y la diplomacia estadounidense hará todo lo posible para interrumpir la creación de un orden económico más resistente. Pero la política estadounidense ha creado un estado global de dependencia con el cual, literalmente, no hay más alternativa que romper.
¿Salida alemana?
TC: ¿Cuál es su análisis sobre Gazprom que confirma que la Línea B del Nord Stream 2 no fue tocada por Pipeline Terror (el atentado)? Esto significa que Nord Stream 2 está prácticamente listo para funcionar, con una capacidad para bombear 27.500 millones de metros cúbicos de gas al año, lo que representa la mitad de la capacidad total de Nord Stream, dañado. Así que Alemania no está condenada. Esto abre un capítulo completamente nuevo; una solución dependerá de una decisión política seria por parte del gobierno alemán.
Hudson: Aquí está el truco: Rusia ciertamente no volverá a asumir el costo, solo para que exploten el oleoducto. Dependerá de Alemania. Apuesto a que el régimen actual dice “No”. Eso debería generar un ascenso interesante de los partidos alternativos.
El problema final es que la única forma en que Alemania puede restaurar el comercio con Rusia es retirarse de la OTAN, dándose cuenta de que es la principal víctima de la guerra de la OTAN. Esto solo podría tener éxito extendiéndose a Italia, y también a Grecia (por no protegerla contra Turquía, desde Chipre). Eso parece una pelea larga.
Tal vez sea más fácil para la industria alemana hacer las maletas y trasladarse a Rusia para ayudar a modernizar su producción industrial, especialmente BASF para la química, Siemens para la ingeniería, etc. Si las empresas alemanas se trasladan a los EE.UU. entregando su liderazgo a ese país, aun así, no tendrán éxito, dada la economía posindustrializada de Estados Unidos.
Así que la industria alemana solo puede moverse hacia el este si crea su propio partido político, un partido nacionalista anti-OTAN. La constitución de la UE exigiría que Alemania se retirara de esa Unión, lo que llevaría a anteponer los intereses de la OTAN a los de nivel federal. El siguiente escenario es discutir la entrada de Alemania en la OCS. Hagamos apuestas sobre cuánto tiempo tomará eso.
¡ANDATE A RUSIA! Como se observa, la aceleración del proceso transformador es más intensa de lo que percibimos quienes lo detectamos tempranamente, y su dirección profunda es antagónica a la extraña pero admitida narración de los medios occidentales. Mientras universidades, webs, canales, radios y redes sugieren viejas fórmulas liberales y recomiendan aproximarse a los Estados Unidos para no quedar atrapados en el “aislamiento” ruso, las empresas que han crecido al amparo de modelos asentados en la producción y comercialización de bienes de producción y consumo, analizan la puerta que deja abierta Eurasia.
Esto lleva a que los titulares de Euronews más recientes, describan los resultados de la andanada atlantista aunque sin admitir las causas: “La mayor economía de Europa se tambalea”.
¿Por qué dicen esto? Alemania está técnicamente en recesión, pues su economía se contrajo por segundo trimestre consecutivo. Los datos publicados por la Oficina Federal de Estadística muestran que el PBI se redujo un 0,3 % entre enero y marzo. Bajada que sigue al descenso del 0,5 % en los últimos tres meses de 2022. Esa información, pública, abierta, es la punta del iceberg de un proceso que incluye a buena parte del Viejo Continente. Así como el centro financiero combatió los esbozos industriales de los países otrora periféricos, hoy emergentes, desde el Consenso de Washington desplegó una lenta pero persistente penetración en los mismos estados centrales de Occidente, al punto de desterritorializarlos, hacerlos cada vez menos “capitalistas” y ponerlos al servicio de la transferencia de recursos y la renta parasitaria.
En su cúspide, han pensado ¿quiénes creen que son estos alemanes? ¿Pusimos en caja a los impulsivos e industriosos norteamericanos y no vamos a disciplinarlos a ellos? La “novedad” puede aturdir, sobre todo porque la emisión de semejantes preceptos devenidos en órdenes ya no surge de un lugar específico. Aquello de el capital no tiene patria se ha concretado plenamente a involucra a las grandes potencias. Como explicó alguna vez Rudolf Hilferding en su obra El capital financiero, sin comprender que los grandes oligopolios globalizan la economía mundial, se sigue analizando el capitalismo como un “economicismo de la ganancia”. Ya fue apuntado en esta serie: las corporaciones financieras no bregan por extraer plusvalía, sino que degluten la ganancia de las compañías productivas, empezando por los escuetos beneficios de los trabajadores.
El lector recordará aquél insulto torpe e ingenioso en simultáneo que lanzaban los “liberales” argentinos años atrás: “Si querés justicia social ándate a vivir a Rusia”. Bueno, eso mismo están pensando los burgueses alemanes, entre otros, ante la hegemonía que los condena al deterioro de su exitoso esquema. Apoyaron el nazismo y desde el centro occidental se les dijo “ese no es el camino”; se sumaron al modelo anglosajón y ahora se les indica “este, tampoco”. No fue vana la prédica del desconocido Hilferding, pues influyó sobre Lenin y sus herederos. Por caso, los que hoy conducen los destinos de la Federación de Rusia.
El peronismo lo descubrió en la Argentina y lanzó dos ideas concatenadas: la Comunidad Organizada y la Tercera Posición. Ambas laten en la Multipolaridad.
Para cerrar, leemos a Arthur Conan Doyle, a través de Sherlock Holmes: “Ahora, habiendo asegurado el futuro, podemos ser más indulgentes con el pasado”.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
Pinturas, Sonrisas y risas. Enrique Ziglioli, Bartolomé Murillo, Connie Freid, Bob Salo, Frans Hals, Iryna Kastsova
Fuente: Radio Gráfica