( #motorcumple6Soberanias/ Por Jorge Muracciole/ Sociólogo/ Periodista/ Especial) Según algunos autores desde los inicios de la década de los años setenta, Estados Unidos instaló a escala global, una nueva forma de imperialismo centrado sobre las finanzas y el dólar. Ese fue el mecanismo que le permitió a los estadounidenses recuperar una gran parte de la riqueza mundial. Y ese mecanismo está en crisis. Esta aseveración intenta dilucidar porque se da el actual escenario de crisis, y guerras, recurrentes y efectos que se agravan según pasan los años.
Asistimos a una confrontación crecIente por la constitución de un nuevo orden internacional. Que reemplace el unilateralismo Estadounidense, esta confrontación encabezado por China, Rusia, y la India., avisora un nuevo orden mundial que no termina de nacer.
En un escenario donde los pueblos se debaten con su vida cada vez mas precaria a escala planetaria, atravesados por diversos mecanismos que intenta sujetarlos con dispositivos paradojales como sujetos sujetados al consumo. O al deseo inconcluso de un consumo inalcanzable para ciento de millones de seres humanos.
En este escenario, la democracia liberal, cada vez mas desgastada, fue colonizando de social liberalismo al otrora reformismo social democrata, sumiendolo en la impotencia.
Tras décadas de mundializacion de dicho modelo se formatea la vida de aquellos que tienen el privilegio de no haberse caido del circulo vicioso del sistema de consumo.
Pero con el agravamiento de las crisis convergentes la económica,,la laboral, la ecologica y en ultima instancia la que abarca a todas la crisis la civilizatoria.
Los procesos electorales encuadrados en la matriz hegemonica, se transforman en un circulo de esperanzas y decepciones, por no poder mejorarse la condiciones de vida del común.
Así resurgen los fantasmas del pasado el autoritarismo fascista, hoy disfrazado de libertarios, en una suerte de mixtura politicamente neofascista y economicamente ultraliberal.
Mientras tanto los movimientos populares se desgastan en un circulo vicioso de la unidad electoral lo mas amplia posible para vencer en las urnas momentaneamentea los candidatos del poder real.
Que al dia siguiente del triunfo popular, comienzan la deconstruccion multidimensional, mediatica, económica, parlamentaria en una tarea de desgaste, basada en destacar, a través de los medios, las promesas incumplidas, los obstáculos infranqueables y el agudizamiento de las crisis irresueltas.
Quizas sea el momento de preguntarnos si el verdadero enemigo no es otro que el proyecto civilizatorio hoy vigente a escala planetaria. Y juntar las fuerzas de las grandes mayorias que viven de su trabajo , los jóvenes que solo encuentran la precariedad como horizonte y los millones de excluidos.
Buscar esa unidad es el caminno, de una soberania del común para resistir no solo la historica explotación hoy invisibilizada por la utopia de intentar convencer a los amos que dejen de acumular y que se sumen a un proyecto compartido.
El mundo unipolar tras la caida del Socialismo Real, demostró en mas treinta años, que no elimino la carrera armamentista , sino que la incrementó exponencialmente. asi como la corrupcion y la desigualdad social.
Ni se mejoraron las condiciones de vida del común en una mundializacion que ha penetrado en los lugares mas reconditos de un planeta en agonia. Que solo podrá superarla, cuando el agravamiento de la crisis nos permita dar un salto que trascienda los límites de un sistema de cosas que nos lleva a una suerte de repetición perpetua.
La pandemia con todo su incomensurable dolor y perdidas en vidas humanas. Nos mostró algo que no fuimos capaces de advertir por multiples dispositivos, propios de nuestro pensamiento capturado en la mirada hegemonica, del poder real.
«La pandemia nos demostró algo que pasó inadvertido por la cosmovision dominante que nos impidio darnos cuenta. La gran mentira del individualismo extremo como salida. En las emergencias solo la comunidad humana puede intentar una salida efectva». Segun el teórico italiano Mauricio Lazzarato en su texto «Guerra y Capital»
El coronavirus circuló infiltrándose y explotando lo que el neoliberalismo niega y reprime, a saber, que estamos relacionados unos con otros de forma indisoluble, en una “cooperación” en la que todo el mundo depende de todo el mundo, y del “todo” del mundo. Un internacionalismo viral.
Que permita en una doble tarea deconstruir la atomizacion disolvente del neoliberalismo capitalista y consolidar los lazos de solidaridad y fraternidad de los pueblos , con una soberania donde no haya lugar para las elite y esclavizantes , y la humanidad ´pueda construir una sociedad donde la guerra de todos contra todos sea la distopia capitalista del pasado. Comenzando por sudamerica y la unidad de sus pueblos. A propósito de una verdadera soberania universal.