( Por Antonio Muñiz ) En la ultima recta del gobierno de los Fernández, y ante un presente complejo y caótico, pero de resultado final incierto, es necesario hacer un balance del camino recorrido y vislumbrar, aunque mas no sea, un rumbo, un accionar político, un objetivo, de cara a las elecciones de octubre 2023 y mas allá, con el nuevo gobierno cualquiera sea su sello.
Es necesario analizar el juego de factores extra gobierno que marcaron la etapa, no como excusas, sino como trasfondo que condicionó y condicionará en el futuro. La primera fue la pandemia del Covid-19, que si bien tuvo un comienzo virtuoso en su tratamiento, generó una serie de desbarajustes económicos que todavía estamos pagando.
En los primeros meses de la pandemia el gobierno alcanzó los picos mas altos de aprobación, donde tal vez aprovechando esa situación se pudo haber avanzado sobre algunas reformas estructurales que estaban en el programa de FdT, como el juicio a la Corte, la reforma de la justicia federal, avanzar sobre hechos de corrupción muy claros del gobierno anterior, como por ejemplo la deuda externa ilegitima. Hubo margen para avanzar en políticas económicas estructurales mas progresivas, como la concentración económica, el fuga de capitales, la ley de entidades financieras, la hidrovia o los puertos privatizados a orillas del Parana. Nada se hizo y se desaprovecho la oportunidad.
Luego como las plagas de Egipto, vino la guerra en Ucrania, y en en los últimos meses la sequía, que afectó a toda la zona central argentina, dejando un pronóstico económico reservado para gran parte del periodo 23/24.
Si a todo esto se le suma la herencia del acuerdo con el FMI y la deuda e inflación que dejo el gobierno macrista, nos muestra un escenario muy complejo de enfrentar para cualquier gobierno.
Cuando el poder se escurre entre los dedos.
Todo gobierno, y mas uno de coalición, presupone tener en claro la dinámica del poder. La primera y elemental, el equilibrio de poder entre los actores de la coalición (quiénes deciden? Como se toman las decisiones?); la definición de una programa de gestión común (Cuales son los objetivos?) y la generación de un mecanismo organizativo para dirimir el conflicto y evitar que este se convierta en un impedimento para la gobernabilidad. En este tipo de gobiernos es clave un poder fuerte, que consensúe y acuerde, pero también defina en ultima instancia.
Este mecanismo fue el que falló en la gestión del FDT y se llevo gran parte del capital político del gobierno.
Tal vez la falla esta en el origen, cuando CFK designa a Alberto como candidato . Una jugada inteligente para el momento y que sirvió al objetivo: desplazar a la derecha del gobierno.
Seguramente Cristina pensó en Alberto con un rol mas parecido al de jefe de Gabinete, con el que negociar con las distintas tribus que forman el FDT y sobre todos con los factores de poder , con los cuales ella venia enfrentadose desde 2008. Sin embargo, como suceden en estos casos Alberto creyó que el poder era suyo, cuando en realidad fue una delegación absolutamente expresa por parte de CFK..
Se desató una lucha y conflictos, a veces explícitos, otros larvados. Esta lucha por el poder interno, todavía no ha sido resuelta, pero se llevó a varios ministros y desgastó a todo el gobierno, en especial la figura presidencial
Citando a Foucault: el poder no es algo concreto, sino una relación, un flujo, que en suma, el poder se ejerce más que se posee. Es decir que el poder no se define por un cargo o una condición simplemente; lo que lo convierte en poder es su ejercicio efectivo. O si prefieren en palabras de Nietzsche, el poder que no va por mas poder se pierde.
Esta lógica de armado, donde el poder no se ejerce plenamente, inundó a toda la organización del Estado, generando una maquinaria con procedimientos de vetos cruzados, donde todo era disputa y conflicto, sin instancia superior de arbitraje.
En ese escenario el presidente tenia dos opciones: acatar la conducción de CFK, convertirse en primer ministro o jefe de Gabinete de CFK. Lo que le deparaba una figuración de segundón, algo que su ego no se lo permitía o por el otro generar poder propio, generar el albertismo y enfrentar políticamente y electoralmente a Cristina y a la Campora. Lo que hizo NK cuando se sacó de encima el padrinazgo de Duhalde.
No hizo, una ni otra, prefirió navegar por encima de las internas y de los conflictos. Algo inviable; así se fue diluyendo en la nada, tratando de sostenerse ahora con una candidatura a la reelección muy improbable, pero que le permita cumplir el mandato con cierta dignidad.
Todos esperan algo de Cristina.
Es indudable que CFk sigue teniendo la centralidad política en la argentina, a pesar de las fuertes campaña mediáticas y legales, vía lawfare, para denostarla y si es posible proscribirla. No solo sufrió estos ataques de calumnias e injurias permanentes, casi nunca vista en la historia argentina, salvo el caso de Eva Peron, sino también sufrió un intento de homicidio por grupos de ultra derecha con ramificaciones y financiamiento de importantes dirigentes del partido opositor.
A pesar de estas situaciones y de los evidentes conflictos y desencuentros con el presidente, CFk ha tratado de mantenerse en el centro de la escena pero, aun marcando claramente diferencias, tratando de no erosionar mas la figura presidencial y que no implosione todo el armado político del FDT.
En su ultima presentación “renuncio” a cualquier cargo en las próximas elecciones, dejando libre un espacio de conducción e invitando a toda la militancia a asumir las tareas de construcción y conducción de la próxima etapa.
Difícil prever cual sera su posición final, si la renuncia sera efectiva o cederá ante el operativo clamor de gran parte de sus seguidores. Difícilmente un dirigente político de tal envergadura y con tanto apoyo popular busque por si el ostracismo. Seguramente acompañara desde un lugar en la lista al gobernador Kiciliof fortaleciendo con sus votos un triunfo en la provincia de Buenos Aires.
Hay dos hechos que son reales, una es que el intento de asesinato sobre su persona no es un hecho mas, es indudable que le ha generado una visión distinta, el enfrentarse con la propia finitud no es un hecho gratuito.
Por el otro seguramente debe sentirse dolida, abandonada, cuando muchos “compañeros” la han dejado sola en estos años en su lucha contra el poder. Un poder que la odia, que hizo y hace todo lo posible para su destrucción.
Cristina conducción?
Muchos de sus seguidores imaginan y esperan una jugada maestra, un pase de magia, como en 2019, cuando encolumno y garantizo la victoria del FDT detrás de la formula con AF.
Otros se ilusionan con verla encabezando la formula presidencial en 2023. Es cierto lo que dice Pérsico, al respecto, en estos días, que según las encuestas CFK “apenas” llegaría al 40 %, con lo cual se haría muy difícil, muy cuesta arriba, sumar votos para la segunda vuelta. Sin embargo, esos números son una foto de hoy. En política, como decía Jauretche, es importante saber donde estarán los votos mañana. La aparición de CFk como candidata a presidente, podría generar un “acontecimiento” disruptivo que cambie completamente el escenario electoral.
En su entorno la describen muy preocupada por la crisis económica. Eso explica que en sus últimos discursos insistiera en la necesidad de alcanzar un acuerdo amplio de gobernabilidad .
No es la primera vez que hace una convocatoria semejante, aunque sus propuestas chocan con el rechazo airado del ala dura de Juntos x el Cambio, que construye desde el odio y la profundidad de la grieta.
Por el momento , como casi todos los grupos del FDT, apoya la gestión de Sergio Massa, no porque se este de acuerdo con las políticas de ajuste y sumisión al FMI, sino que vislumbra que un fracaso de Massa arrastraría al todo el gobierno a un debacle general, con peligro de colapso de la instituciones como en la hiper inflaciones del 80 y 90 o la crisis terminal del 2001.
Y ahora Massa:
Luego de la salida extemporánea, pero también inducida por propios y extraños, de Martín Guzmán, el poco poder que tenia AF se licuó rápidamente. En un cuasi golpe del mercado, se impuso la figura de Massa como superministro, tomando, al decir de Agustin Rossi, el gobierno. Es justo decir que la jugada de Massa, riesgosa para su proyecto político, fue un gesto de compromiso con el gobierno. En esos momentos de incertidumbre el gobierno podría haber caído.
También es justo reconocer que a pesar de llevar adelante un fuerte ajuste , bajo la supervision del fondo, esta manejando las variables macro económicas con solvencia, con el claro objetivo de llevar la gestión lo mas normal posible hasta las elecciones del 2023. También casi todos los grupos aceptan que de llegar con cierto éxito podría ser el candidato a presidente por el FDT. Una formula Massa – Wado esta dentro de las aspiraciones de algunos grupos.
La patriada es muy difícil, sobre todo el tema inflacionario. Su plan de “precios justos” consensuado y acordado con los grandes grupos económicos, esta siendo saboteado por esos mismos grupos. Grandes empresas, como Molinos o Arcor , que tienen el mercado de alimentos monopolizado, no entregan a los supermercados con los precios pactados, si con mayores aumentos, pero al no ser aceptados esos sobre precios por las cadenas hay fuertes faltante de stock de productos básicos, como harina y derivados, aceites, productos de desayuno, azúcar, etc.
Parece increíble que el destino de un gobierno peronista y su éxito o fracaso electoral en octubre esta atado a los vaivenes de un plan de ajuste y estabilización de precios.
Pero tal vez el problema de fondo sea mas central, el gobierno carece de rumbo, le falta una agenda de futuro. Un programa de gobierno con objetivos que enamoren y vuelvan a encender la mística popular, que siempre caracterizo al peronismo y al kirchnerismo.
Surgen candidatos, Scioli, Wado, Grabois, Manzur, Capitanich, por ahora; van a surgir seguramente otros que competirán en una amplia Paso.
Pero la realidad dice que ninguno mueve el amperimetro. Salvo Axel que parece tener la provincia asegurada y algunos intendentes con mucho desarrollo territorial y político, el resto es indefinición
Como decíamos mas arriba el núcleo duro del kirchnerismo inicio un operativo “Cristina 2023”, “no a la proscripción”, Cristina por ahora calla.
Mientras algunos sueñan con un enfrentamiento, de resultado incierto, entre Macri y Cristina. Ambos tienen la mayor representatividad de su sector, pero ambos muestran limitaciones a la hora de sumar los votos necesarios para ganar la segunda vuelta.
Como en espejo la coalición opositora arrastra contradicciones ya difíciles de resolver. La falta de un programa de gobierno común y viable y la falta de conducción hacen que les resulte complejo la elección de candidatos para octubre. La figura de Mauricio Macri conserva la centralidad del espacio, mas allá que no seria el candidato, reservándose para si el rol de armador, operador y conductor del espacio.
Por ahora pareciera que tiene asegurado ese rol. Los candidatos a cargos electivos para 2023, terminan alineandose bajo su ala. El lanzamiento de Larreta, muy pobre, muy por debajo de lo esperado, es una muestra de ello. Intento un discurso mas democrático, mas abierto al dialogo y consenso y rápidamente tuvo que re formularlo par no chocar antes de tiempo, dado que el ala mas dura de su partido, léase el macrismo, busca ahondar el conflicto como herramienta de armado político. El cruce de twiter entre los dos primos Bulrich sobre este tema , marca por donde pasa las diferencias a veces muy profundas entre alcones y palomas. Por ahora prima la lógica mas dura personificada por Patricia Bulrich y una minoría, muy activa, de simpatizante que abonan el odio como motor de lo político. Cualquiera dirigente que salga del libreto es severamente cuestionado vía redes sociales o el apriete directo. El ejemplo mas patético fue el de Florencia Arieto, quien oso cuestionar, con criterio, las políticas de seguridad de Patricia Bulrich. No pudo sostener su posición y rápidamente tuvo que “retroceder en chancletas” y borrarse de la escena política.
Los radicales, pieza fundamental en el armado de Juntos x el Cambio ya que aporta dirigentes y territorios a un armado liderado por un partido vecinal porteño que carece de ellos. Y ademas, en los ideológico y político, conducido por un núcleo duro de amigos, ex alumnos del Colegio Newman, que mas que grupo de dirigentes parece ser un grupo empresario, solo interesado por los negocios. En ese escenario el rol de la UCR fue patético, pero parecen que están decididos a no volver a repetir esos errores en la próxima etapa. Buscando su protagonismo la UCR le pone un veto a Macri y a cualquier alianza con la ultra derecha. Por ahora privilegian la alianza con Larreta, vía el segundo lugar en la formula presidencial para el gobernador jujeño, Gerardo Morales.
También la coalición Cambiemista carga con los recuerdos, aun cercanos, de su pésima gestión. Pero ademas sufre la falta de un programa de gobierno viable , que pueda contener y dar respuestas a la mayoría de los “hacer lo mismo, pero mas rápido” significa con mayor represión contra los sectores gremiales y sociales. El avance sobre lo derechos laborales y sociales nos pretenden llevar hacia una Argentina pre peronista. Ya hubo demasiados fracasos en la historia, demasiada sangre, demasiado dolor, cuando se pretendió implantar estas utopías reaccionarias, tanto en Argentina como en el mundo.
Mientras tanto la ultra derecha libertaria camina las calles sumando jóvenes y ciudadanos desencantados, enancados en la imagen de una “casta política” que parece no encontrar el rumbo.
Epilogo:
Mientras la política y sus actores juegan en la cubierta del Titanic, el ciudadano común convive con la desason, el mal humor, la falta de futuro, la bronca y la imposibilidad de satisfacer las necesidades básicas de su familia.
Difícil predecir el comportamiento electoral de ese ciudadano común, de ese hombre que esta solo y espera, hoy tan golpeado por la realidad. Un escenario peligroso para la democracia y los sectores populares.
Fuente: Data y Política Económica