El refuerzo de Anses apunta a personas de entre 18 y 64 años que no posean trabajo registrado ni ingresos de ningún tipo, incluyendo otros programas sociales.
El Gobierno lanzó el Refuerzo Alimentario de 45 mil pesos para adultos sin ingresos. El bono se pagará en dos cuotas de 22.500 pesos en noviembre y diciembre y viene a tratar de contener la delicada situación socioeconómica, marcada por la aceleración inflacionaria que recorta posibilidades de consumo en buena parte del abanico de los trabajadores, con consecuencias dramáticas en los segmentos de mayor precariedad.
Los requisitos para acceder al bono es tener entre 18 y 64 años y no poseer trabajo registrado ni ingresos de ningún tipo. El beneficiario tampoco puede ser titular de ninguna prestación (jubilación, pensión, Asignación Universal por Hijo, Asignación por Embarazo, Asignaciones Familiares, Progresar, Desempleo, Potenciar Trabajo, entre otra) y no debe contar con Obra Social o Prepaga. De igual forma, para obtener el refuerzo la persona no debe tener bienes registrados a su nombre. «Se cruzará información con otros organismos para evaluar la situación socioeconómica», aclaró la Anses.
Es decir que el refuerzo apunta al sector de la población que está totalmente precarizado y sin acceso a otros programas sociales. El gobierno no especificó el tamaño previsto del universo al que apunta la medida ni el impacto fiscal de la misma. El bono fue comunicado por la Anses luego de una reunión entre la titular del organismo, Fernanda Raverta, y el ministro de Economía, Sergio Massa.
La inscripción para cobrar el refuerzo se gestionará sin turno en las oficinas de Anses o bien de manera online a través de la web del organismo: www.anses.gob.ar. El trámite de inscripción es personal y podrá realizarse a partir del próximo lunes 24 de octubre. El pago de la primera cuota será el lunes 14 de noviembre por terminación de documento.
Inflación y dólar soja
Con este bono, el Gobierno apunta a tener bajo control la situación social de cara a fin de año. El refuerzo viene a paliar el encarecimiento sostenido de los bienes de consumo masivo que afecta proporcionalmente más a los sectores más vulnerables.
Según el último informe de precios del Indec correspondiente a septiembre, el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas acumulan en el año un aumento del 69,5 por ciento, que llega al 86,6 por ciento en doce meses.
A nivel desagregado, desde que comenzó el año la categoría de pan y cereales subió 74 por ciento; leche y lácteos, 75 por ciento; aceites, grasas y manteca, 89,8 por ciento; verduras, tubérculos y legumbres, 144,4 por ciento; azúcar, dulces y golosinas, 79 por ciento, y café, yerba y té, 71,7 por ciento.
Son valores que las paritarias de los gremios más fuertes del país, en los sectores económicos de mejor rendimiento, apenas logran igualar. De allí para abajo, todos pierden y resignan consumo. Cuando no hay más para resignar, hay hambre.
El ministro Massa encuadró el refuerzo alimentario dentro de los mayores recursos fiscales generados por las retenciones a las exportaciones cobradas en septiembre a partir de la liquidación de la cosecha que permitió el «dólar soja». Se estima que el Estado nacional recaudó más de 440 mil millones de pesos a través de este canal, lo cual hizo que la recaudación impositiva mensual creciera un 117 por ciento interanual.