Científicas de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires desarrollaron un método para descontaminar las colillas de cigarros, uno de los residuos más tóxicos del planeta.
Imagen de archivo: un cenicero callejero
Las colillas de cigarrillo representan uno de los mayores residuos de las playas argentinas ya que un solo cigarrillo puede contaminar hasta 40 litros de agua. Sin embargo, científicos del laboratorio de Micología Experimental de la Universidad de Buenos Aires (UBA) han descubierto hongos capaces de descontaminar las colillas.
«Todo comenzó a través de una ONG que se dedica a limpiar las playas, porque no sabían qué hacer con todo ese material tóxico y se contactaron con nosotros para encontrar alguna solución”, relató a Efe, la bióloga y becaria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Pilar Núñez.
Los elementos más contaminantes del cigarrillo son el alquitrán y la nicotina que se pegan a la colilla tras la combustión. Para poder limpiarlos es necesario aplicar un proceso definido como «biorremediación” que usa organismos vivos que eliminan las toxinas del material.
Hongos de la selva
Estas especies de hongos crecen adosadas a los troncos de los árboles y se las pueden encontrar en la selva misionera del litoral argentino. Hasta allí viajaron los investigadores para hacerse de esas cepas gracias a la ayuda de especialistas del Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio).
«Aislamos los hongos y los trajimos al laboratorio para iniciar su tratamiento. Pueden degradar y alimentarse de la madera o el papel, y al ponerlos en contacto con las colillas se comen el acetato de celulosa del filtro, limpiando el ambiente tóxico para defenderse y sobrevivir”, contó Núñez.
El proyecto para limpiar los filtros de cigarrillo con hongos «de pudrición blanca” lleva siete años de estudio y ya ha conseguido detoxificiar las colillas. Según Núñez, podría reutilizarse en la fabricación de pulpa de celulosa, materiales aislantes o hasta incorporarse en materiales de la construcción.
Por su parte, Raúl Itria, doctorado en biología de la UBA e investigador del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), que trabaja en el proyecto, explicó a Efe que esperan realizar experimentos en una escala mayor que les permita generar un ecosistema de mayor control sobre el hongo.
ee (efe/unidiversidad)